Hilo y aguja, contra efectos de la mastectomía... superar el cáncer dando esperanza a los demás

Teresa elabora prótesis para las mujeres que pierden algún seno por esta insidiosa enfermedad, esta esforzada mujer da amor y fuerza interior
Clases. Integrante de Promotoras Voluntarias IMSS, Teresa enseña a elaborar prótesis para mujeres que han perdido un seno a causa del cáncer. Fotos: Vanguardia/Mayra Franco

Qué tan importante es para una mujer sobreviviente de cáncer de mama, que perdió alguno de sus senos, tener la posibilidad de verse al espejo y ver aquel par de montañas que al tener ambos pechos se formaban entre su blusa. La respuesta es quizá obvia, basándose en el tema del autoestima, aquella que se va sin avisar detrás de la parte perdida, sobre todo cuando esa ausencia es evidente ante los ojos de los demás.

Tal vez solo una mujer como Teresa Marisela Hernández, que ha visto de cerca el cáncer de mama, y que ha librado batallas similares, sabrá que el contar con un implante mamario va más allá de cuestiones estéticas, se trata también de una salud psicológica y bienestar emocional que ninguna quimioterapia o medicina otorga a las sobrevivientes de cáncer.

Y fue con esa empatía adquirida tras vivir el cáncer de mama a través de su madre, y gracias a un curso que tomó en San Luis Potosí con Teresa, educadora pensionada e integrante de Promotoras Voluntarias IMSS, aprendió a realizar prótesis mamarías accesibles y fáciles de elaborar en casa.

Para hacer estas prótesis recomendadas para las mujeres a quienes les fue practicadas mastectomías, Teresa utiliza únicamente cinco elementos: lentejas o linaza, copas de brasier, hilo, aguja y una tela de nylon, además la paciencia y disposición de ayudar.

“Un implante de silicón es muy frágil porque con cualquier rasguño se puede romper. Esto puede usarlo de manera provisional, hay gente que se siente mejor con este implante que hacemos, porque el de silicón es difícil de sostener, al menos de que se le haga una adecuación al brasier”, explica Teresa Marisela y afirma que debido al desequilibrio que existe en el cuerpo al perder un seno, una prótesis se hace necesaria.

Un implante de silicón es muy frágil porque con cualquier rasguño se puede romper. Esto puede usarlo de manera provisional, hay gente que se siente mejor con este implante que hacemos, porque el de silicón es difícil de sostener, al menos de que se le haga una adecuación al brasier"

Sobre el hecho de perder una parte del cuerpo, y del golpe psicológico que eso representa, Teresa tiene una idea muy firme, que la mujer es más que eso.

“Cuando a una mujer le extirpan un pecho, al principio es difícil aceptarlo porque a veces pensamos que nosotros somos nada más un cuerpo y yo siempre les digo que somos algo más que un cuerpo, tenemos una vida social, una vida espiritual, y la sexualidad es algo más que el acto sexual, entonces eso hay que platicarlo con mucha paciencia”, comenta.

Fácil y económico. Con cinco elementos se pueden hacer las prótesis.

¿CÓMO HACER LA PRÓTESIS?

El primer paso es elegir la copa en cualquier tienda de telas con la medida adecuada a cada persona (chica, mediana o grande), posteriormente cortar un pedazo de tela de nylon del tamaño de la copa, para ello se puede tomar como patrón la copa colocándola encima de la tela y marcarla con un plumón.

Luego de cortar la tela, deberá coserla a la copa por la orilla, dejándole una abertura lo suficientemente amplia para al final colocar las lentejas o linaza.

“Inicialmente utilizábamos linaza, pero la linaza tiene piquitos que pueden lastimar a la persona, y también lenteja. Los dos pesan, tienen un peso y esto se debe cambiar cada tres meses, vacía la copa, la lava y la vuelve a rellenar con semillas nuevas”, menciona Hernández.

Consejera. Teresa eleva el ánimo a quien ha sido víctima de alguna mastectomía.

Prótesis :
Utiliza cinco elementos:

> Lentejas 
> Linaza
> Copas de brasier
> Hilo
y aguja
> Una tela de nylon

EL DATO
> Teresa, por más de cinco años se ha dedicado entre otras actividades de apoyo emocional y voluntariado, a impartir estos talleres el último miércoles de cada mes en la Clínica 2 del IMSS en Saltillo, en el salón de voluntarias ubicado al interior del estacionamiento del nosocomio.

Paciencia. Para dar forma al implante, éste se rellena de lentejas.

Teresa vivió en carne propia la enfermedad y en ajena, pues su madre lo padeció y eso la ha hecho solidaria con los enfermos

La madre de Teresa padeció cáncer de mama a una edad avanzada, mientras que ella libró una batalla contra el cáncer de tiroides años atrás, experiencias amargas que superó y que con el paso de los años utilizó para brindar apoyo emocional a aquellas personas que han padecido o que están en proceso de tratamiento por una enfermedad tan invasivas como el cáncer.

Amor. La mejor forma de expresarle aprecio a los semejantes, es darles alivio en los trances dolorosos; y eso hacen estas mujeres.

En esta ocasión, Teresa Hernández impartió el taller de implantes, el cual ha sido tomado por al menos 40 mujeres en los cinco años, a Cándida Esquivel Ramírez, una sobreviviente del cáncer de mama a quien le fue extirpado su seno derecho, y originaria de San Pedro de las Colonias. Ella llegó al sitio por casualidad al tener a su esposo internado en la Clínica 2 del Seguro Social, por lo que no dudó ni un segundo en quedarse unos días más en Saltillo para aprender a realizar una prótesis mamaria.

“Yo tengo a mi esposo internado y aquí nos invitaban a almorzar las voluntarias del patronato y aquí comentándoles de mi problema me enteré de este taller, y ya no me regresé a San Pedro porque dije, se me voy ya no voy a regresar”, dice Candida mientras elabora su implante.

CÁNDIDA EMPIEZA SU LUCHA

A doña Cándida le detectaron cáncer de mamá hace dos años en San Pedro, cuando se practicó una mastografía en una de las unidades móviles de detección oportuna que de manera periódico que colocan en lugares de la ciudad. Pasó un mes cuando un médico le mandó a hablar al haber encontrado una manchita en un pecho.

“Mi falla fue que yo no acudía al médico, solo me hacía estudios, me hice ese estudio y al siguiente estudio me salió igual. El año pasado me vi un moretón en el pecho, me quitaron la bolita, pasaron dos meses y me dijeron que era cáncer y que tenían que quitarme mi pecho y me lo quitaron en febrero de este año. Me dijo que no necesitaba quimio ahora solo tengo que tomarme una pastilla diaria, por cinco años contra el cáncer”.

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Teresa Hernández impartió el taller de implantes, el cual ha sido tomado por al menos 40 mujeres en los cinco años
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Teresa, por más de cinco años se ha dedicado entre otras actividades de apoyo emocional y voluntariado, a impartir estos talleres el último miércoles de cada mes en la Clínica 2 del IMSS en Saltillo
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Teresa vivió en carne propia la enfermedad y en ajena, pues su madre lo padeció y eso la ha hecho solidaria con los enfermos

UNA MUJER DE TEMPLE

De manera serena, Cándida Esquivel señala que nunca sintió miedo al escuchar la palabra cáncer, puesto que solo se entregó a Dios, a su voluntad, haciéndose fuerte para que ni sus hijos ni su esposo la vieran sufrir o llorar. Por otro lado asegura que nunca se ha sentido incompleta por no tener un seno, hasta que la gente la observa y pregunta sobre su pérdida, es ahí cuando comienza a notar la diferencia.

“Al momento de ver algo que ya no tenemos, sentimos que perdemos el atractivo, y nos pega desde el punto de vida espiritual, es una parte de duelo”, explica Teresa Hernández, quien invita a la población a acudir al taller que ahí es impartido, incluso si no se padece de esta enfermedad, al ser una alternativa para quienes no cuentan con los recursos suficientes para adquirir una a mayor precio.

ALGO MÁS QUE UNA PRÓTESIS

Según Teresa, las prótesis de silicón tienen un año de vida y cuestan entre 2 mil 500 y 3 mil 500 pesos. Mientras que los implantes que ella aprendió a elaborar duran hasta tres meses, después de ese lapso puede ser reutilizado y la inversión es de 100 pesos máximo.

“Es muy importante que al brasier le hagamos una telita para que le sostenga la copa. Cortar un pedazo de tela en forma de triángulo, coserla al brasier del lado del que se necesitara el implante para que quede una especie de bolsita en el que guardemos nuestra prótesis. Y repetir la acción en los demás tops”.