Volvamos a hablar: 9 de cada 10 niños confían más en Internet que en sus padres para resolver problemas

Los mexicanos pasamos 8 horas al día en Internet, pero solo una conviviendo con la familia

La humanidad hoy está más conectada que en ningún otro momento de la historia. Podemos saber en tiempo real lo que está ocurriendo al otro del mundo gracias a sorprendentes avances tecnológicos.

Gran parte de este cambio se debe al internet y la forma sin precedentes en que ha conectado a millones de personas. El impacto que ha tenido en nuestra dinámica social es tan fuerte que hoy rige nuestro comportamiento diario.

De los más de 7 mil 790 millones de habitantes en la Tierra (2020), el 57.5 por ciento tiene acceso a internet en una computadora, teléfono inteligente o dispositivo electrónico.

Sin embargo, esto no nos ha permitido entendernos mejor como especie.

El proceso de comunicación hoy está roto. Nos sumergimos totalmente en nuestros dispositivos, al grado de que nos olvidamos de las cosas importantes. Por ejemplo, según el INEGI, los mexicanos pasamos ocho horas al día en internet, pero solo una conviviendo con la familia.

El 25% de las personas prestan más atención a sus celulares que a sus parejas

Además, todos decimos cosas sin escuchar. Discutimos detrás de una pantalla, presionamos el teclado con insultos y burlas reduciendo al “otro” a arquetipos y prejuicios.

Entre octubre de 2017 y marzo de 2018 se generaron en Facebook 11.7 millones de post o comentarios violentos. Para ponerlo en perspectiva, es como si cada habitante de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara en conjunto hubieran hecho una publicación de odio cada quien.

Parece que no hacemos el mínimo esfuerzo para realmente entendernos y empatizar con las demás personas.

A pesar de esto, en VANGUARDIA sabemos que las cosas que nos unen son mucho más fuertes que las que nos separan. Por eso lanzamos hoy la campaña “Volvamos a hablar”.

Un esfuerzo por reenfocarnos en las cosas buenas que tenemos a nuestro alrededor, por reencontrarnos con los puntos que tenemos en común y reconstruir las conversaciones que tenemos día a día.

En otro estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Texas, Art Markman, explica que las agresiones digitales están sustentadas en tres factores. ESPECIAL

LA IMPORTANCIA DE ESTAR UNIDOS

¿Cuál es el costo de la conexión digital -tan voraz y demandante- a la que estamos expuestos día con día? La psicóloga Sherry Turkle considera que, aunque irónico, mientras más redes y plataformas existen, las personas tienden a aislarse de la convivencia con otros seres humanos. 

No son suposiciones. Según la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, los adolescentes que usan su celular cinco horas al día tienen hasta el doble de probabilidades de mostrar síntomas de depresión.

Otros estudios señalan, también, que el 25 por ciento de las personas sienten que sus parejas le prestan más atención a sus celulares que a su relación.

Estas cifras nos urgen a repensar la forma en la que estamos interactuando. ¿Qué tanto afecta nuestras relaciones personales la necesidad de estar al pendiente del teléfono? ¿A cuántos amigos hemos dejado de ver en persona por tenerlos agregados en internet, pero ni siquiera hablamos con ellos?

Los adolescentes tienen el doble de probabilidades de desarrollar depresión si utilizan el celular 5 horas al día”.

En VANGUARDIA estamos convencidos de que el actual es el momento de retomar los aspectos que nos unen con otras personas. Tener una plática cara a cara, sin interrupciones, sin una pantalla de por medio. Escuchar sus posturas. Analizar sus gestos. Discernir. Interpretar sus movimientos. Tratar de entendernos. Conversar.

Otro factor importante en la dinámica digital son los comentarios. Y es que, en especial en redes sociales, estos reflejan la verdadera naturaleza de sus usuarios.

Cada vez más llaman la atención los pensamientos sin filtro, las opiniones hirientes o las frases de odio, tan absurdas que es difícil imaginar a una persona diciéndolas en voz alta.  

No es para nada una observación alarmista. El enojo en internet es tan real como abundante e inexplicable. Pero, ¿qué detona este comportamiento?, ¿por qué no enfocarnos mejor en las que cosas positivas?, ¿en dónde quedan los aspectos que nos unen?

Durante un mes, un grupo de periodistas de la Redacción de VANGUARDIA visitamos artículos en diferentes plataformas. En cada uno los comentarios más relevantes o con más reacciones eran los negativos. La cantidad de agresiones es realmente impresionante.

Encontramos, por ejemplo, un artículo del sitio PlayGround publicado el 17 de enero en Facebook. El post habla sobre el esfuerzo de las mujeres que juegan basquetbol profesional en la WNBA y cómo las condiciones que enfrentan son menos favorables que para los hombres.

Entre octubre de 2017 y marzo de 2018 se generaron en Facebook 11.7 millones de post o comentarios violentos. ESPECIAL

El usuario “Alberto Castillo Guzmán” comentó: “Yo no pagaría por ir a verlas. El espectáculo que ofrecen es muy inferior al de los hombres”.

Otro identificado como “Te las spidermamamaste” agregó a la conversación: “Te contrato para jugar basket (sic), ok, pero me embarazaré y no podré jugar y debes pagarme por no hacer nada del trabajo del que me contrataste”.

En una noticia referente a otro tema, la cuenta de Noticieros Televisa publicó en 2018 sobre una huelga de hambre anunciada por personas migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.

La usuaria “Emilia Depp” comentó, “que no coman. Están como puercas estas viejas feas. Y exigen lo que no hacen en sus países. Vaya Cinismo”. Además de diversos errores de ortografía en el mensaje original, en su foto de perfil, la mujer aparece abrazando a su hijo.

“Raúl Hernández” es un usuario que su unió a la conversación con el siguiente apunte: “que comiencen a preparar los funerales”.

Es lamentable darse cuenta que este tipo de comentarios existen desde hace mucho y, lo que aun es peor, que no hagamos mucho para remediarlo.

Cada día, 10.5 mujeres son asesinadas en México, pero el 90% de los feminicidios quedan impunes”.

A principios de la última década, en 2012, el psiquiatra estadounidense, Edward Hallowell, abordó esta realidad y brindó una posible explicación ante esta falta de empatía.

“Tenemos una generación de personas que están demasiado ocupadas procesando información que reciben de todas direcciones, por lo que están perdiendo la habilidad de pensar y sentir”, explicó.

Tal observación no debe pasarse por alto. En otros tiempos, está hubiera sido una premisa distópica de ciencia ficción. Pero hoy, su impacto es tangible y preocupante. Perder la habilidad de pensar y sentir, sería como ser despojados de los que nos vuelve humanos.

En otro estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Texas, Art Markman, explica que las agresiones digitales están sustentadas en tres factores.

El 35% de las personas ya no habla con sus amigos aunque los tiene agregados en línea”.

En primer lugar, porque las plataformas digitales ofrecen un alto grado de anonimato. En segundo término, porque hay una distancia física y mental entre la persona que emite una opinión y quien la recibe, lo cual propicia las peleas. Finalmente, a las personas les resulta más fácil ser hostiles cuando escriben que cuando hablan.

Por todo lo anterior y durante todo este año, VANGUARDIA llevará a cabo diversas acciones encaminadas a retomar los aspectos importantes que hemos pasado por alto. 

Con el lema “Volvamos a hablar”, queremos inspirar nuevas conversaciones, conectar con más personas, descubrir nuevas historias que hablen de las cosas positivas que estamos logrando como sociedad.