Una corrida luminosa en San Luis Potosí

La quema de toros, una tradición que se vive entre el amago de prohibir la pirotecnia
Fotos: Vanguardia/Pascual Escandón

TEXTO Y FOTOS: PASCUAL ESCANDÓN

Estamos en San Luis Potosí, ciudad capital. El placer de celebrar entre pirotecnia es polémico por peligroso, sin embargo en este estado sigue siendo una de las más socorridas formas de recibir el año. Estamos presenciando la quema de una corrida de toros.

No se puede dejar de lado el factor peligro, que según el Gobierno del Estado dejó a dos personas muertas y 50 lesionados, pero por otro lado es sabida la costumbre de iluminar el ambiente festivo con la pirotecnia, la cual puede se adquiere de toda la vida en fábricas como Pirotecnia Aguilar.

En esta capital y los municipios aledaños, como Mexquitic, echar cohetes va más allá de lo que se puede adquirir en numerosos puestos ubicados en el centro, sino ir hacia puntos más extremos pero vistosos, adorados por los niños.

En eventos especiales, fiestas patronales y festejos en domicilios particulares se viene con todo la quema de los toros.

Un astado hecho de papel que en su lomo lleva montado una serie de cohetes, mismos que arrojan luces de colores; una lluvia que hace la delicia de todos.

Los participantes se colocan en hombros al toro y comienzan a dar vueltas como locos mientras la gente se mueve, algunos para alejarse del fuego, otros de plano retan al toro, éstos se llevan no pocas escupidas en la ropa, que termina con más hoyos que colores.

VANGUARDIA fue invitado a uno de estos eventos, donde la celebración por la llegada del año nuevo se convirtió en el pretexto para una buena corrida de toros.

Cohetes por doquier

De acuerdo con reportes de Protección Civil de la capital potosina, en la jornada de Año Nuevo se reportaron 50 incendios relacionados con la quema de cohetes en la zona urbana y sus alrededores. Siendo lotes baldíos en su mayoría.

En el centro de la ciudad una gran cantidad de puestos fueron colocados, cada uno con el respectivo permiso municipal, y en los costados diversas leyendas preventivas como la de no venta a menores de edad o no fumar, además de unos botes con tierra, agua y una que otra pala.

Aunque se asume que toda la pirotecnia es legal, la verdad es que podían conseguir, auténticas bombas que en un mal manejo pueden dejar tragedias. Afortunadamente, en la metrópoli no se registraron pérdidas humanas o de algún miembro corporal.

Se sabe que de los cohetes más buscados está el llamado “cara de diablo” cuyo estruendo asemeja al de un cohetón de fiesta patronal, pero un artefacto de estos podía conseguirse en sitios no permitidos.

No obstante, en la calle 16 de Septiembre la gran oferta de cohetes, a pesar del peligro ahí sigue, como cada año.

Un panorama diferente a lo que ocurre en Saltillo, donde la prohibición de vender en las calles

Es por eso que para adquirirlos la gente tenía que ir al municipio de Arteaga, donde se instala la Feria del Cohete y en el que el permiso llega directo de la Secretaría de la Defensa Nacional.