¿Tumbarán al puntero? La ventaja de AMLO, el punto de partida
Texto: ALEJANDRO SALAS/Ilustración: JAMES
Hace 12 años Andrés Manuel López Obrador quien era candidato presidencial del PRD punteaba en las encuestas, al igual que hoy, pero aquella vez decidió no acudir al primer debate presidencial, en el que por primera vez participaba como coorganizador el Instituto Federal Electoral (IFE) junto con la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT).
Aquel 25 de abril de 2006 los candidatos Felipe Calderón (PAN), Roberto Madrazo (PRI) y Roberto Campa (PANAL) lograron que el INE aprobara que el lugar que correspondía al abanderado de la coalición Por el Bien de Todos (PRD, PT y Convergencia) apareciera vacío durante el debate, sobre todo cuando era aludido por ellos.
En aquel entonces, Obrador era, o demostraba ser más explosivo espetando frases como “Ya cállate, chachalaca”, para exigirle a Vicente Fox que sacara las manos del proceso electoral. Meses después acuñó aquella de “al diablo con sus instituciones”, bajo el argumento de que fue víctima de un fraude electoral.
Aquella primavera del 2006 López Obrador dijo que no fue al debate porque el acto estaba enfocado únicamente para atacarlo. Recientemente también reveló que percibió que había un plan de diversos medios de comunicación para divulgar que había perdido el debate.
Ante la ausencia del puntero, la pelea se centró entre Calderón y Madrazo, resultando ganador el panista. La ausencia del tabasqueño en el encuentro le hizo mella.
Un sexenio después, en el año 2012, Enrique Peña Nieto superaba ampliamente en las encuestas a la panista Josefina Vázquez Mota y también a López Obrador, aunque a éste con menor margen.
Lamentablemente lo que marcó el debate de ese año fue la sexi presencia de la modelo argentina Juila Orayen, quien años atrás había aparecido en las páginas centrales de Playboy, y una gráfica que exhibió Obrador de cabeza.
Quizás lo acartonado del formato del debate de entonces o el cuidarse demasiado de los contendientes hizo que aquel evento fuera parecido a los anteriores, como simple pasarela con algo de propuestas e ideas, y sobre todo promesas.
Hoy, Andrés Manuel López Obrador llega con una ventaja amplia en las encuestas sobre sus oponentes.
De acuerdo con el ejercicio del Grupo Reforma, Andrés Manuel supera por 22 puntos a su más cercano contrincante, el panista Ricardo Anaya, mientras que al candidato ciudadano del PRI José Antonio Meade le saca ventaja de 30 puntos. La ex panista Margarita Zavala tiene el 5 por ciento de las preferencias electorales y el ex priista Jaime Rodríguez Calderón 3 por ciento.
La encuesta de encuestas Oraculus le da 15 puntos de ventaja a AMLO sobre Anaya, y 22 por encima de Meade.
Así llegan los candidatos presidenciales al debate de esta noche. La incógnita es cómo lo sortearan, y la otra, que es consecuencia de ésta, quién gana, quién pierde.
Analistas y columnistas nacionales opinan que el debate podrá hacer avanzar o retroceder a los contendientes, aunque podría resultar que a final de cuentas no mueva mucho las predicciones de las encuestas.
Pero se advierte que se pueden dar sorpresas
En 1994 el PRI perdió a su candidato original Luis Donaldo Colosio, quien paradójicamente había convocado a debatir a sus contrincantes Diego Fernández de Ceballos del PAN y Cuauhtémoc Cárdenas del PRD. Colosio no llegó al debate, fue asesinado el 23 de marzo en Tijuana, Baja California.
Al debate llegó su sustituto, Ernesto Zedillo, a quien Ceballos le dijo: “Sabemos que usted es un buen chico, el chico de los dices, pero en democracia usted reprueba. Usted está aquí producto de dos tragedias: por una parte la muerte de Colosio y por otra, la segunda designación presidencial. La primera lo rebasa, la segunda lo descalifica”.
El doctor Zedillo pidió no lucrar con Colosio
Para muchos, Ceballos, de oratoria clara, frontal y contundente, ganó el debate. Aquella noche del 12 de mayo de 1994 un grupo de taxista espontáneo siguió al panista en señal de custodia, pues había cimbrado al país.
Extrañamente, luego del triunfo, Diego Fernández bajó su perfil y el PAN fue superado ampliamente por el PRI. El PRD quedó en un lejano tercer lugar.
El propio Andrés Manuel López Obrador reveló en 2006 presuntos contratos asignados por Pemex irregularmente a Hildebrando Zavala, cuañado Calderón, quien fue secretario de Energía; el panista a su vez le cuestionó la transparencia con la que se construyó el segundo piso del Periférico.
Hoy hay expectación. El debate muy probablemente tendrá una alta penetración, porque además de transmitirse por los medios tradicionales radio y televisión, estará en redes sociales.
Analistas como Raymundo Riva Palacio, son de la idea que el candidato del PRI José Antonio Meade, quien está rezagado en el tercer lugar la tiene difícil sobre todo por el peso del desprestigio del partido que lo postula.
Pablo Hiriart considera que si Meade no gana de manera contundente este debate estará descartado para ser Presidente de la República, “pero cuenta con las prendas personales para ganarlo”.
Para analistas y observadores nacionales y extranjeros, el debate de esta noche puede ser un todos contra AMLO, lo cual podría en un momento dado favorecerle, o provocar su enfado, engancharlo y hacerlo estallar como suele hacerlo.
El analista Antonio Ocaranza sintetiza: “La gran expectativa va a ser si AMLO se controla, si Meade es capaz de mantener cierta distancia del Gobierno actual y si Anaya se posiciona como el que capte el voto anti-López Obrador y el voto anti-PRI”.
Sobre los independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez Calderón se piensa que pueden aprovechar el tiempo de éste y los otros dos debates que faltan para golpear a quienes los superan en las encuestas y avanzar.