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Tuca Ferretti, ¿verdad que el código de ética es una basura?
El ‘acusado’ dice llamarse Ricardo Ferretti de Oliveira, le conocen como el Tuca, tiene 62 años de edad, es de oficio director técnico de futbol de los Tigres y, desde hace ocho años, acusado de violar asiduamente el Código de Ética de la Federación Mexicana de Futbol en sus artículos 5, 6, 8, 9, 10, 12, 18 y 26.
La noche del 17 de febrero del 2017, cuando en las tribunas del estadio Luis Pirata Fuente aficionados de los clubes Veracruz y Tigres estaban en pleno connato de bronca, el acusado tomó por el chaleco antibalas y la camisa a un policía local, lo aventó y vociferó frente a él: “Hagan algo, hijos de puta, manden más gente allá”. Luego, se dirigió ante la tribuna, les manoteó y antes de irse llegó un presunta amenaza: “Cuando vayan allá (Monterrey) van a ver”.
Si esto fuera un acta, podríamos haberla redactado más o menos así...
El código de ética del futbol mexicano, que nació en el 2012 y firmaron entrenadores, directivos, aficionados y jugadores, tiene como finalidad ser un manual de comportamiento civil dentro y fuera de la cancha.
“La actuación de toda persona involucrada en el futbol no sólo está sujeta a cumplir los lineamientos y directrices que regulan al deporte, sino también a desempeñarse con ética, respeto, honestidad e integridad, tanto en su vida profesional como personal”, se lee en el código.
Cuando violas ocho de los 14 artículos que integran los “principios básicos” de un código de ética, y lo haces recurrentemente, está claro que tus fortalezas no son la civilidad, la educación o el respeto. Las cosas con Ricardo, uno de los entrenadores más exitosos de todos los tiempos en el futbol mexicano (con 10 títulos, entre nacionales e internacionales), se pueden resumir así:
Te bajas del coche porque has golpeado a otro auto y ves que es el de Ricardo (un Ferrari), y de inmediato recibes como respuesta un “chinga tu madre”. Revisas las noticias y escuchas que le ha dicho a los jugadores que se “dejen de mariconadas”. Estás en una conferencia de prensa y tienes que saber que “las cosas se han hecho así desde que estoy aquí y no voy a cambiarlas” (luego azota la mano en la mesa, se para y se va). También has visto que a sus jugadores del equipo les ha dicho “idiotas, estúpidos, pendejos”.
Y lo último: el viernes pasado miras por televisión a un tipo furioso, descontrolado, abriendo tanto la boca que hasta te da miedo que se vaya a romper los músculos de tanto estirarlos, que empieza a gritar: “Cuando vayan allá (a Monterrey), van a ver”.
En menos de un mes, a manera de muestra de lo que es capaz de hacer, Ferretti violó el código de ética realizando declaraciones, primero homófobas, y, el viernes, incitando a la violencia. El 23 de enero dijo esto: “Que los jugadores se dejen de mariconadas”. Y el viernes ya conoce lo que ocurrió.
Como prueba de que el ‘acusado’ Ricardo Ferretti usa la violencia como método, recordemos el episodio del viernes 3 de septiembre del 2010.
El sitio Mediotiempo lo reportó así: “El técnico de Tigres, Ricardo Ferretti, explotó este viernes contra un aficionado de Pumas, después de que éste le recriminara al brasileño haber abandonado al club capitalino para dirigir al equipo regiomontano”.
“De aquí comiste, cabrón, chinga tu madre”, fueron los insultos que el seguidor de la UNAM lanzó; Tuca no soportó escuchar y encaró al aficionado. “¿Y ustedes por qué no le parten su madre?, ¿son tigres o qué carajos?; a los cabrones que vienen en contra de nosotros, pártanles su puta madre”, gritó .
Lo que ocurrió el pasado viernes no es más que un ejemplo de lo que ha pensado el Tuca cuando se meten con su equipo, con sus fans, con lo que está en contra: “a los cabrones que vienen en contra de nosotros, pártanles su puta madre”, y ocho años después lo resume en: “Cuando vayan allá, van a ver”.
Hoy la directiva de los Tigres no es tan contundente y enfática en pedir ‘justicia’. No al menos como lo fue el pasado 14 de enero por considerar que Chivas trató de negociar a su jugador, Jesús Dueñas, de poca ética.
“Lo sigo repitiendo, hay un código de ética que se firmó desde hace tiempo, lo único que pido al presidente de la Liga y al presidente de la federación es que lo ejerzan, es lo que pido nada más”, dijo el presidente de los Tigres, Alejandro Rodríguez.
Ok. Hasta ahí todo bien.
Después de lo ocurrido el viernes, el mismo Alejandro no solicitó que se aplicara el código de ética a su entrenador ni habló tan severamente de la violencia... sólo le dijo a ESPN. “Estamos esperando la decisión de la Liga; la información ya la tienen ellos y confiamos en su decisión”.
Ayer en un comunicado Tigres no tomó una postura por la conducta de Ricardo, solamente “lamentó” los aconticimientos del viernes pasado. Sólo un discurso hecho: “es indispensable y prioritario garantizar la seguridad en los estadios”.
Si la Liga MX hubiera sancionado todas las actitudes de Ricardo Ferretti por violar el código de ética (de acuerdo con el Reglamento de Sanciones) de los últimos cinco años, el militar “frustrado” -como él se definió en alguna entrevista- ya hubiera tenido que pagar casi 300,000 pesos y estar suspendido al menos 39 partidos, lo que significa más de dos torneos regulares completos (34 fechas).
El ‘acusado’ conocerá probablemente o a más tardar mañana -por la Comisión Disciplinaria- si es sentenciado o no.
Si esto fuera un acta, podríamos haberla redactado más o menos así...