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SEC celebra día de los museos
El Museo de Artes Gráficas (MAG) y la Dirección General de Historia, Museos y Patrimonio Cultural, festejaron el pasado jueves y viernes, respectivamente, el Día Internacional de los Museos, con actividades culturales que reunieron a un muy variado público.
La exposición “La luz invisible” del fotógrafo Raúl Cantú despertó desde su inauguración en marzo mucha curiosidad entre los asistentes al MAG y el 24 de mayo, su autor ofreció una conferencia donde reveló los pormenores del trabajo detrás de estas imágenes.
Esta serie de fotografías captura el paisaje coahuilense, principalmente, bajo la luz infrarroja que rara vez vemos, revelando una imagen inusual y fantástica, propia de una historia de ficción, con tonalidades de colores que en nuestro día a día somos incapaces de percibir.
Filtros especiales, cámaras modificadas y una especial pasión por la fotografía de paisaje fue a lo que Cantú tuvo que recurrir para la realización de estas imágenes.
En particular lo que más destacó en su charla fue la pasión por su arte, el cual fue transmitido a su público, cuyos miembros se mostraron interesados por los detalles técnicos detrás de su obra durante el espacio que se otorgó para las preguntas y respuestas.
El evento culminó con la participación del grupo Zafiro Jazz Project, quienes amenizaron la tarde en el patio del MAG con buena música.
La mañana siguiente la Capilla del Santo Cristo fue sede de una conferencia a cargo del arquitecto Arturo Villarreal, quien llevó a los asistentes, que llenaron el centro de culto, a través de un recorrido por el patrimonio que Coahuila tiene en materia de retablos.
El conferencista recalcó varias veces durante el evento que aunque nuestro estado no se compara a otros en el sur, los 17 retablos que se encuentran en iglesias de Monclova, Saltillo, Parras y Viesca, representan un verdadero tesoro para la entidad, que supera a otras como Nuevo León, que sólo cuenta con 1 en todo su territorio.
Villarreal dio a conocer los pormenores de la fabricación de estos muebles arquitectónicos que adornaron las iglesias de la Nueva España durante prácticamente todo el periodo barroco, que aquí se extendió hasta bien entrado el Siglo XIX, casi cien años después de que dejó usarse en Europa.
Resaltó también las características individuales de algunos, como los elementos que los componen, detalles sobre su particular historia y la importancia de su preservación y las dificultados que supone trabajar sobre tan antiguas obras, la mayoría demasiado delicadas.