El fantasma de la recesión

Que realmente no hubo crecimiento; que fue poco pero se avanzó; que lo que impera es el estancamiento… economía, el juego que todos jugamos

Esta semana, en México la expectativa y el posterior debate se centró en el dato que el Inegi presentó sobre el crecimiento en la economía nacional en el segundo trimestre: el fantasma de la recesión corría, dividiendo las opiniones.

El resultado ya lo conocemos: México creció en el segundo trimestre apenas 0.05 por ciento, aunque el Inegi lo redondeó en 0.1 por ciento, la segunda peor tasa registrada de 2010 a la fecha.

Los debates previos a la presentación de este dato corrían en dos sentidos: quienes auguraban la catástrofe, porque se tendría un decrecimiento; es decir, que tendría una caída, que se sumaría al registrado en el primer trimestre de este año. Por otro, quienes festinaron que la economía haya tenido esta alza marginal en el Producto Interno Bruto y evitara una desaceleración.

En medio de dos versiones diametralmente diferentes, y polarizantes, analistas e instituciones financieras coinciden: México está estancado y no se ve cómo salir, al menos que haya un golpe de timón que ayude.

 ANCLADO POR EFECTOS LOCALES

Previo a la presentación del dato de Inegi, Citibanamex difundió un estudio en donde afirmó que la economía mexicana está estancada por factores meramente locales.

En este reporte pronosticaba que el PIB estaría contrayéndose 0.1 por ciento; sin embargo, más allá de la cifra negativa o positiva, reseñaba condiciones locales que tenían “amarrado” al País.

“El crecimiento económico se estancó en la primera mitad de 2019; ahora anticipamos que la economía en el segundo trimestre de 2019 haya registrado una contracción trimestral de (-)0.1%.

“En contraste con las recesiones de los últimos 25 años, en esta ocasión no hay un choque económico externo significativo ni importantes desbalances financieros que tengan que autocorregirse; el escenario de bajo crecimiento que visualizamos es esencialmente resultado de factores locales”, consideró Citibanamex el pasado 24 de julio.

En contraste con México, otros países han tenido tasas de crecimiento superiores. Por ejemplo, Estados Unidos –en donde analistas han advertido de una posible recesión en los próximos meses- su tasa de crecimiento del PIB al segundo trimestre fue de 2.1 por ciento, la cual venía de un alza de 3.1 durante el primer trimestre.

O el caso de China, quien esta semana presentó su peor dato para un trimestre en tres décadas, luego de aumentar 6.2 por ciento. 

Un caso similar a México es el de España. El pasado jueves presentó la tasa de crecimiento al segundo trimestre de este año, teniendo una variación de 0.5 por ciento, su peor dato en cinco años.

México, en los últimos 30 años, ha tenido un crecimiento promedio de 2.5 por ciento. Este dato se ha estancado y no parece que vaya a avanzar, al menos esa es la tendencia en el pasado inmediato y en el futuro a corto plazo que ven los analistas.

“La economía de México lleva bastantes trimestres en estancamiento, el promedio de los últimos cinco trimestres es de 0.04%; es decir, no crecemos desde hace poco más de un año.”, escribió Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (FUNDEF), en un artículo publicado en el portal de Expansión.

 ARRASTRA A LA REGIÓN

El pasado miércoles, la Comisión Económica para América Latina, dirigida por la mexicana Alicia Bárcena, quien fue considerada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para ser embajadora de México ante la ONU, ajustó la estimación de crecimiento de la región para este año, la cual se vería afectada por el desempeño de Brasil y México que se sumarían a las crisis en Argentina, Nicaragua y, sobre todo, Venezuela, esto pese a que otros países avanzarían hasta a una tasa de 5.5 por ciento.

En promedio, la economía de la región estaría creciendo 0.5 por ciento, reduciendo su expectativa desde 1.3 por ciento previo a esta nueva estimación.

Este ajuste se debería a que dos de las principales economías de la región vieron recortada su expectativa. Por un lado, Brasil –el principal país del bloque- tendría un alza de 0.8 por ciento, mientras que el de México subiría 1 por ciento.

Sin embargo, hay países con una expectativa de alza en el PIB que son considerablemente mayores a estas dos potencias de la región. República Dominicana lo haría a un ritmo de 5.5%; Panamá, 4.9%; Bolivia, 4.0%; Honduras, 3.5%, y Perú 3.2%.

En contraste, dos países en crisis político-económicas estarían teniendo decrecimientos. Por un lado, Argentina se contraería 1.8%, mientras que Venezuela se desplomaría 23%.

“La región está sumergida en la incertidumbre y desaceleración”, dijo Bárcena. “Llevamos cinco años de desaceleración económica de enorme preocupación”.

En esta sintonía, el Fondo Monetario Internacional advirtió hace días que América Latina seguirá siendo la región con menor crecimiento. El mundo lo hará en promedio 3.2%, Asia 6.2% y hasta la África subsahariana -en donde se encuentran 9 de los países con mayores emergencias humanitarias- tendrá un alza de 3.4%.    

 RETO: EMPUJAR A LA ECONOMÍA

Previo a la presentación del dato sobre el PIB al segundo trimestre, la Secretaría de Hacienda anunció un plan anticíclico para dinamizar la economía.

Arturo Herrera, titular de la cartera que apenas el pasado 9 de julio dejó Carlos Urzúa, presentó un programa de acciones por 485 mil millones de pesos.

“La idea es poner acciones que pretenden dinamizar la economía en 2019, acciones seleccionadas de infraestructura, de financiamiento, y aquellas que tienen que ver con aceleraciones de licitación que tengan un impacto inmediato en la economía”, dijo Herrera en conferencia de prensa.

El anuncio de SHCP contempla una bolsa equivalente al 8.3 por ciento del total del Presupuesto de Egresos del Gobierno federal. Inicialmente, la iniciativa privada dio su visto bueno a este plan.

“Es una buena propuesta. Celebramos que la Secretaría de Hacienda esté actuando de inmediato, tratando de revertir los números que ustedes ya conocen. La economía va desacelerándose muy rápidamente y estimamos que esa cifra va a impulsar de una manera importante el gasto y la inversión para que podamos, de alguna forma, tener un mejor comportamiento de la demanda agregada”, dijo Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).       

Sin embargo, hubo analistas que vieron insuficiente este programa para revertir la situación hasta ahora.

“Se trata de un paquete robusto que interviene sectores específicos de la economía, pero incompleto”, dijo José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) en entrevista con Forbes.

“La mayoría de los proyectos que se enunciaron son pequeños, hay pocos de gran magnitud y me parece que hace falta algunos complementos. Si estos 500 mil millones de consumo e inversión se van a importaciones; es decir, no se usan insumos hechos en México, lo que vamos a ver es que aumenta el desequilibrio de la balanza comercial”, detalló.

En el mismo sentido, Enrique Quintana, director editorial de El Financiero y uno de los analistas más respetados en el sector, sostuvo que este programa hubiera tenido un impacto en 2019 si se hubiera anunciado desde marzo o abril.

“Sin duda estos programas van a ayudar a dinamizar, sobre todo, la maltrecha economía de los proveedores del sector público. Pero no van a cambiar la dirección de la actividad económica.

“El programa es positivo, pero va a resultar insuficiente para impedir que 2019 sea un año de virtual estancamiento para nuestra economía.”, escribió Quintana el 30 de julio.

Salazar Lomelín, presidente del CCE, advirtió que es urgente dinamizar la inversión privada, si se quieren alcanzar mayores tasas de crecimiento.

“Además de incrementar y orientar la inversión pública a las áreas que generan mayor dinamismo, es fundamental que el Estado incentive la inversión privada. Para ello, los empresarios requieren reglas y mensajes claros y propositivos que generen confianza y estabilidad para invertir; un Estado de Derecho fuerte y eficaz; estabilidad macroeconómica; una regulación más eficiente y mecanismos para resolver los obstáculos de ejecución”, dijo Salazar Lomelín.

Pero la confianza por las condiciones actuales es poca. El jueves, el Banco de México publicó su más reciente encuesta con especialistas del sector privado. En ésta, se muestra un desplome en la confianza para invertir. Apenas en octubre del año pasado, el 19% pensaba que era un mal momento para invertir, ahora es de 77%.

Adicional a ello, la inversión fija bruta cayó 2.1% a abril, y esta semana se estará presentando el dato más reciente.

También la inversión pública ha tenido un declive 17.3 por ciento en el primer semestre, y la construcción tuvo una desaceleración de 5.6% en los primeros cinco meses del año. Las importaciones de bienes de capital registraron un retroceso de 5.8% en el primer semestre.

Con todo ello, para reactivar la economía y que el País crezca a mayores tasas saliendo del estancamiento se requiere de un gasto público mejor ejecutado, así como de incentivar las inversiones privadas, coinciden analistas.

“Hace falta un ‘golpe de timón’ que restaure la confianza de los inversionistas… pues hubo uno que la derrumbó”, escribió el analista Quintana este viernes. ¿Lo hará el Gobierno?