Sus gritos de auxilio los salvaron. La Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) confirmó ayer el rescate de 24 adolescentes que estaban hacinados junto a 65 adultos en un anexo ilegal de la colonia Postal Cerritos, una casa donde sufrían malos tratos y condiciones insalubres.

VANGUARDIA informó ayer sobre una intensa movilización la noche del miércoles en “Mi Familia CRPEAD”, falso centro de rehabilitación que ya fue clausurado. Vecinos solicitaron en redes sociales la presencia de las autoridades en el sitio, tras escuchar lamentos. 

Yezka Garza Ramírez, titular de la Pronnif, indicó que luego de realizar un recorrido se ubicaron a los menores de entre 13 y 15 años, 21 varones y tres mujeres.

“La Pronnif constató que duermen en los mismos dormitorios que los adultos, sólo cuentan con una regadera para hombres y una para mujeres. Además de no contar con permiso vigente para funcionar”, detalló.

Ya bajo resguardo, los jóvenes expusieron los abusos a los que estaban sometidos: la mayor parte del día los tenían sentados y sin tomar agua, y no los dejaban bañarse ni lavarse los dientes hasta por un mes.

Además, extraoficialmente hubo conocimiento de agresiones sexuales a los adolescentes, incluso por parte del personal del centro, aunque esta información no fue confirmada.

Los menores fueron trasladados a la Pronnif. Se dio aviso a sus padres y estos los recibieron de vuelta tras la firma de un convenio de buen cuidado. Sólo uno de los 24 fue ingresado al Albergue Varonil del DIF, ya que no se logró localizar a su familia.

ESTABAN ENCERRADOS EN ANEXO ILEGAL 

Por tercera vez en el año, y segunda en una semana, adolescentes escaparon de la seguridad del Albergue Varonil de la Casa de los Niños y Niñas del DIF; ahora fueron tres, de los cuales dos fueron localizados ayer mismo y uno más permanecía sin ser ubicado –hasta el cierre de la edición–.

Tras darse a conocer la situación, fuentes allegadas a la estancia informaron sobre deficiencias en las instalaciones, las cuales motivarían a los menores a tratar de escapar.

Alma Rosa Aguirre, psicóloga especializada en educación especial y docente de todos los niveles educativos durante 40 años, exigió respuestas a las autoridades ante la reiteración de casos.

“Tuve la oportunidad de ver cómo eran atendidos los niños. No voy a hablar mal de la institución, pero sí les falta algo, lo más importante: amor. Amor para tratar a esas criaturas que no tienen ninguna culpa de la situación por la que pasan (…) por algo huyen”, expuso. Con información de Quetzali García