Fentanilo, la nueva amenaza

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Fentanilo, la nueva amenaza

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Cómo fue que esta sustancia apareció en el epicentro de las drogas más mortíferas

Los Sackler constituyen una de las familias hipermultimillonarias de Estados Unidos, más rica que los Rockefeller, y también de las más discretas y filantrópicas, al punto de que les han apodado ‘los Medici del siglo XX’.

Pero lo que pocos conocen es que la fortuna de los Sackler tiene un origen muy oscuro, que comienza con una pequeña empresa de medicamentos y termina convertida en un excelente negocio familiar.

De hecho, en 1950 ya habían ganado lo suficiente para comprar la empresa Purdue Pharma, una farmacéutica que generaba sus ingresos de la venta de un antiséptico color naranja, conocido como pervinox  o povidona yodada, que se utiliza ampliamente en las Salas de Cirugía para desinfectar las heridas de los pacientes. 

Pero fue la entrada a la producción de analgésicos en la década de 1980 lo que significó un gran salto adelante para los laboratorios Purdue Pharma, ahora bajo la dirección de los hermanos Arthur, Mortimer y Raymond Sackler.

Su gran éxito comercial llegó en 1995, cuando Purdue Pharma  lanzó al mercado el Oxycontin  u oxicodona, un narcótico para tratar el dolor agudo, tres veces más efectivo que la morfina.

“El Oxycontin es un analgésico que se sintetizó a partir de una sustancia presente en el opio y por lo tanto es de la misma familia de la heroína”, explica el doctor Brandon Marshall, profesor de epidemiología sn la Universidad de Brown, Rhode Island (EU), quien llevó a cabo una profunda investigación sobre el uso de esa sustancia.

Aparte de su capacidad para neutralizar el dolor, el Oxycontin tiene un potencial adictivo peligrosamente alto, añade el doctor Marshall.Un mercadeo exitoso

Antes de la aparición del Oxycontin, era muy raro que los médicos prescribieran opiáceos u opiodes para combatir el dolor, pero la campaña de mercadeo llevada a cabo por Pardue Pharma fue tan efectiva que el Oxycontin se convirtió rápidamente en un éxito de venta

Las autoridades de Estados Unidos aprobaron el medicamento en 1995 y para el 2010, las ventas alcanzaron la estratosférica suma de  de 3 mil millones de dólares.

La investigación realizada por el doctor Marshall, antes citado, y publicada en el American Journal of Public Health indica que, desde la aprobación del Oxycontin, varias farmacéuticas se enfrascaron en una lucha de mercadeo y de sobornos para convencer a los médicos de prescribir los opioides.

El fentanilo es un opiáceo tan peligroso y efectivo que muchos consumidores mueren por el solo hecho de experimentar con su consumo (fue la droga que mató a Prince y a Michael Jackson).

Especialistas consultados por The New Yorker  y Enquire sostienen que la campaña llevada a cabo por Pardue Pharma también contribuyó a que la prescripción médica de este tipo de medicamentos fuera menos rigurosa, lo que aumentó el número de adictos a los medicamentos derivados de los opiodes, entre ellos el Oxycontin u oxicodona. 

Solo en 2012, lo médicos estadounidenses  extendieron más de 282 millones de recetas para analgésicos opiáceos, incluidos Oxycontin, Vicodin  y Percocet, una cantidad que equivalía casi a un frasco del fármaco por cada habitante de la nación americana.

Esos medicamanteos solo se venden bajo receta médica, pero de acuerdo con la investigación de Marshall, entre agosto de 2013 y diciembre de 2015, varias empresas farmacéuticas, entre ellas Pardue Pharma, pagaron unos 50 millones de dólares a más de 50 mil médicos de todo el país, en gastos de representación a través de restaurantes, viajes y honorarios para incitarlos a recetar opioides como analgésicos.

Epidemia sin precedentes
Como era de esperarse, la fortuna de los Slacker se multiplicó, y para 2016 ya ocupaban un lugar importante entre las familias más ricas de Estados Unidos, con una fortuna ascendente, que según cálculos de la revista Forbes, ya superaba los 13 mil millones de dólares.

Pero a medida que el consumo de opiáceos crecía en Estados Unidos —y se disparaba la fortuna de los Slacker— el uso de los opiáceos derivaba hacia una cantidad de muertes sin precedentes (es estima que el año pasado, más de 60 mil personas murieron  por sobredosis de opiáceos, tan sólo en la Unión Americana).

Sin embargo, ya no era el Oxycontin el que estaba en el epicentro del consumo de los opiáces como drogas recreativas: ahora se habían abierto las puertas al consumo de la heroína y del fentanilo este último una droga de producción casera 50 veces más poderosa que los medicamentos a base de oxicodona, como el Oxycontin.

En fin,  el consumo de los opiáceos se ha salido tanto de control que el presidente Donald Trump se vio en la obligación de declarar una ‘emergencia de salud pública’, algo  sin precedentes en la historia de consumo de drogas en Estados Unidos. (Lioman Lima/ BBC Mundo)

El origen de las nuevas drogas
Oxycontin, Vicodin  y Percocet (nombres comerciales de la oxicodona), son fármacos de ‘liberación controlada’ que, cuando se utilizan correctamente, proporcionan un alivio prolongado del dolor. 

Sin embargo, los que utilizan esos medicamentos como drogas recreativas, es común que  trituren las tabletas y la pulvericen antes de inhalarlas o mezclarlas con otros componentes, eliminando de esa manera el factor de ‘liberación lenta’.

Esa práctica (convertir en polvo las tabletas) suele conducir fácilmente a una sobredosis. 

Esos fármacos se venden solamente bajo receta médica, pero el número de consumidores de la droga ha aumentado de forma constante en los últimos años. 

De hecho, son los consumidores ilícitos de la oxicodona los que han extendido su uso, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, pero además han propiciado el desarrollo del fentanilo, un  derivado del opio, sumamente adictivo, con el que ahora experimentan los adictos a las drogas recreativas.

Un apunte final. Alton Banks, un niño de 10 años que murió por una sobredosis de fentanilo, se convirtió en una de las víctimas más jóvenes del consumo experimental de opioides en Estados Unidos.

La droga en la entidad
El Gobierno de Coahuila externó en octubre pasado su preocupación de que el fentanilo se quede en la entidad (que es donde más se trafica), y citó que tan sólo en cuatro meses han fallecido en EU 150 personas a causa del consumo (es una droga tan fuerte que un perito cayó inconsciente por el solo hecho de manipularla durante un operativo) .