Natalie Portman La mujer que maduró con su trabajo
Demostrando que sabe dirigir muy bien su vida con apenas 34 años, después de haber hecho realidad la historia de la película 'Cisne Negro', al haber formado una familia con el verdadero coreógrafo de la película Benjamin Millipied, Natalie Portman cruzó del otro lado de la cámara, para dirigir ahora su propia película 'A Tale of Love and Darkness'. Y dirigiéndonos hasta Toronto, Canadá, pudimos ser testigos de una interesante conversación sobre la increíble dirección que tomó su vida, en 20 años de carrera en Hollywood.
¿Habiendo crecido en un ámbito tan alejado del mundo del espectáculo, cómo fue que te decidiste por la actuación como una forma de vida?
- Alguien escribió en Wikipedia que mi madre era mi manager y ella reaccionó diciendo “Yo no soy tu manager, nunca me quedaría con un porcentaje de tus ganancias”. Ella siempre me apoyó, mis dos padres siempre me apoyaron, sin quedarse con ningún porcentaje de mi sueldo. A mí me encantaba bailar, cantar o hacer algún espectáculo para la familia, porque vivía en Long Island donde muchos chicos de mi edad hacían pruebas de audición para comerciales o programas de TV y guardaban lo que ganaban para estudiar después en la Universidad. Por eso yo conocía gente que tenía representante y les pedí a mis padres si me dejaban tener uno o ir a las pruebas de audición y fueron lo suficientemente buenos como para permitírmelo. Supongo que tuve suerte de tener un primer trabajo (con la película 'The Professional'), con un buen director y un buen personaje, porque no era algo que yo había elegido como una carrera.
¿Y cómo fue que sobreviviste a los problemas o rebeldías que suelen tener los actores que trabajan desde muy jóvenes?
Esa fue una gran conversación que tuvimos en casa, mucho antes de que me permitieran trabajar. Mis padres no tenían nada que ver con la industria del espectáculo y pensaban que los actores jóvenes se convierten en drogadictos o terminan en la cárcel y no era el camino que ellos querían para mí. Yo tuve que luchar, llorar y rogar muchísimo. También fue algo grande para la familia, porque obviamente mamá venía conmigo, mientras mi padre trabajaba en Nueva York, así que mi trabajo también separó a la familia por mucho tiempo. Fue un gran regalo que hayan confiado tanto en mí. Me protegieron bastante bien y por eso tampoco estuve expuesta a las locuras que escucho de otros colegas míos que también trabajaban en el mundo del espectáculo y dicen que llegaron a ver drogas y lugares muy extraños que yo nunca vi, porque mis padres estaban siempre cerca mío. Pero también me dieron suficiente libertad como para poder ir y trabajar desde tan jovencita.
¿Y cuando ves ese pasado, cómo lo ves hoy… siendo madre?
- Para mi, lo veo todo mal (Risas), supongo que tengo que perdonar a mi versión de once años.
Natalie Portman nació el 9 de Junio de 1981 en la sagrada ciudad de Jerusalén, en Israel, con el verdadero nombre de Natalie Hershlag. A los tres años, también se mudó con la familia a Washington y después a Nueva York, donde todavía hoy vive. Pero fue por pura casualidad que en una pizzería la descubrió un representante cuando ella tenía apenas 11 años. Y aunque en un principio le habían ofrecido trabajar como modelo, ella prefirió probar primero como actriz, debutando en cine con la película ‘The Professional’. Pero la actuación no permitió que dejará sus estudios y después de graduarse con honores fue aceptada incluso en la Universidad de Harvard, donde estudió psicología.
Sin dejar nunca el cine, se convirtió en una verdadera estrella internacional cuando George Lucas la eligió para el rol de Queen Amida en el Episodio I de ‘Star Wars’. La madurez tal vez llegó con la película ‘Closer’, donde recibió una nominación al Oscar, aquel año 2005 en que lo ganó Hilary Swank. Y fue con un nombre parecido como ‘Black Swan’ cuando Natalie finalmente ganó el Oscar como Mejor Actriz, embarazada de su hijo Aleph, el mejor premio que le dio la vida.
Y en un mundo del cine dominado por hombres, Natalie Portman demuestra que es posible encontrar un lugar en Hollywood sin la necesidad de aceptar el primer guion que se cruza en su camino.
¿Sigue siendo difícil encontrar personajes inteligentes para las mujeres en Hollywood?
- Sí. Supongo que es un verdadero fenómeno. Yo aprecio la gente que escribe personajes que son interesantes o inusuales, en vez de algún rol femenino como la típica novia de una película.
¿Cómo ves entonces el rol de la mujer en Hollywood después de haber luchado tanto por la igualdad de género en el cine?
- Me pone contenta que sea parte de las conversaciones porque es una forma de cambiar el comportamiento el solo hecho de que la gente hable tanto del tema. Los grandes estudios ya empiezan a elegir mujeres para dirigir cine y claramente están respondiendo a la presión. Pero no me parece correcto decir que una mujer directora es mejor o peor que un director hombre, porque cada director tiene su propia visión. Y es algo que tampoco se ve mucho en Francia, donde la nueva generación de directores tiene muchas más mujeres que hombres. Pero cuando la mayoría de los estudios de cine están controlados por hombres, es inevitable ver que las películas que ponen en el cine también las dirigen hombres como ellos.
- ¿Y hasta qué punto crees que un actor puede generar un verdadero cambio, involucrándote en tantas obras de caridad en México, Kenia y hasta los refugiados de Siria?
Supongo que hay muchos actores o gente que están expuestos públicamente y hacen lo mismo porque atraemos demasiada atención en estupideces como la ropa que usamos y preferimos desviar la atención a algo con sentido que por lo general no llama demasiada atención. Free The People, por ejemplo, es una organización que empezaron dos hermanos canadienses, que construyen villas en países en desarrollo con escuelas rodeadas de un sistema de granjas orgánicas, clínicas de salud, agua potable, árboles limpios, creando básicamente algo increíble y logran que jovencitos en Norte América recauden dinero para las escuelas que ayudan a construir en otros países que lo necesitan. En el mes de enero pasamos bastante tiempo visitando la primera escuela secundaria de mujeres en Moscú y fue uno de los momentos más impresionantes de mi vida. Se levantan a las cuatro de la mañana para ayudar a limpiar y les piden a los maestros que las dejen estudiar hasta las diez de la noche, quieren ir a la escuela todos los días. Y con todo lo que yo me quejaba de la escuela, no puedo creer que sea un privilegio tan grande.
¿Y cómo era salir de la escuela, en tu época, para ir a un estudio de cine?
- Yo tenía 13 años, por ejemplo, cuando filmamos 'Beautiful Girls' y fue la segunda película después de 'The Professional'. Era muy divertido porque todos mis amigos tenían que escribir una tesis y yo no quería, porque era opcional.
¿Recorremos juntos tu carrera, desde el principio? ¿Cómo fue aquel privilegio de debutar en cine con Luc Besson en 'The Professional'? - Luc es muy bueno para conseguir personajes fuertes para la mujer.
¿En algún momento llegaste a dudar en aceptar semejante guión donde tu personaje tenía tanto cariño por un verdadero asesino?
Yo tenía once años y también era bastante dramática. El guión me emocionó, porque yo no podía creer como ella lo amaba, con mi típico romanticismo pre adolescente. Me encantó, pero también fue muy extraño conseguir un personaje como ese, para alguien de mi edad.
¿’The Closer’ fue tu primer personaje adulto?
Sí. Mike Nichols (el director) quería que yo bajara el tono de mi voz. Por años, me la pasé hablando como una niña, incluso en 'The Closer' siento que tenía esa voz. Definitivamente crecí bastante pensando "Tengo que tener buenas notas en las escuela y tengo que conseguir un buen trabajo", pero supongo que es lo que se supone que tenemos que hacer. Es una aventura increíble darme cuenta algún día lo importante que es para mí, sin importarme lo que diga o piense la gente. El resto, es puro ego.
¿En qué momento te diste cuenta que ya habías madurado a nivel personal?
Supongo que empezó cuando me empezaron a llegar personajes que requerían madurez, como 'Goya´s Ghost' o 'V for Vendetta', donde me metí tanto en el personaje, la historia y la investigación que era como vivir adentro del personaje, sin importarme que la película no tuviera éxito.
¿De verdad?
- Sí, todo eso desapareció porque llegué a un punto donde estaba viviendo una experiencia que nadie iba a poder quitarme. Dos meses de vivir con Goya y sus pinturas, fue una experiencia que nunca voy a olvidar, aunque la película la hayan visto solamente cuatro personas.
¿Pero no tomas en cuenta para nada en el éxito al momento de aceptar una nueva película?
Obviamente, cuando te interesa algo, también vas a querer que le guste a la gente. Es importante, pero tampoco fue devastador porque tuve algo que quedó conmigo para siempre y también cambió la forma en que después elegía mis películas. Ya no pensaba en "Ah, esto va a ser realmente popular y puede ser una película para el Oscar". Esa es una mala señal. Prefiero plantearme otras preguntas como ¿Por qué esta película tiene tanto significado para mí, como para querer vivir esta experiencia en este preciso momento de mi vida?