Vocación, clave del éxito de profe ganador de Presea al Mérito Magisterial de Coahuila

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Vocación, clave del éxito de profe ganador de Presea al Mérito Magisterial de Coahuila

¡Felicidades! Ricardo Rangel Álvarez fue galardonado con la Presea Estatal al Mérito Magisterial / Marco Medina
Rangel Álvarez es originario de Saltillo, es licenciado en Educación Física por la ENEP, licenciado en Educación por la UPN, donde también realizó la maestría en educación con campo e innovación pedagógica

Para el profesor de educación física, Ricardo Rangel Álvarez, haber ganado en esta ocasión la Presea Estatal al Mérito Magisterial tiene un gran significado, pues es un reconocimiento a su dedicación y vocación por la docencia. 

Rangel Álvarez es originario de Saltillo, es licenciado en Educación Física por la ENEP, licenciado en Educación por la UPN, donde también realizó la maestría en educación con campo e innovación pedagógica y fue reconocido con el premio “Porque son los mejores en 2015”, que entrega Fundación VANGUARDIA. 

La Dirección de Educación Física de Coahuila le otorgó el reconocimiento de primer lugar en su labor educativa y la Condeba (Consejo Nacional para el Desarrollo de la Educación Física y el Deporte en la Educación Básica), el cuarto lugar a nivel nacional y es delegado estatal de la Federación Internacional de Educación Física.

El mayor logro como docente, según comentó Rangel Álvarez, es haber elegido la docencia como una profesión, pues considera que la educación es un factor muy importante para poder contribuir a la sociedad, inculcar en los alumnos valores, hábitos y costumbres por medio de la sesión de educación física.

Además, consideró que haber sido reconocido con la presea Estatal al Mérito Magisterial, es la suma de tres historias.

La primera es la vocación, y recordó cuando en 1997 ingresó a estudiar para profesor de educación física, pues los maestros que él tuvo durante su infancia lo impulsaron a que desde temprana edad soñara con dar clases algún día y tener alumnos a quiénes compartirles sus conocimientos. 

La segunda historia, dijo, se trata de la experiencia y superación profesional, pues en 2001, cuando recién había egresado de la Escuela Normal ya tenía grandes proyectos y expectativas.

“Mis primeros pasos en la docencia fueron complicados, tenía una teoría consolidada, pero poca práctica. Uno de mis primeros grupos se caracterizaba por tener mucha indisciplina y me di cuenta que eso no lo había estudiado en la Normal, que no sabía cómo enfrentarlo, pero lo logré”, comentó.

El haber descubierto que controlar la indisciplina de los niños no lo enseñan en la Normal, también descubrió que ahí es donde está el reto como profesor, lo que le ayudó a crecer profesionalmente.

También tiene en cuenta que el proceso de aprendizaje nunca termina y decidió seguir capacitándose para fortalecer su práctica educativa y, sin darse cuenta, ya tenía muchos cursos, talleres y diplomados que avalaban su profesionalización. 

La tercera historia, dijo, son sus alumnos, de quienes ha aprendido mucho, son el motor y lo motivan a seguir adelante. 

Finalmente, sugirió a sus compañeros maestros que asuman la profesión con mucha vocación.