Estados Unidos. La vacunación de los niños es un tema controvertido, ya que hay muchos detractores que aseguran que las sustancias que llevan los medicamentos son perjudiciales. No obstante, las consecuencias que puede tener para los pequeños la falta de estas inyecciones son devastadoras. Este es el caso de una niña que, con tan solo 4 años, se ha quedado ciega y ha estado a punto de morir después de tener una gripe.

Los hechos han pasado a Iowa (EU). Jade no fue vacunada por sus padres cuando era pequeña. Días antes de Navidad, enfermó por la gripe, pero poco se esperaba su familia que estaría a punto de morir.

Después de contraer la gripe, su estado era tanto crítico que tuvo que estar ingresada durante dos semanas en la UCI (unidad de emergencias) del hospital. De hecho, una de sus pediatras ha asegurado que la pequeña Jade tiene suerte "de estar viva", ya que ha sufrido muchísimo, informa la CNN.

La niña llevaba cinco días encontrándose mal y con fiebre antes de que sus padres la llevaran al centro médico. Fue cuando la vieron realmente mal: no podía hablar, su cuerpo estaba hirviendo y no se movía. La criatura fue trasladada de urgencia al hospital, donde los médicos descubrieron con horror su condición.

Según pudieron observar los médicos, el virus de la gripe se había extendido y llegó al cerebro de la pequeña, causándole una encefalopatía necrotizante aguda. Los sanitarios, al ver su situación, no tenían esperanzas en que se salvara: llegaron a decir a los padres que no se despertaría.

Sin embargo, después de una semana luchando, la niña consiguió salir adelante. La esperanza inundó el cuerpo de sus padres, ya que veían una mejora en su salud, pero descubrieron la dura realidad que le deparaba a su pequeña: se había quedado ciega.

A la espera de una mejora

Los médicos han hecho varias pruebas por averiguar qué pasa con Jade. Finalmente, han llegado a la conclusión de que el problema no es de los ojos, sino del cerebro: la teoría de los sanitarios es que el virus ha llegado a la parte de este órgano vital que afecta a la vista. Así pues, en tres o seis meses se verá si la niña recupera su vista o se queda ciega de por vida.

Según ha explicado la familia, una vez Jade recibió el alta médica, lo primero que hizo fue acariciar la cara de su hermana y llorar. Ahora hay que esperar para ver cómo evolucionará esta pequeña valiente.