Museo de las Aves de México, un cuarto de siglo al servicio de la preservación
Cuando Don Aldegundo Garza era niño un pajarillo rojo de particular belleza llamó su atención. Por más que lo persiguió no logró atraparlo y al ver su padre su frustración le dio las armas para poder capturar el ejemplar.
Con el tiempo su afición creció y, bajo las instrucciones de su progenitor de no matar por matar, dedicó cada uno de sus esfuerzos a la misión que hoy en día aún sigue en pie: enseñar para preservar.
“Este museo lo empecé en mi casa, la casa de ustedes, que estaba por la Calle Real en la colonia Jardines de Valle. Ahí recibíamos nosotros ya entonces muchos visitantes”, contó su fundador para este medio.
“Porque sucedió algo curioso. La dirección de turismo del municipio en los planos turísticos de la ciudad puso en una de las calles del norte una ubicación el Salón de las Aves y entonces nos empezaron a llegar visitantes y no sabíamos de dónde llegaban”.
“No sabíamos cómo llegaban hasta que uno de ellos llegó con un plano turístico a la ciudad de Saltillo”, agregó, ”nos sorprendió pero también nos llenó de alegría y por supuesto que los recibíamos, claro que tuve que contratar yo a una muchacha, una bióloga, que nos ayudara a recibirlos”.
Así fueron los primeros pasos de la labor de conservación de este saltillense que aunque comenzó como una colección privada en su hogar —con las puertas siempre abiertas para cualquier visitante—, poco a poco adquirió la popularidad gracias a la cual, el 15 de noviembre de 1993, se convirtió en el Museo de las Aves de México (Musave).
“Yo me siento orgulloso que Saltillo sienta al Museo como algo propio, la ciudadanía lo quiere, lo valora mucho. Siempre que alguna persona que aquí radica o trabaja recibe alguna visita de familiares o de amigos uno de los lugares obligados para visitar y conocer es el Museo de las Aves”, comentó su fundador para este medio.
Sin embargo, ese camino no fue fácil. Al principio, la colección llamó la atención de unos regiomontanos quienes fueron los primeros en interesarse por darle un espacio apropiado, aunque buscaban llevársela a la ciudad vecina.
“Eso fue en 1991”, expresó, “entonces, pasan unos días y un domingo posterior a su visita en un programa televisivo un noticiero dice que un grupo de empresarios de la ciudad estaban haciendo gestiones para que la colección de aves mexicanas más grande del país se vaya a Monterrey. Yo no vi el programa, pero muchos otros sí y se enteró el gobernador”.
Eliseo Mendoza, gobernador de Coahuila entonces, no se mostró muy de acuerdo con la noticia y mandó a hablar a su secretario de finanzas, Jesús García López, con don Aldegundo, para hacerlo recapacitar de la decisión que creía ya había tomado.
“En ese tiempo había una mil 400 aves, eran bastantes”, contó, “me dijo que el gobernador quería que se quedara aquí, a como de lugar, que le diera las condiciones, que fuera a ver edificios o que se construyera un ex profeso pero que le diera la seguridad de que la colección se quedara en la ciudad”.
“Yo sólo le pedí que se aseguraran las condiciones para su cuidado, porque soy el primero interesado en que la colección se quede. Yo nací en Saltillo, mi familia es de aquí, quiero que aquí se quede”, dijo, “y así se inició esa aventura”.
Un museo de los saltillenses
Orgulloso de los jóvenes y niños guías, don Aldegundo aseguró que se trata de un programa pionero, el cual, desde 1994 —un año después de su fundación— ha fomentado en los pequeños el aprecio y cuidado por la naturaleza, además de que se convierten en un aspecto que impresiona a los nuevos visitantes.
“Al menos nosotros no tenemos conocimiento de que se haya hecho este experimento en otro lado”, aseguró, “y resultó ser exitosísima. Empezaron los niños a hacer los recorridos a los visitantes y los visitantes se sorprendían muchísimo, que fueran los niños los que les enseñaban y con una pasión extraordinaria”.
Las primeras aves las colectó hace casi 70 años, y muchas de ellas aún se exhiben, perfectamente conservadas, en las vitrinas del Musave y recomendó mucho que al visitar el lugar, se haga bajo la guía de uno de estos jóvenes.
Dos años de celebración
Aunque será este próximo 15 de noviembre que celebrarán los 25 años del recinto —con un concierto a cargo de la Orquesta Filarmónica del Desierto— Garza comentó que los festejos empezaron hace ya tiempo, con los trabajos de remodelación.
Estos se iniciaron expresamente para estar listos para este momento, y aunque por falta de recursos su progreso fue lento —pero nunca se detuvo— lograron estar listos justo a tiempo para la fiesta.
Aunado a ello, en meses recientes llevaron a cabo un congreso de preservación, además de la reunión de ex-guías y una exposición en la Galería Urbana del Ateneo Fuente con obras de Daniel Garza Tobón.
“Este museo va a ser cada vez más valioso, y lo digo con un poco de tristeza, porque cada vez va a haber menos posibilidades de crear otro museo parecido porque las aves están desapareciendo”, comentó.
“Los seres humanos estamos contaminando de una manera tremenda, todo lo sabemos, y estamos destruyendo el hábitat. Hay gente que piensa que la colecta de las aves es lo que causa su extinción, para nada, la colecta y aún la cacería nunca han hecho que una especie se extinga, lo que las extinga es la destrucción del hábitat”, agregó.
Aseguró que uno de los planes que se tienen a corto y largo plazo es seguir creciendo la colección, y de hecho ya cuentan con permisos para añadir especímenes de reservas ecológicas, conseguidos gracias a la necesidad de promover su preservación a través de estos representantes en el Musave.
“Otro proyecto que buscamos mucho en el congreso es buscar áreas de reserva para protegerlas”, explicó, “el Museo ya administra dos, una que se llama La India, donde se conservan águilas reales, perritos llaneros y otras especies y tenemos otra en la Sierra de Arteaga en un lugar conocido como el Tarai”.
“Ahí lo que se protege particularmente es la cotorra serrana oriental, especie endémica del norte, con poblaciones muy bajas, y al protegerla protegemos otra más”.
“Estamos haciendo gestiones para obtener algunas otras tierras para administrarlas y cuidarlas, de manera que ahí se evite cualquier tipo de destrozo y se puedan preservar esas especies”.