¿Siguen vigentes las entregas de premios?

Con una audiencia cada vez menor, tanto los Oscar como otros galardones del cine y la música a nivel internacional que se transmiten en vivo parece que cada vez captan menos la atención del público y su autoridad disminuye
Foto: Internet.

Si no has visto Emily en París, no lo hagas, no vale la pena. El internet entero habló sobre ella cuando se estrenó su primera temporada en Netflix el pasado 2 de octubre. La serie, producida por Darren Star, quien también está detrás de Sexo en la Ciudad, trata sobre una publicista que viaja a la Ciudad de la Luz para asesorar a una compañía de allá.

El choque cultural que plantea ofrece un terreno rico para hablar sobre la multiculturalidad de París y otros temas relevantes, pero en su ejecución los espectadores descubrieron que es todo lo contrario. Es racista, es poco graciosa y hueca. Su protagonista pretende que los franceses se adapten a su modo de vida americano cuando se enfrentan ambas culturas, su mejor amiga asiática hace chistes racistas, sexistas y sexuales a expensas de su propia raza y el único personaje de raza negra solo aparece ocasionalmente, a pesar de que la capital de Francia rebosa de diversidad humana.

Los críticos y los espectadores cuestionaron este y más aspectos de la propuesta, al grado de que incluso la actriz Lily Collins, quien interpreta a la protagonista, ofreció una disculpa pública. Pero todo tomó un giro aún mayor cuando, a pesar de esta negativa recepción, obtuvo dos nominaciones a los Globos de Oro este 2021, una para Collins como Mejor Actriz en Serie de Comedia o Musical y otra para la propia producción, como Mejor Serie de Comedia o Musical.

La situación no habría pasado de críticas y cuestionamientos a los criterios de selección —que en este caso decidieron premiar al racismo de la serie— de no ser porque el LA Times publicó una investigación donde reveló que gran parte del jurado recibió una “visita guiada”, todo pagado, a la sede de filmación de Emily en Paris, donde fueron hospedados en los hoteles más lujosos y comieron en los restaurantes más caros, todo cortesía de Paramount Network. Ahora la serie se prepara para su segunda temporada.

Este es solo el escándalo más reciente que ha puesto en duda la legitimidad y vigencia de las entregas de premios más importantes del mundo, en especial aquellas que son televisadas, como los Oscar, los Globos de Oro y los Grammy, que ante la pérdida de su rating también se enfrentan a la pérdida de su credibilidad.

 

La ‘adaptabilidad’ de los Oscar

Este domingo es la entrega de los Premios de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, los Oscar. Año con año, desde hace unas cuantas ediciones, sus presentadores bromean en el monólogo inaugural cómo es que la Academia, y por ende las nominaciones, está regida por “un montón de viejitos blancos y conservadores”.

Esto se ha notado desde hace décadas en los premios que han otorgado, con poca representación de personas negras, asiáticas, latinas o mujeres, sin mencionar la reticencia que tenían para aceptar productos distribuidos a través de plataformas de streaming.

Los movimientos Me Too y el Black Lives Matter los obligaron a cambiaron lo primero, mientras que la pandemia, que cerró cines en todo el mundo e impidió el estreno tradicional en salas de las películas los obligó a cambiar lo segundo.

Pero, como algunos analistas lo han hecho notar, esto no se debe a un cambio de corazón, sino a una necesidad ante la disminución de sus ratings —lo que a su vez afecta los casi 2 millones de dólares que cobran por 30 segundos de publicidad durante el show—, aunque otros tantos señalan que la causa están en el espectáculo en sí; las entregas de premios ya no son lo que eran y los nuevos públicos desean algo más, algo que aún no les han dado y no lo encontrarán en un cómico famosos como presentador o en la victoria de películas que pocos han visto hasta el momento de la premiación.

 

El abuso de los Grammy

Otro de los galardones que está en la mira por su falta de inclusión es el Grammy. Este año, aunque se llevaron las palmas por la representación que le dieron a la comunidad afroamericana y al Black Lives Matter, también fueron cuestionados por nominar a la banda de K-pop BTS, aparentemente, solo para subir sus números de espectadores —pues es bien sabido que estas agrupaciones convocan masivamente a sus fans donde sea que vayan, presencial o virtual— sin darles ni una mención y, según fuentes dentro del evento, tratándolos de manera condescendiente.

A esto se suma su localización, por lo que aunque otorga premios a categorías de géneros y artistas latinos, al menos en su edición norteamericana —que no en los Latin Grammy— le da gran énfasis al género country, uno que se consume mayoritariamente en los Estados Unidos, por lo que la relevancia de esta entrega de premios es aún mayor fuera de este país en lo que no se refiere a las grandes estrellas del momento.

 

46.7 millones de espectadores vieron los Oscar en el año 2000, en 2020 solo fue la mitad.

35 actores y actrices negras han sido nominados o ganadores de la estatuilla a Mejor Actor en 94 años.

77 actrices mujeres han recibido el mismo galardón en toda la vida de los premios.