¿Quién es la paramédico que sostuvo de la mano a joven a punto de la muerte en Saltillo?

Por más de 20 minutos la paramédico Alejandra Villarreal tomó la mano de un joven prensado tras sufrir aparatoso accidente automovilístico en Saltillo

En medio de una tragedia también se pueden encontrar gestos humanitarios. Tal como el que se dejó ver el pasado domingo a través de Marta Alejandra Villarreal Zamarrón. Por más de 20 minutos, la paramédico de Cruz Roja delegación Saltillo, tomó la mano de un joven prensado tras sufrir un aparatoso accidente automovilístico en el que dos personas perdieron la vida. 

Alejandra Villarreal tiene 25 años, de los cuales ha dedicado 8 como técnico en urgencias médicas. El pasado domingo 12 de enero a las 21:55 horas, justo cinco minutos antes de que Alejandra acabara su turno, en la torre de Cruz Roja se recibió un llamado de auxilio a través del 911. Se solicitó unidades de emergencia en Paseo de la Reforma cruce con Urdiñola. 

“Ya te vamos a sacar y vas a estar bien, yo se que te duele pero aquí estamos contigo”, fueron algunas de las palabras de Alejandra durante el rescate. 

En el lugar, un Jetta Volkswagen rojo con placas FMB8775 fue partido por la mitad tras impactarse con un poste de luz. La unidad de Alejandra fue la primera en llegar. La escena fue catalogada como insegura por los cables sueltos y las chispas que estos generaron. 

La paramédico se acercó para evaluar a los lesionados. Un herido fue Noé Flores, aunque con golpes severos y en estado de shock, él logró salir del vehículo y dijo que provenían de una reunión en la colonia Zaragoza. 

Foto: Ulises Martínez

Pero al interior del coche había tres personas prensadas, dos en estado delicado y una más sin vida: Luis Alejandro Vázquez Moreno. 

El rescate

De acuerdo a protocolo, se brindó atención a uno de los prensados más graves. El conductor, Darío Valdés Saldívar, quien murió más tarde en el Hospital Universitario

Mientras las “quijadas de la vida entraron en acción”, Alejandra decidió atender al otro pasajero ubicado en la parte trasera del auto. 

Le tomó la mano para brindarle los servicios de emergencia e inyectarle suero. Desde entonces no se soltaron hasta que el joven fue liberado. Le dijo que su nombre es Ricardo. Se quejó de una herida en el cachete y dolor en las piernas, perdía mucha sangre. 

Durante más de 20 minutos Alejandra mantuvo sujeto a Ricardo Sandoval, para hablarle y mantenerlo consciente. Recuerda que el joven tenía conocimiento del estado grave de sus amigos, por lo que, el apoyo era la mejor medicina en el momento.

En entrevista, la paramédico comentó,nosotros nos basamos en valores, el principal es humanidad. Si yo tenía miedo estando afuera porque era una escena insegura, el joven estaba herido y atrapado. Pensé, tal vez lo necesita, tienes que estar ahí, ser sensible y humano”.

Foto: Ulises Martínez

Compañeros luchaban por su vida, ella le daba fe

“No es mucha ayuda, yo no podía hacer más porque él estaba atrapado. Y si podía estar y hablar con él para que no se sintiera solo, pues es lo que se hace, mientras mis compañeros hacían una labor increíble para sacarlo”, contó la estudiante de medicina de la Universidad de Nuevo León

Tras lo ocurrido, Alejandra reflexiona que esto no es cuestión de práctica, si no un acto humanitario. “Todo es caos y es mucha adrenalina, tienes que enfocarte y ponerte en el lugar de los demás”, explicó.

Alejandra agregó que, “este fue un accidente muy terrible y son cosas que te impactan. Pero a todos tienes que darles lo mejor de ti, aunque sea lo más humano, si en el momento no puedes hacer más”. 

Al día siguiente, al equipo de rescate se le informó que Ricardo se encuentra estable y continúa siendo atendido. 

Para Alejandra, este fue solo uno de los muchos momentos en los que los paramédicos ejercen ese sentido humano, pues reconoce que todos los días se le tiende la mano a alguien enfermo, accidentado o en crisis nerviosa. 

Su vocación es el servicio y ayudar a las personas. Para ella es difícil describir el por qué, pero tiene bien claro que ese es su llamado.