Por uso de los que acuden o por descuido de las autoridades, está muy dañada o ausente en grandes tramos la malla ciclónica que debería de proteger a los jóvenes que acuden a las canchas ubicadas en bulevar Felipe J. Mery y Luis Echeverría, lo que representa un serio peligro.

En un recorrido que realizó VANGUARDIA se pudo apreciar que con un poco de interés por parte de las autoridades, estas canchas serían seguras para los niños y adolescentes que las utilizan.

La tarde del lunes un joven de 17 años, estudiante de Bachillerato, fue arrastrado por la corriente de una de las dos ramales del arroyo El Martillo luego que presuntamente el balón de futbol con el que jugaba con sus amigos se voló hacia el lecho del arroyo.

LLENO DE BASURA
“La gente que no es de este barrio pasa en sus coches y avienta las bolsas de basura de sus casas hacia el arroyo”, alegó doña Mari, cuya casa colinda con el lado norte del arroyo.

El lecho del arroyo se encuentra atestado de basura y por las orillas del puente se ve el descuido de los vecinos, quienes aprovechan para tirar la basura en esta zona en lugar de dejarla para que se la lleve el camión recolector.

Se pudo apreciar que en este sector del arroyo hay demasiada fauna nociva, principalmente ratas.

El tablero de basquetbol del lado norte, pegado al puente, tiene malla ciclónica pero está desprendida de las partes superior e inferior, y aún así protege en un 80 por ciento que el balón no se vaya al arroyo.

Pero del otro lado, en el tablero sur, más del 60 por ciento de la parte que debería estar protegida carece de malla ciclónica y es por ahí por donde se voló el balón que derivó en la tragedia del pasado lunes.

Los amigos, estudiantes del Cobac, jugaban en las canchas e ingresaron al afluente en busca del balón, cuando el agua comenzó a subir de nivel, atrapando a los menores, quienes comenzaron a gritar en busca de ayuda.

Cuatro de ellos lograron sujetarse y sólo atravesaron el túnel de J. Mery.

Oliver Jahir Ramírez López, de 15 años; Juan José Villanueva Duarte, de 17 años; y Jordy Guadalupe Ramírez Espinoza, de 17 años, fueron rescatados en la orilla.

Por su parte, Julio Rugeri Almanza Bautista, de 17 años de edad, tuvo que ser sacado en una camilla de rescate, con cuerdas y cubierto en una sábana, para después ser llevado de urgencia a la clínica 82 del IMSS, pues presentaba golpes diversos.

Sin embargo Édgar Raymundo Sánchez, de 17 años, no logró asirse de algo seguro y se lo llevó la corriente apareciendo su cadáver casi dos horas después.

El cuerpo de Édgar fue encontrado atorado en una varilla que le impidió salir del afluente que creció ante la lluvia.

ALERTA EN ARROYOS 
> Miguel Ángel Beltrán, subdirector de Protección Civil de Saltillo, recordó que nos encontramos en temporada de lluvias y que si bien “es entendible que en algunos sectores llueve y en otros no, el riesgo de corrientes de agua en los arroyos y lechos de los arroyos es inminente.