Santo, el enmascarado de plata, y su pelea en Saltillo
Hasta hay quienes dicen que lo mejor de Saltillo es estar cerca de Monterrey. Que porque a la capital coahuilense le falta espectáculo, que todo cierra muy temprano, que aquí el entretenimiento apenas existe y que el mejor plan para el fin de semana es salir de shopping a tierras regias.
Pero esto no es del todo cierto. El conflicto es que las pruebas, como en el caso de esta historia, son más bien tesoros bien guardados.
Un descubrimiento invaluable
En mayo pasado, dentro de una caja sin catalogar, personal del Archivo Municipal de Saltillo encontró un cartel inédito de lucha libre. El anuncio destaca la presentación de “El Santo”, y asegura que se trata del referente del cine nacional y máxima figura de la lucha libre mexicana.
No, no hay error. Es el mismísimo Santo, el enmascarado de plata, el que peleó contra las momias de Guanajuato y venció a las mujeres vampiro. El propio Rodolfo Guzmán Huerta, quien saltó a la fama cinematográfica en 1958 en una película (El Santo contra cerebro del mal) donde se enfrentaba contra el doctor Campos quien mediante una inyección y lavado de cerebro, controlan sus acciones.
La pelea entre un toro y un león
Pero bueno, volvamos a la lucha en Saltillo. Para tal enfrentamiento Ray Cortez fue pareja del enmascarado de plata y la dupla se enfrentó a El Espectro y The White Hand. También se presentaron Mario Prado; Jesús Esquivel; Carlos Castillo; Chacal Ramírez; Mario Ramírez y Bulldog Villegas.
La fecha pactada fue el martes 9 de julio a las 9:15 de la noche. Aunque el póster no especifica el año, Francisco y Blanca Garza, así como Antonio Gutiérrez, aficionados de la lucha libre quienes además vivieron de cerca esta disciplina, coinciden en que el cartel debe ubicarse entre 1963 y 1968.
Esto concuerda con las fechas que el Archivo Municipal de Saltillo determinó para la caja en la que se encontró el cartel, y donde también venían otros afiches. Además, coincide con los años hasta antes de que demolieran el Estadio Saltillo, sede de dicha función.
¿Cuánto por ver luchar al santo?
Hasta finales de los 60's, el Estadio Saltillo, ubicado frente al lago de la Alameda Zaragoza, fue una de las locaciones más importantes de la ciudad para realizar eventos deportivos, especialmente de béisbol. En cuanto a la lucha libre, también destacaba la Arena Obreros del Progreso, hasta hoy situada en la calle Ignacio Allende.
Un estadio desaparecido
Para la presentación estelar del Santo, el boleto más caro fue de seis pesos en ring general, lo que actualmente serían cerca de 200 pesos. Hoy, para una función con los estelares del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) o la AAA, las entradas pueden ir desde 150 para niños o grada en general.
El aforo del inmueble era cercano a las cuatro mil personas en gradas y el ring se instalaba entre las bases y el home del diamante de beisbol. Y si de lucha libre se trataba, el lleno era garantía.
El Santo, en su mejor momento
Cuando el inmortal del ring se presentó en Saltillo estaba en la cúspide de su carrera. La década de 1960 a 1970 fue una de las de mayor producción con películas como sus aventuras en el museo de cera (1963); Santo vs la invasión de los marcianos (1966); el vampiro y el sexo (1968) censurada y redistribuida como Santo en el tesoro de Drácula; y hasta su enfrentamiento contra Blue Demon en la Atlántida (1969); solo por decir las más llamativas.
Pero más allá de todo esto, la pregunta principal de todo esto es, ¿por qué vino El Santo a Saltillo? La razón es mucho más sencilla, más humana, más cotidiana de lo que uno puede elucubrar.
Resulta que Francisco y Blanca Garza son hijos de “Pancho lona”, un conocido réferi de Monterrey con quien El Santo tuvo una estrecha relación profesional y de amistad. Incluso, Rodolfo Guzmán Huerta, el hombre detrás de la máscara más famosa de la lucha en México, llegó a comer en su casa.
El cine que murió para convertirse en zapatería
Los hermanos Garza recuerdan que durante las giras de El Santo por el noreste de México, que llegaban a ser hasta tres por año, buscaba aprovechar el viaje y presentarse en ciudades cercanas a Monterrey.
Entonces, ¿Saltillo sí depende de Monterrey en cuanto a los espectáculos?
Puede ser. Pero no siempre. No cuando figuras como estas, leyendas en carne viva, se presentan con toda la gloria que la nostalgia y el fanatismo permiten.
A la capital coahuilense también llegaron figuras famosas en su tiempo como Los Hermanos Espanto, Relámpago Cubano, Dorrel Dixon, Dr. Wagner y el mismo Blue Demond, pero esas ya son otras historias de cartel que contaremos más adelante.
*Con información del Archivo Municipal de Saltillo, Antonio Gutiérrez, Francisco Garza, Blanca Garza*