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Tres meses sin Gobierno en España, ¿normalidad o parálisis?
España cumplirá el domingo tres meses sin Gobierno, un periodo inédito en la historia reciente del país que podría extenderse si las fuerzas políticas no llegan a un acuerdo antes del 2 de mayo y se convocan nuevas elecciones.
Los líderes de los principales partidos negocian semana tras semana y la crónica política protagoniza las portadas de la prensa y las conversaciones a pie de calle. Pero, ¿cómo afecta esta situación al país?
"Todo lo que tiene que ver con decisiones políticas está en 'stand-by', pero la maquinaria administrativa sigue funcionando", explica a dpa un funcionario del Estado que prefiere no dar a conocer su nombre.
El Gobierno de Mariano Rajoy aprobó los presupuestos para 2016 antes de las elecciones de diciembre, lo que ha evitado en buena medida la parálisis administrativa.
"Al contar con una partida presupuestaria todo sigue en marcha. El sistema de becas, por ejemplo, sigue funcionando", explican a dpa fuentes del ministerio de Educación.
Lo mismo ocurre con las ayudas a las federaciones deportivas en un año especial marcado por los juegos olímpicos de Río de Janeiro.
"Todo funciona con normalidad", señalan desde el Consejo Superior de Deportes. "Si en vez de aprobarse un presupuesto para 2016 se hubiera prorrogado el del año anterior sí hubiéramos tenido problemas porque en año olímpico es necesario aproximadamente un 25 por ciento más por los gastos que esto conlleva", matizan.
Al otro lado de los muros ministeriales, sin embargo, aflora la preocupación. Banqueros y empresarios observan con inquietud los datos económicos de un país en plena recuperación económica tras una dura crisis que todavía tiene efectos. Y hacen un llamamiento a los partidos para formar Gobierno cuanto antes.
"Que el cuarto país de la zona euro no tenga Gobierno no es nada bueno. Esta situación nos puede dejar marcados si se prolonga más tiempo, especialmente en un momento en el que habría que tomar medidas económicas", explica a dpa Jacobo Blanquer, experto en inversiones de la sociedad de valores Tressis.
Algunos indicadores económicos lanzan avisos. La confianza de los consumidores cayó en febrero por segundo mes consecutivo por el retroceso de las expectativas y por la peor valoración de la situación actual y el mercado inmobiliario registró en el primer mes del año un frenazo tras 16 de subidas.
Ciertos sectores advierte de que el crecimiento de la economía española y la creación de empleo se están ralentizando.
La deuda pública, que cerró 2015 casi en el cien por cien del PIB, es otro de los principales problemas de España junto con el desempleo, cuya tasa supera el 20 por ciento.
La Unión Europea (UE) advirtió hace unos días que el país no cumplirá el objetivo de déficit, pero no puede pedirle grandes reformas ni ajustes con un Gobierno interino.
Rajoy y sus ministros tienen limitadas sus funciones y por ley solo pueden hacer una gestión ordinaria de asuntos públicos, con la excepción de casos que requieran urgencia y en los que haya un interés general, siempre que estén acreditados.
"Los compromisos ya adquiridos por el Gobierno con la Unión Europea se respetan, pero si hubiera otros que implicaran medidas legislativas, habría que hacer una interpretación para ver si son urgentes. En principio, no se podrían realizar si exceden los asuntos ordinarios que contempla la ley", explican a dpa fuentes de Moncloa.
Rajoy no tiene actualmente competencias para aprobar un nuevo presupuesto ni para presentar proyectos de ley al Parlamento, por ejemplo.
La polémica gira estos días en torno a un eventual control del Congreso de los Diputados al Gobierno interino. Éste se niega a rendir cuentas ante la nueva cámara surgida de los comicios de diciembre, en la que el Partido Popular (PP) de Rajoy no cuenta ya con una mayoría absoluta.
Sin embargo, ante tratados internacionales de gran calado, como el referente a la crisis de refugiados, el jefe del Ejecutivo en funciones no tuvo más remedio que tener en cuenta al resto de grupos parlamentarios y se vio presionado a acudir esta semana a Bruselas con una posición consensuada bajo el brazo.
Las elecciones de diciembre dejaron un Parlamento más fragmentado que nunca y ninguna de las fuerzas políticas obtuvo los apoyos necesarios para gobernar en solitario.
El socialista Pedro Sánchez, segundo en los comicios tras Rajoy, protagonizó en febrero la primera investidura fallida de España a pesar del apoyo que recabado por parte del partido liberal Ciudadanos, su actual socio.
A día de hoy, el PP de Rajoy sigue pidiendo encabezar un Gobierno de gran coalición a la alemana, lo que el PSOE rechaza. Mientras, el izquierdista Podemos, persigue hasta ahora sin éxito un acuerdo con los socialistas para gobernar conjuntamente.
Si el 2 de mayo no hay investido un presidente del Gobierno, el país se verá abocado a unas nuevas elecciones el 26 de junio. Éstas podrían dejar un resultado similar a las de diciembre. Y, en ese caso, el Gobierno de Rajoy continuaría en funciones.