Saltillo.- Las denuncia contra el curandero de la colonia Romita, Vicente Emilio Alvarado Barbosa, siguen: una familia  denunció que la despojó de bienes inmuebles y dinero.

Esta vez Javier Martínez Campos, un ciudadano que por recomendación de un amigo fue con este brujo para que le curara un simple dolor de estómago, lo culpa de haberle quitado una casa y cerca de 16 mil 500 pesos, con amenaza de muerte.

Ésta sería al menos la segunda estafa que el curandero comete. El pasado 16 de marzo, VANGUARDIA publicó que un hombre fue estafado al arrebatarle cerca de 600 mil pesos.

Ahora el curandero le afirmó a Javier que moriría de cáncer, pero que él, el brujo, podía evitarlo si Javier le entregaba la suma de dos mil 500 pesos.

De lo contrario, la Santa Muerte que era muy poderosa -le dijo- lo castigaría.

“Me dijo que si no aceptaba que él me curara, me daba un año y medio de vida”.

Javier, que se sentía atemorizado e intimidado por el brujo, le entregó el dinero.

A cambio Vicente le dio una bolsita con unas pastillas, presuntamente de origen cubano, con las que, en 15 días, Javier sanaría del cáncer.

“Yo no nunca supe ni de qué eran esas pastillas, yo ni tengo cáncer”, narra Javier Martínez.

Con los días, el curandero mandó llamar a su consultorio, en la colonia Romita, a Regina Aguilar, la mujer de Javier. Quería platicar con ella lo más pronto posible, le dijo.

Y lo mismo: le comentó a la señora que tenía cáncer y que se iba morir, si no permitía que él la curara, pero además morirían otros miembros de su familia y su esposo.

“Me dijo que mi marido estaba muy mal, que se podía suicidar si no lo curaba él, dijo ‘cuando usted llegue del trabajo lo puede encontrar en el patio colgado’”, detalla Regina.

Para ello el brujo, cuentan sus víctimas, supuestamente hacía bajar a la Santa Muerte y era ella quien, metida en su cuerpo, negociaba con los clientes.

“Y me dice, según esto, la Santa Muerte, ‘¿qué me ofreces?’, le dije ‘lo único que le puedo ofrecer son 10 mil pesos’ y me dijo ‘ofrece algo, ¿qué es más importante?, tú vida no vale 10 mil pesos’”.

El brujo Vicente pidió a Regina, la esposa del defraudado, que le cediera la casa, con todo y muebles, que tiene en la colonia María León, más 10 mil pesos en efectivo.

Regina, por miedo a lo que pudiera suceder en el futuro con ella y sus familiares, aceptó.

“Me puso un cuchillo en el estómago y que tenía que firmarle los papeles, le dije ‘sí, sí se los firmo’, me temblaba la boca”.

Otro día, Regina acudió en compañía de su esposo Javier y el curandero Vicente para firmar un contrato de compra-venta de la vivienda, con un notario que tiene su oficina por el rumbo del bulevar Francisco Coss.

Regina aseveró que firmó aquellos papeles coaccionada y bajo amenaza de muerte por parte de este curandero.

Hasta el cierre de edición, la Procuraduría General de Justicia de Estado no ha informado que se haya comenzado alguna investigación sobre al menos estos dos casos que se han denunciado públicamente.