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Verdaderas historias de terror en Coahuila superan la ficción
El ritual satánico donde murió Jéssica
KARLA TINOCO
El sábado 4 de febrero los vecinos de la colonia Loma Real II, en Torreón, descubrieron que una adolescente de apenas 15 años tenía un palo de madera insertado en uno de sus ojos. La reconocieron como Jéssica Valeria, una jovencita que vivía a unas cuadras de donde fue asesinada.
La Policía encontró que en su rostro también tenía golpes, sólo traía puesta una playera azul; no fue violada. Los vecinos del barrio dijeron a los investigadores que un día antes en el patio de esa casa a Jéssica la acompañaban dos jóvenes más y otra adolescente. Esas pistas llevaron a la Policía a descubrir que ellos la habrían asesinado en medio de un supuesto ritual satánico.
“Ahorita se piensa que incluso hay más gente involucrada en las prácticas satánicas, además de los tres detenidos, independientemente de que hayan participado o no de manera directa en el crimen de Jéssica Valeria”, dijo un informante que investigó el caso.
Rocía de gasolina y prende fuego a sus dos hijos; ella también se inmola
PRISCILA CHAVARRÍA
Uno de los casos que causó gran consternación en Saltillo fue el de Rocío Hernández, una joven madre quien en 2009 se roció gasolina junto con sus dos hijos, para posteriormente prenderse fuego en el interior de sus domicilio ubicado en la calle Múzquiz 410, esquina con General Cepeda en Saltillo.
Según las versiones proporcionadas a la Policía Municipal, Hernández, de 25 años de edad, llegó a casa tras tener una acalorada discusión con su pareja sentimental al salir del bar en el que ella laboraba, fue ahí donde roció con gasolina a la pequeña Fátima, de 5 años, y a Saúl, de 11, hijos de la joven. Luego les prendió fuego y en seguida, en busca de la muerte, repitió la fatal acción con ella misma.
Vecinos del sector reportaron el siniestro al percatarse del incendio, sin embargo, cuando la Cruz Roja acudió al lugar, encontró a los menores con quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo, siendo la niña de 5 años la primera en fallecer en camino al hospital, mientras que el pequeño Saúl y la madre de los menores, murieron días después.
La ‘maldición’ de la familia Puebla
KARLA GUADARRAMA
Seis miembros de la familia Puebla han muerto atropellados en circunstancias y fechas similares. La maldición en el ejido Piedra Blanca, de Parras de la Fuente, Coahuila, marcó a la familia desde hace 34 años. En la carretera 40 a pocos metros de su hogar han muerto 5 de los 30 integrantes de la familia.
La maldición comenzó en 1981 cuando a “Chachín”, un niño de 12 años le cayó un poste de luz encima. En pleno velorio del niño alguien llegó gritando a Piedra Blanca que habían atropellado al abuelo, y así fue. José Puebla, de 96 años, murió en el kilómetro 102+100; coincidentemente 35 años más tarde el más chico de sus nietos moriría atropellado en el mismo lugar.
Manuel Puebla fue el siguiente. El nieto más parecido al abuelo, por gruñón y callado, falleció el día que rompió su abstinencia de alcohol. Fue atropellado en la vía 40 el 27 de agosto del 94. Su hermano, Ricardo, aseguró a su mamá que él sería el siguiente en la lista, y sucedió.
El 28 de octubre del año 96 un camión arrolló a Ricardo, el velador circulaba en bicicleta rumbo al pueblo y para la familia, esa vez tampoco hubo justicia. Diez años después, Margarita, esposa de uno de los Puebla, también murió atropellada en esa carretera, a sus hijas un brujo les aseguró que morir atropellados sería el destino de la familia.
Fue el 28 de agosto de 2016 cuando la muerte visitó nuevamente a los Puebla. Exactamente en el lugar donde murió el abuelo, murió José “Zamorita” Puebla, quien quedó tendido sobre la carretera. El menor de la familia vistió de luto por última vez, hasta el momento, al ejido Piedra Blanca.
Triple homicidio
JOSÉ REYES
Sucedió el 17 de septiembre de 2007 en Saltillo…
Un médico y dos mujeres de la tercera edad fueron asesinados con arma blanca en el interior de su domicilio, en el número 317 de la calle Rafael de Cepeda, en el primer cuadro de la capital coahuilense.
Las víctimas fueron identificadas como Ciro Ramos García, de 53 años de edad y médico de la Clínica 82 de IMSS, así como su madre Petra García Cisneros, de 93 y su tía Josefina Ramos, de 96 años de edad.
Al acudir al domicilio para hacerles una invitación a comer, fue Francisca Ramos García quien encontró los cuerpos de sus familiares con varias heridas producidas con arma blanca, y al doctor con una bolsa de plástico en la cabeza.
Se descartó el móvil del robo, pues aparentemente no faltan objetos en el domicilio donde se cometieron los crímenes.
¡Matan! la tranquilidad
Decapita a su abuela
ARMANDO RÍOS
Parecía de cera, decían los vecinos, cuando veían la cabeza de Cuquita sobre el rotoplás que tenía afuera de su jacalito en un poblado al noroeste de Coahuila.
Después de varios años de ausencia, Daniel volvió al ejido Emiliano Zapata, del municipio de Jiménez, y aunque se decía que “era un buen muchacho”, de un tiempo a la fecha de los hechos los parientes rumoraban que hablaba solo, se reía solo y caminaba sin rumbo entre el monte. “Era satanás”, dicen sus parientes.
Fue una tarde de junio justo antes del Día del Padre cuando Daniel, el nieto de Cuquita, enloqueció y según los testimonios, paseó por todo el pueblo la cabeza de su abuela que había cortado con un hacha por un arranque de enojo, y aunque la gente lo sabía, y lo veía con sus propios ojos, el cuerpo fue levantado después de muchas horas.
“No hubo velorio, le lloramos mucho, el cuerpo se fue directo al panteón con la caja cerrada. Nos enseñaron la cabeza y yo me quería morir del susto”, dice Martha, pobladora de Emiliano Zapata.
Aunque el crimen fue castigado con cárcel para Daniel, la gente del Cereso ha dicho a la familia que nadie va a visitarlo y hasta la fecha sigue hablando y gritándole al aire, como si hubiera sufrido una posesión demoniaca.
Viola y mata a jovencita; se suicida
REDACCIÓN VANGUARDIA
Aquel 24 de noviembre de 2003 fue un día que consternó a los saltillenses. Fue el último en la vida de la estudiante del Conalep II, Silvia Yoana Moreno, de apenas 17 años, quien fue violada y asesinada por “El Madullo”, un pandillero de la colonia Federico Berrueto que desde ese momento se convirtió en una de las personas más odiadas de la ciudad.
José Guadalupe Sánchez andaba intoxicado con resistol amarillo ese día, y junto con su cómplice Víctor Pérez Martínez, vio pasar a la estudiante por el arroyo Las Víboras y decidieron atacarla entre los matorrales. “El Monroy” declararía después que fue “El Madullo” quien le asestó los fierrazos que cegaron la existencia de la jovencita.
Días después, cuando se entregó el asesino, por los delitos de violación y homicidio calificado fue condenado a pasar 56 años tras las rejas.
Pero tres años después del horrendo crimen, el 16 de diciembre de 2006, “El Madullo” fue encontrado colgado en el baño de su celda, en el Cereso de Saltillo. El suicidio sorprendió a propios y extraños, pues nunca se mencionó que el interno sufriera algún tipo de depresión.
En su celda se encontró, como el día que terminó con la vida de Yoana, un bote con resistol amarillo que utilizó para intoxicarse, y quizá hasta para darse valor de tomar el cinto de nylon, enredarselo en el cuello, amarrarlo a la regadera y dejarse caer para quitarse la vida.
Se adueñan pandilleros de puentes
Asesinada a batazos
CHRISTIAN MARTÍNEZ
En el transcurso de la noche del 2 de julio de 2015, Juan Francisco Rivera Castillo asesinó a su esposa utilizando un bate, después de discutir en casa.
Javier en ese entonces tenía 40 años de edad y estuvo internado en el Centro de Salud Mental, debido a sus problemas de ira.
En una de las calles de la colonia Roma y en medio de un charco de sangre, el cuerpo de la mujer de 38 años fue encontrado por su hermana.
El paramédico explicó la causa: un golpe contundente en la sien que provocó la “exposición de masa encefálica”.
El asesino fue capturado dos días después del hecho.
Mató a su esposa, intenta ahorcarse en el penal de Saltillo
Mata a golpes a su hijo de dos meses de edad
ALEJANDRO MONTENEGRO
Una auténtica historia de terror se vivió en Saltillo en octubre de 2012, cuando un bebé de apenas dos meses de edad falleció en una clínica de la ciudad. Sus padres quisieron hacer creer que el niño murió por broncoaspiración, pero los chequeos médicos indicaron que en realidad había sido brutalmente golpeado.
Christopher, de apenas 2 meses de nacido, fue llevado por sus padres Eleuterio y Manuela a la clínica 70 del IMSS. Los doctores ya no detectaron signos vitales en el bebé y sus padres aseguraron que la causa había sido una broncoaspiración, sin embargo, se detectaron huellas de violencia de los últimos 10 días en diversas zonas de su cuerpo.
La Procuraduría General de Justicia del Estado inició una investigación del caso y encontró que el padre del bebé, Eleuterio, fue el encargado de torturarlo y él mismo lo aceptó, aunque aseguró que su intención no era quitarle la vida a su hijo. Tenía huellas de mordidas, de ahorcamiento y una hemorragia cerebral.
Eleuterio confesó a las autoridades que regularmente golpeaba a su hijo Christopher Ángel porque no lo dejaba dormir.