Un tesoro dentro de un diente. Rastreando la cronología del “Hombre de Denisova”

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Un tesoro dentro de un diente. Rastreando la cronología del “Hombre de Denisova”

Un análisis de ADN reveló que una especie de homínido vivió en Asia por lo menos 100 mil años

El ADN recuperado de un diente fósil desgastado de un niño, demostró a un equipo de paleontólogos las raíces asiáticas de los parientes de los neandertales llamados, los Hombres de Denisova.

Una mujer de entre 10 y 12 años de edad de la especie homínida, representado por un diente, vivió por menos 100 mil años, concluye el equipo de la genetista evolutiva Viviane Slon, cabeza de la investigación del Instituto Max Planck de Antropología en Lepzig, Alemania.

Esto permite descifrar que el diente sea, por lo menos, 20 mil años más que viejo que los fósiles previamente descubiertos de los “Hombres de Denisova” – un fragmento de dedo y dos dientes. Cuatro especímenes fueron desenterrados en la cueva Denisova en Siberia.

“Tenemos relativamente pocos datos de este grupo arcaico (…) [Tener] cualquier individuo adicional nos emociona mucho” dijo Slon.

El grupo de Slon extrajo un conjunto casi completo de ADN mitocondrial del diente, para compararlo con el material genético de tres Denisovanos, 10 Neandertales, cinco homo sapiens antiguos, cinco humanos actuales, un chimpancé y un miembro del género “Homo de España” para datar con exactitud la edad del hallazgo.

A pesar de que los Denisovanos habitaron la región montañosa de la cueva de Denisova durante decenas de miles de años. Los cuatro individuos fósiles atribuidos a la población antigua muestran niveles relativamente bajos de diversidad genética, afirman los estudiosos.

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La falta de diversidad puede deberse a una pequeña población Denisovana que habitó en parte de Asia; o tal vez vivieron en otras partes del continente y evolucionaron más diversidad genética de lo observado en la cueva.

El descubrimiento de más fósiles Denisovianos en sitios adicionales podrían corroborar esta posibilidad.

Los investigadores compartieron sus hallazgos en la revista “Science Advances”.

Con información de The New York Times.