Coahuila deberá esperar decisiones sobre gas shale; va USMCA (TLCAN) por estados del sur

Perspectivas del acuerdo comercial y sus consecuencias en México
Fotos: Especial

Con el anuncio, a inicios de esta semana, de que por fin se alcanzó un acuerdo trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, es posible vislumbrar que las tendencias futuras de comercio en Norteamérica reflejen una mayor desconcentración de los flujos de exportaciones e importaciones entre las 96 regiones que integran el subcontinente.

En un análisis sobre el impacto que el llamado USMCA (nuevo Acuerdo EU-México-Canadá, que sustituye al TLCAN), el Centro de Investigaciones Socioeconómicas (CISE) de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), concluyó lo anterior, y agregó que esta renovación comenzará a integrar más a los estado del sur como Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Tabasco.

Respecto a Coahuila, el CISE proyecta que seguirán condiciones similares de importación-exportación, generadas en su mayoría por la industria automotriz, incluso con las modificaciones sobre contenido regional acordadas en ese sector: subir el contenido regional a 75 por ciento desde 62.5 por ciento, y poner un tope a exportación de 2.6 millones de unidades.

El doctor Héctor Malacara del CISE señaló que no se verán grandes cambios en términos de los vínculos que tienen industrias con las cadenas productivas nacionales.

Y dado que Coahuila tiene altos índices de especialización en esos sectores de actividad -industria automotriz y autopartes-, la renegociación no afectaría negativamente al Estado, como muchos creían, aunque con el paso de los años se verá el efecto final.

En materia energética, los investigadores de la UAdeC prevén que no habrá cambios significativos en la entidad, al menos que se aclare el destino de la Cuenca de Burgos; en tal caso el gas shale podría convertirse en un factor importante para incentivar la economía.

“Todo depende también de lo que pase con la parte coahuilense de la Cuenca de Burgos, donde se espera que pronto se comience a explotar el gas shale, y entonces el sector energético también tomaría relevancia y se diversificaría la cartera exportadora del Estado”, señaló el doctor Héctor Malacara. 

En el contexto de renegociación del USMCA, la Universidad Autónoma de Coahuila realizó el proyecto de investigación “Apertura económica en Norteamérica: comercio interregional y dependencia espacial”, en el que participó el doctor Malacara.

El trabajo fue codirigido por los doctores Nicholas Phillip Sisto, del CISE, e Ismael Aguilar Barajas del Tecnológico de Monterrey, y vislumbra una reducción de las diferencias territoriales gracias a la dinamización de las regiones y sectores de actividad que faltan de vincularse al antiguo TLCAN.

Héctor Malacara, señaló que uno de los principales objetivos de la investigación fue identificar los efectos territoriales que había generado la integración comercial con enfoque regional.

Recordó que existen disparidades regionales desde hace mucho tiempo, ya que desde la entrada en vigor del original Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en 1994, Texas concentraba más del 45 por ciento de los flujos de comercio con México, y junto con Michigan y California, casi el 60 por ciento de las transacciones.

Por su parte, la Ciudad de México y los estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León, ya lideraban el comercio con Estados Unidos. Sin embargo, para 2016, cuando iniciaron las renegociaciones del nuevo acuerdo hubo una desconcentración en México. Lo que generó que estados como Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Estado de México, Puebla, Yucatán y Quintana Roo tuvieran un importante dinamismo comercial.

En el caso de Canadá, mientras la provincia de Ontario concentró históricamente los flujos de comercio con Estados Unidos, también incrementó los flujos por parte de otras regiones, como Quebec, Alberta, Columbia Británica y Saskatchewan, en 24 años de TLCAN.

La investigación describe cómo México y Canadá han logrado beneficiarse del intercambio comercial haciendo que distintas regiones se favorezcan de las transacciones económicas.

Por otro lado, el CISE estimó que el TLCAN ha reducido el llamado “efecto frontera” de la Unión Americana con México y Canadá; esto es, el comercio entre estados de EU era 12 veces mayor que el que realizaban con las entidades mexicanas y las provincias canadienses, y ahora es solo 7 por ciento mayor, lo que significa que el acuerdo comercial logró uno de sus principales objetivos: la integración interregional.

¿Sur más globalizado?

Sobre los estados que se activarán con el USMCA, de acuerdo a las tendencias de las relaciones mercantiles, el doctor Héctor Malacara señaló a Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Tabasco, regiones que durante 24 años fueron las que presentaron menos actividad económica. 

“Se estaría hablando (…) de sectores de la agricultura, ganadería, pesca, industrias agropecuarias y de alimentos”, dijo al subrayar que la Agricultura elimina cualquier restricción futura como estacionalidad.

“Sin otro tipo de políticas de desarrollo territorial que aceleren los procesos de integración, las teorías del comercio indicarían que así como de la Ciudad de México hubo vínculos de la actividad productiva de exportación hacia otros estados del Centro del País, y así como de la frontera norte hubo contagios de dinamismo hacia el Occidente y Bajío, se esperaría que las tendencias integraran a las regiones faltantes de acuerdo a los sectores productivos en que se especializan”, añadió.

El investigador ejemplificó el caso de Michoacán, donde en los últimos 10 años se desarrolló un sector agrícola para la exportación de varios productos, como el aguacate.

Agregó que si existen incentivos por parte del Gobierno federal y de los gobiernos locales para implementar políticas de integración, entonces el modelo aplicado en la investigación permite decir que habría un efecto positivo de la vinculación que aceleraría dicho proceso.

“Ya con la renegociación se reduce la incertidumbre por parte de los inversionistas”, abundó Malacara, “ahora con políticas como la anunciada por el futuro Gobierno federal de generar un corredor Coatzacoalcos-Salina Cruz, uniendo los puertos del Golfo con el Pacífico, el transporte de mercancías incrementaría los flujos en esas regiones y se esperaría efectos de derrame positivos para el comercio”.