¿Qué hay detrás de la elaboración de las pomadas de mariguana?... Vanguardia entró a un laboratorio clandestino

Semanario tuvo acceso a un laboratorio clandestino de bálsamos hechos con peyote y mariguana. Estos productos circulan desde hace décadas de manera ilegal con la esperanza de que el cannabis cure lo que las medicinas no pueden
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Alquimia ilegal
La cocina de una casa sirve como laboratorio y encierra los procesos de estos narco curanderos que dicen que además del dinero, quieren ayudar a la gente a curarse.
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Todo cabe en un botecito
Mariguana, peyote, ruda, manzanilla, árnica, laurel, orégano, axocopaque y hasta pirul son entre otras plantas las que se mezclan con cebo de res para transformarse en este bálsamo.
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Cualidades
En la actualidad los dos cannabinoides principales de la planta de marihuana que presentan interés medicinal son el THC y el CBD. Estas sustancias pueden reducir el dolor, la inflamación y el enrojecimiento, así como controlar los problemas musculares. Sus posibles usos terapéuticos se siguen explrando e investigando.
Fotos: Vanguardia/Luis Castrejón

Texto: Jesús Peña
Edición: Quetzali García
Fotos: Luis Castrejón
Video: Estefan Baltezán y Jesús Peña
Diseño: Édgar de la Garza

 

A don Nacho, el papá de Petra Morales, le empezó un ardor de piel, como urticaria, como alergia. Era una comezón terrible que no lo dejaba ni dormir. En un tris su cuerpo se llenó todo de ronchas.

Y lo único que le quedó limpio, a salvo, fue el rostro.

“Has de cuenta escamas de pescado, así resecas, feas, picosas, espinosas. Pura resequedad; y le sangraban cuando se las arrancaba”, dice Petra todavía con estupor, como  incrédula de lo que cuenta una mañana brumosa en la sala de su casa en la colonia Mirador.

En el IMSS le recetaron a don Nachito toda clase de ungüentos  y otras medicinas tomadas, pero no le hicieron efecto.

Los doctores del Seguro, dice doña Petra, no le daban al clavo.

Doña Petra es chaparrita, lleva delantal, el pelo a los hombros teñido de castaño y a sus 80 otoños tiene el cutis terso y una lucidez de veinteañera. Es ama de casa y enemiga acérrima de la medicina moderna.

Así trascurrió más de un año de tormento para don Nachito, que sentía quemarse en vida. La última visita que don Nacho hizo al médico fue para Petra la tristeza, la decepción.

“Le digo ‘a ver doctor, ¿qué está pasando con mi papá?, ya tiene un año con esa complicación, con esa infección y no se le quita, ¿cuándo se le va a quitar’. El doctor se enojó, dijo ‘¿quién te ha dicho que el enfermo diabético se cura?, jamás, jamás’, le digo ‘no doctor, yo le estoy diciendo de esta complicación’, y dice ‘ah, esa es una de las tantas complicaciones que va a tener tu papá’, le digo ‘¿por qué?’, dijo ‘porque un diabético padece 100 ó más de 100 enfermedades’, te imaginas…”.

Petra salió devastada del consultorio.

Entonces la palabra diabetes no era tan conocida, no existían los productos sin azúcar, ni las campañas de prevención hoy tan publicitadas. La palabra apenas comenzaba a escucharse en la década de los setentas, pero a don Nachito ya le habían amputado ambos pies.

Al paso de los días aquellas escamas proliferaron en su cuerpo. Escamas de cuero sobre cuero.

¿Cómo se llamaba aquello?, Petra nunca lo supo, pero dice que era una cosa “horrible”.

Un día alguien le dijo de un doctor que consultaba en el Templo de San Francisco, por la calle de Juárez, y curaba con yerbas. 

Se trataba del famoso, hoy ya fallecido, fraile Francisco Luna González, mejor conocido como “El Padre Luna”, originario de Guadalajara, erudito en herbolaria y creador de la fórmula de los socorridos “Bálsamo” y “Súper Crema”, milagrosos, que estuvo en Saltillo allá por los años setentas.

Aquel doctor — sacerdote, de unos 50 años, alto, fornido, de cara redonda y colorada, amabilísimo, según sus pacientes, se conmovió ante del dolor de don Nacho, el papá de Petra.

“Nomás al verlo, porque tenía una mirada preciosa, dice ‘esto no es de ahorita, ¿por qué no me lo habías traído?’, le digo, ‘porque no me daba cuenta de usted, no sabía…’ dijo ‘qué bueno que lo trajiste, esto ya se está pasando’. Las escamas eran muy gruesas ya mijo…”, platica doña Petra.

El padre sacó una bolsa de esas como para el pan, larga, de un material grueso, y echó dentro unas ramas frondosas de una yerba que Petra no recuerda, que no tuvo la precaución de anotar,

Petra, le indicó, el cura Luna, debía hervir en agua esa yerbas y bañar con ella a don Nacho, “lavarlo y que se le remojara todo aquel mugrero tan duro, que si mi papá se lo arrancaba era un sangrero…”.

Luego el sacerdote le despachó un frasco grande de un líquido café, como yodo, como mercurio, que Petra aplicaría con, algodón en el cuerpo de su papá después del baño y una vez que estuviera seco.

Finalmente le dio una pomada, era la insigne “Súper Crema Milagro” que Petra untaría sobre el cuerpo escamoso de don Nacho.

“La pomada era árnica, pero preparada con más componentes”.

—¿Peyote y mariguana?

—Nomás él sabía lo que nos daba, pero sí, se manejaba muy a la sorda, la gente sabía, eso no venía en las etiquetas.

Petra jura y perjura que al mes don Nacho sanó y jamás aquella extraña enfermedad volvió a fustigar a su padre, hasta el día en que murió, a los 85 años, víctima de la diabetes.

“La piel le quedó perfecta. Ahora ya nadie cura, ya nadie alivia, te siguen dando medicamento pa que te controles, pero no te quitan la enfermedad.”. Petra se atrevería a decir que el padre Luna fue el primer médico naturista que hubo en Saltillo.

DOCTOR MARIGUANA

Hay dos envoltorios de papel periódico con matas de mariguana; y más allá, a la entrada de una lavandería, que más bien parece bodega, el cuarto de los triques o algo así, unas plantas de peyote y varios costales rebosantes de otras yerbas.

No es la casa de un narcotraficante, tampoco la de un dealer, ni la de un hippie.

Al señor que vive aquí, en esta vieja casa del centro con altas techumbres y paredes espesas, le dicen “El inge”, y es quizá uno los pocos en Saltillo que se dedican a la preparación artesanal, casera, de medicamentos, (bálsamos, pomadas), a base de plantas prohibidas. Plantas que, al decir de sus más rancios defensores, como “El inge”, son eficaces para cualquier dolor.

“¿Un churrito?”, bromea “El inge” y se ríe.

Unos amigos le habían regalado semillas de canabis, él las plantó y al rato le crecieron unas matotas. El peyote él mismo lo cortó de las afueras de la ciudad, a orilla de las carreteras donde trabajaba, no da otras señas. 

Dice que él aprendió el arte de hacer bálsamo y pomada por accidente.

En realidad él es ingeniero civil, graduado en la Universidad Autónoma de Coahuila, pero una doña que se llamó María del Carmen Villarreal de Sánchez,  Carmelita, lo enseñó.

Guadalupe Sánchez Villarreal, dice que su madre, María del Carmen Villarreal de Sánchez fue una de las herederas de las fórmulas de la crema y el bálsamo “Milagro”, además de la Jalea Real del padre Luna.

Aquel sacerdote, que según una historia de internet había estudiado herbolaria en Estados Unidos, tuvo que regresar a Guadalajara, su tierra natal, pero antes de irse enseñó a Carmelita a preparar los productos. “Se encariñó con ella y fue del modo que le dejó las cremas y todo a mi mamá”.  Después Carmelita las fabricaba con la ayuda de su esposo en su casa, aledaña al templo de San Francisco.

Ella fue según “El inge”, una de las tantas herederas de la fórmula con 12 yerbas, del bálsamo y la pomada milagrosos que inventara el cura franciscano Francisco Luna González y que, se dice, han aliviado a mucha gente.

“Doña Carmelita era muy devota, como toda su familia, y cuando llegaban los padres al templo de San Francisco ella los invitaba a comer a su casa. Les gustaba su comida a los padres. El Fray (Francisco Luna) empezó a trabajar con yerbas y le dijo a la señora Carmelita cómo hacerlo. Llegaba mucha gente a curarse. Se va el sacerdote, lo cambian de templo y él le pasó el secreto a la señora. Ése y el de otras muchas yerbas. Cuando se va el padre a Guadalajara, toda la gente empezó a ir con ella.

Dice ‘¿qué hago?’ y pos comenzó a curar. Venía gente con sus heridas abiertas, sus llagas y ella los curaba”.

Lo de “El inge” fue así nomás, de repente, muchos años después.

“El inge”, cuenta que se hallaba trabajando en un proyecto carretero, cuando un buen día vino doña Carmelita, a quien conocía de años, y le pidió de favor que le ayudara a preparar  “Súper Crema Milagro”.

Que necesitaba cebo, peyote, mariguana, le dijo la señora, y él respondió: “por eso no se preocupe, señora”. Los chavos de su trabajo eran bien mariguanos, como andaban en el solazo de la carretera, y él les dijo “¿traen semillas?”, y ellos sacaron semillas. “El Inge” sembró la mariguana y le creció, le dio planta y de esa planta le puso a la crema.

“Peyote había mucho en la pista y como trabajaba yo para el gobierno y andaba en camioneta con logotipo del gobierno pos no tenía lío de traslado, era difícil que me parara el Federal. Los soldados nada más la revisión rutinaria y hasta ahí…”.

—Usted ya conocía esas plantas, ¿no?

—El peyote ni lo conocía. Fume mariguana, pero no me cayó. Ahorita puro alcohol y tabaco.

Después “El inge”, tiró pa’l monte a juntar las yerbas que faltaban.

Doña Carmelita le heredó el secreto de la fórmula:

Mariguana, peyote, romero, ruda, manzanilla, árnica, laurel, orégano, hojasén, menta, axocopaque, pirul, eucalipto, gobernadora, sábila, limón, entre otras plantas, cebo de res y un poderoso químico del que “El inge”, se reserva el nombre.

El árnica, la gobernadora y la ruda, contenidas en la fórmula de la crema y el bálsamo “Milagro”, están vetadas en la práctica de la medicina tradicional, según el ACUERDO DOF: 15/12/1999, por el que se determinan las plantas prohibidas o permitidas para tés, infusiones y aceites vegetales comestibles.

Doña Carmelita le confío también la receta del “Súper Bálsamo Milagro”, que se elabora a base de las mismas plantas, diluidas y fermentadas en alcohol de 96 grados, con limón.

La señora miró que “El inge”, tenía buena mano para eso de la herbolaria y desde entonces lo hizo su ayudante.   

“A la señora le gustó cómo se elaboró la pomada, el color, todo…, Dice ‘me gustó cómo la hizo, hágame más’ y le hago más”.

Un frasco lleno de ¿milagros?

“Si esta crema no hubiera funcionado yo no la hubiera hecho. Mucha gente la busca porque es muy buena, les ha ayudado mucho. La gente busca el producto y me dice ‘hágalo’, lo hago, no lo hago por hacerlo…”.

En su etiqueta se lee que estos productos son buenos para casi todo; desde un catarro, reumas, artritis, bronquitis, várices, hongos, llagas, granos, juanetes, callos, ojeras, espinillas, acné, herpes, pie diabético, golpes y dolores de espalda, hasta unas hemorroides, estrías y obesidad.

“Bronquitis en los niños, la mezclas con Vaporub y al día siguiente amanece uno con madre. Si traes alguna infección en la garganta haciendo gárgaras con el bálsamo te alivianas”, dice “El inge”, como si fuera un merolico de mercado ambulante. 

Sus rótulos no especifican los ingredientes de estos productos ni traen alguna leyenda preventiva.

“Si trae la mariguana o el peyote, si me la ven así, me chingan. No, si dice…¡imagínate! Es que ése es el secreto precisamente”.

Con el tiempo “El inge” descubrió que este era un buen negocio, al menos a él le ha dejado plata. 

¿Qué pensaría de esto Fray Luna González, el desinteresado inventor de estas fórmulas, si lo supiera?

“El inge”, 47 años, es alto, moreno, corpulento, cabello crespo y emana un aire como de despreocupación que raya en el cinismo ante la vida. 

“El inge”, no es dueño de ningún emporio industrial.

Su laboratorio es la cocina, la lavandería, el patio trasero de su casa.

“El inge” es huidizo, no permite que nadie lo vea trabajar y es reacio a la hora de hablar sobre cómo fabrica la “Súper Crema Milagro”.

Pero a groso modo dice que el proceso va de que se cuece la mariguana y el peyote, en varios litros de agua, junto con las yerbas.

El aceite que resulta de esa infusión, se mezcla con el cebo de res, que “El inge”, hierve en un cazo para chicharrones.

Se menea, se menea, se menea.

A esa combinación se añade un poco de colorante y aromatizante orgánicos, luego un químico secreto, y entonces el cebo, mezclado con el aceite de yerbas, se deja enfriar y reposar, hasta que adquiere una consistencia sólida.

El resultado es la “Súper Crema Milagro”.

Dice “El inge”, y muestra el fondo de una gran olla con los restos de una pasta verdosa, olorosa a cebo y yerbas silvestres

En el patio hay una garrafa trasparente, del tamaño de un botellón de agua purificada, donde ya se fermenta la mariguana y el peyote, con el romero, la ruda, manzanilla, árnica, laurel,  orégano, hojasén, menta, axocopaque, pirul, eucalipto,  gobernadora, sábila y limón, en alcohol de 96 de grados, para el bálsamo.

“Entre más fermentado, funciona mejor”, dice “El inge”, y revuelve la garrafa que contiene un líquido verde que exhala un fresco aroma a plantas.

“El inge” dice que gracias a esta crema y a este bálsamo sigue sanando mucha gente.

“Yo lo veo y digo ‘a la madre, sí es cierto’. Si voy a hacer un producto, voy a hacer un producto bueno, no voy a estar lucrando con algo que a la gente no le va a servir”.

La crema y el bálsamo que “El inge” prepara ya han traspasado fronteras y ahora no sólo se comercializan en Saltillo, sino en Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Guanajuato y Zacatecas.

AUTORIDADES: ENTRE LA APERTURA Y EL CASTIGO.

Francisco Javier Picazo Castro, subdirector de Fomento Sanitario, tiene oficina en el séptimo piso de la torre de la Secretaría de Salud de Coahuila.

Desde ahí tiene una vista privilegiada y panorámica que abarca todo el Centro Histórico. ¿Cuántos alquimistas clandestinos no escaparán a la mirada de la máxima autoridad sanitaria?

“Hay un boom, sobre todo en materia de productos herbolarios”, dice.

De acuerdo con la Federación Nacional de la Industria Herbolaria, Medicina Alternativa, Tradicional y Naturista (FNIHMATN), se sabe que hoy ocho de cada 10 mexicanos consumen productos derivados de la herbolaria.

Por lo mismo, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ha mostrado una apertura hacia nuevos productos, como es la uña de gato, el guaraná y otros dieciséis ingredientes.

“Se ha volteado a ver a esos pequeños productores, se acercaron y están dejando ese precedente de que si tú cuentas con tus protocolos de investigación, con todos tus requisitos para darte de alta como un producto y ofertarte a la ciudadanía, si cumples con toda la ley de salud, adelante, puedes comercializarlo, sin necesidad de ser irregular.

Como estos productos que se venden en semáforos, que se venden en lugares no establecidos como son pomadas que traen extractos de mariguana y árnicas. Cofepris tiene apertura en este momento para todos los productos herbolarios, todos aquellos productos que han estado dentro de la sociedad mexicana desde hace muchos años”.

Sin embargo en lo que va de la presente administración sólo entre 15 y 20 personas, dedicadas a la herbolaria y la medicina alternativa, se han acercado a la Secretaría a solicitar informes sobre los trámites que hay que hay seguir para dar de alta sus productos y obtener así un registro sanitario. 

“Hay gente que tiene las fórmulas, empezaron a trabajar y quieren dar de alta sus productos, entonces se acercan a que les demos asesoría antes de empezar a comercializarlos”.

En contraste la Cofepris, en coordinación con la SSA de Coahuila, ha asegurado en el último año unos 350 frascos de “Mariguanol”, este producto que se vende en los semáforos de la ciudad.

“Lo hicimos gracias a las denuncias sanitarias de la población que se acerca porque el producto le provocó alguna reacción. Es muy difícil que se controle este tipo de mercado porque es informal. Si vas y los visitas en un semáforo al rato se ponen en otro. A lo que voy es que ni siquiera sabemos si ese producto contiene mariguana o no porque no está registrado”, dice el doctor Picazo.

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“Ellos (las farmacéutica) lo único que ven son clientes, no buscan la manera de sanar a las personas sino de hacerse de dinero La planta viene de la tierra, no es de nadie, no daña, simplemente hay que saber usarlas”.
Carlos, vendedor
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“Yo lo veo y digo ‘a la madre, sí es cierto’. Si voy a hacer un producto, voy a hacer un producto bueno, no voy a estar lucrando con algo que a la gente no le va a servir”.
El Inge. Alquimista urbano de mariguana y peyote.
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“Mucha gente no cree, pero sí son buenas. Pos uno tiene fe en buscar alternativas pa curarse. Yo sí la uso”.
Gudalupe Sánchez, heredera de la fórmula.
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“Cofepris tiene esta apertura en este momento para todos los productos herbolarios, todos aquellos productos que han estado dentro de la sociedad mexicana desde hace muchos años”.
Francisco Picazo, Fomento Sanitario
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“Hay pacientes que han referido mejoría después del suministro de estos medicamentos. Sabemos bien que los derivados del cannabis tienen un efecto terapéutico.
Francisco Picazo, Fomento Sanitario
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"Está comprobado que tiene efectos en las enfermedades inflamatorias, artritis, osteoartritis y cuestiones del sistema nervioso central como las crisis convulsivas. A nivel mundial ya hay legislaciones al respecto”.
Francisco Picazo, Fomento Sanitario
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“Lo más alarmante es que la ciudadanía a veces deja de lado sus medicamentos o su manejo médico por tomar estas medicinas alternativas que muchas veces no tienen un sustento científico”.
Francisco Picazo, Fomento Sanitario

Y destaca el hecho de que la Cofepris en los últimos años ha favorecido la importación de medicamentos derivados de cannabis para el tratamiento de crisis convulsivas muy severas o crisis epilépticas muy graves.

“Hay pacientes que han referido mejoría después del suministro de estos medicamentos. Sabemos bien que los derivados del cannabis tienen un efecto terapéutico.  Está comprobado que tiene efectos en las enfermedades inflamatorias, artritis, osteoartritis y cuestiones del sistema nervioso central como las crisis convulsivas. A nivel mundial ya hay legislaciones al respecto”.

—¿Y el peyote?

Mientras no tengamos el reporte de la Cofepris en cuanto al uso de peyote, pues nos mantenemos como autoridad sanitaria con la misma postura.

Picazo Castro dice que el departamento de Fomento Sanitario lleva ya casi mil monitoreos de publicidad en medios impresos, electrónicos y las redes sociales, sobre diferentes productos y servicios, de los cuales la Cofepris ha solicitado la suspensión de 52 establecimientos publicitados de manera inadecuada.

“Todo medicamento, todo producto herbolario que está a la venta al público y que se ostenta con una capacidad o cualidad rehabilitatoria o de curación, debe tener un registro ante la Secretaría de Salud.

Lo más alarmante es que la ciudadanía a veces deja de lado sus medicamentos o su manejo médico por tomar estas medicinas alternativas que muchas veces no tienen un sustento científico”,

Así pues toda persona que desee abrir un establecimiento y empezar a elaborar un producto de beneficio para  la salud, tiene que presentar, incluso, protocolos de investigación que avalen que el producto que se va a comercializar efectivamente lleva a cabo la acción.

“Mientas lo estén haciendo de manera artesanal, sin las condiciones adecuadas, ese tipo de establecimientos para nosotros están fuera de la ley y tendríamos que aplicar medidas de suspensión de actividades”.

Médicos: no basta curar el dolor, hay que encontrar el origen.

Otra mañana, en un consultorio de del Hospital Universitario, los médicos Jared Martínez, especialista en dermatología y José Antonio Gutiérrez,  traumatólogo, coinciden en que el uso de yerbas medicinales es una práctica muy arraigada entre la gente tanto, para el control de dolores articulares y osteomusculares, como en el combate del dolor, la comezón y las inflamaciones en la piel.

“Nosotros tenemos un poquito de dificultad con la gente que tratamos porque primero va con el vecino, después va con la mamá y después va con el sobador y con el huesero. Ya que nadie le pudo arreglar su problema entonces vienen con el traumatólogo ortopedista.

BREVE HISTORIA DE LAS TERAPIAS ALTERNATIVAS

Condenado origen

La mariguana no es una planta nativa del país (su origen es de Asia), y el peyote, por sus cualidades alucinógenas, fue condenado 
por las órdenes religiosas de los 
Franciscanos y Dominicos.

Visión médica

Cuando se introdujo la etnobotánica y la etnofarmacología, se empezó a trabajar 
mucho más con criterio de formas medicamentosas como los ungüentos, 
jarabes, jabones y los extractos.

Por ejemplo en el caso del desgaste articular o del cartílago, con un caso mucho más avanzado que a lo mejor en una etapa inicial se trata con analgésicos, con ejercicio. 

Pero llegan en una etapa avanzada en la cual la única opción para ellos es una cirugía de reconstrucción articular o de reemplazo articular. Entonces realmente el tratamiento es mucho más complejo y para la gente es muy fácil decir: ‘sí es cierto, debí haber hecho esto antes’”, dice el traumatólogo José Antonio Gutiérrez.

Y añade que lo mejor es buscar atención médica, un tratamiento integral para el padecimiento, “no simplemente quitar el dolor, es ver de dónde viene, qué está doliendo y tratar la patología de fondo”

Jared Martínez, especialista en enfermedades de la piel, reitera que es harto frecuente que las personas, con tal de curar una dolencia, se apliquen de todo. 

“Pero de todo eh: pasta de dientes, sábila, mariguana, peyote, mil cosas que se embarran. Se están aplicando y aplicando y ya que no se les quita, hasta el final, acuden con nosotros, cuando el cáncer está avanzado”.

Y habla del caso de una mujer que se aplicaba aceite de carro en una úlcera que tenía en una mama, porque así, le dijo a Jared,  curaban a las vacas.

“Años, aplicándose aceite de carro, hasta que llegó con una úlcera enorme: cáncer de mama. Si en vez de ponerte esas cosas hubieras venido aquí, tu cirugía hubiera sido pequeña, no hubiera invadido, no hubiera hecho esto, pero al tomar las recomendaciones de los remedios caseros indicados por quién sabe quién, se retrasa el tratamiento de algo que pudo haber sido curable”.

Empero ambos especialistas reconocen que la mariguana posee propiedades curativas para el tratamiento de las lumbalgias y el dolor por artrosis (reuma), así como para el control del dolor, la comezón y la inflamación en la piel, sin embargo falta investigación al respecto.

“Se carece de ese sustento científico, de la evidencia propiamente clínica y de investigación médica, para nosotros poder recomendarla. Tengo muchos pacientes que dicen que se les baja mucho el dolor, sobre todo en desgaste articular, en las articulaciones más superficiales, por ejemplo las rodillas, los tobillos, la parte baja de la espalda, que es donde, por la absorción tópica, la mariguana puede dar un poquito más de efecto”, dice Antonio Gutiérrez.

Pero también debe tomarse en cuenta el efecto placebo de estos medicamentos.

”Si tú crees que te vas a sentir bien, muchas veces el dolor y la inflamación física puede mejorar. El cerebro y el sistema nervioso es tan poderoso, que puede bajar la inflamación física y la sensación de dolor simplemente por creer”.

—¿Recomienda el uso de estas pomadas y bálsamos a base de mariguana y peyote?

—Mucha gente se acerca conmigo y me pregunta. No puedo hacer la recomendación, pero tampoco te puedo decir no funciona, porque no hay ese sustento pa´decir, ‘sabes qué esto no te va a servir’.

El facultativo Jared Martínez, dice que él no recomendaría esta clase ungüentos y bálsamos:

“No se ha estipulado si en realidad funcionan y si funcionaran qué efectos adversos pudieran llegar a tener. También hay que pensar que por estar hechos a base de una planta pudieran generar alergia, mayor irritación, resequedad”.

Testimonios de mejoría El `doctor mariguana´conserva en su celular fotografías de cómo sus clientes se han curado de lesiones en la piel. Él mismo asegura usarla diariamente para cuestiones de hemorroides.

Carlos contra las farmacéuticas

“Carlos”, un joven que desde hace tres años se ha cultivado en el estudio y la práctica de la medicina tradicional, dice que la prohibición del uso de, las que él llama, plantas de poder, tiene base en los intereses de las grandes farmacéuticas. 

“Porque es algo más sencillo y más económico que los medicamentos convencionales y siento que las farmacéuticas no tratan de sanar a las personas sino solamente de aprovecharse de su situación, por dinero. Ellos lo único que ven son clientes, no buscan la manera de sanar a las personas sino de hacerse de dinero  La planta viene de la tierra, no es de nadie, no daña, simplemente hay que saber usarlas”.

En su paso por el centro y sur del país, (Morelos, Guerrero y Puebla), “Carlos” ha aprendido de distintos maestros las bondades y usos de las yerbas.

“Personas que se dedican a la sanación con plantas que les llaman plantas de poder como es, en este caso, el peyote, que yo prefiero llamarlo hikuri, como hacen los wixárikas”.

Recién Carlos, inventó la fórmula de un bálsamo que contiene mariguana, peyote y cera de abejas.

Lo fabrica de manera artesanal y la gente se lo pide.

“Trato de no usar nada químico, porque es la filosofía de esta clase de productos, que no dañen ni a la persona ni al medio ambiente”.

—¿Quiénes son tus clientes?

—Personas de todas clases sociales las consumen, porque saben que funcionan y muchas veces optan por las cosas alternativas porque la medicina alópata (Es la expresión usada por los homeópatas para referirse a la práctica de la medicina ortodoxa.) no cumple con la función o no satisface sus necesidades.

“Carlos” dice que alguna vez intento acercarse a las autoridades de Salud para dar de alta su producto, pero en el camino se topó con un sinnúmero de trabas que le puso la Cofepris.

De Saltillo para el mundo

Rosa María Durón Gutiérrez, es una fisioterapeuta voluntaria en un dispensario médico de San Miguel de Allende, Guanajuato.

Ella conoció la “Súper Crema” y el “Bálsamo Milagro” en una Feria de la Planta que hubo en San Miguel, hace unos tres o cuatro años. Desde entonces los usa en los pacientes que llegan con alguna dolencia física.

REVOLUCIÓN VERDE

“Como suele suceder en muchos momentos históricos, de pronto hay una expectativa fuerte por lo verde, lo natural. Eso ha llevado, en el caso de México, a cambios legislativos”.señala el investigador Carlos Zolla Luque

1970 Se tiene registro del uso de un bálsamo elaborado por un fray franciscano.

8 De cada 10 mexicanos consumen productos derivados de la herbolaria.

350 frascos de “Mariguanol” ha asegurado la COFEPRIS

52 suspensiones ha solicitado Cofepris por establecimientos irregulares.

20 personas, son las únicas que se han acercado a la Secretaría a solicitar informes para un registro sanitario.

MIENTRAS TANTO EN LA LEY...

En el Artículo 245 de la Ley General de Salud se clasifica a la sustancia contenida en el peyote (psicotrópico mescalinacontenido) como “sin valor terapéutico, susceptible de abuso”

A LA ESPERA DE LA LEGALIZACIÓN

Grupos de activistas defienden esta labor y buscan, interponiendo amparos en la Suprema Corte de Justicia, que la legalidad les de luz verde a estos artesanos de la "mota" para que puedan distribuir libre y reguladamente estos menjurjes que prometen curar casi todo.

El poder curativo de la fe

Atardece en el Monasterio Autónomo de San Antonio de Padua, de las Hermanas Clarisas, situado en las entrañas de la colonia San José de los Cerritos, y Sor Minerva Barrientos Guerrero, dice que para usar la “Súper Crema Milagro” del Padre Luna hay que primero tener fe.

“A la gente le va a hacer mucho bien, de acuerdo a la disposición con la que se la ponga, con la fe en Dios. Claro que la fe es importante, porque, sí, las plantas tienen propiedades pero…”.

Las religiosas de esta orden son las principales perpetuadoras del legado que dejó en vida fray Francisco Luna González. 

Y sor Minerva es la encarga de preparar la pomada. En el convento se modificó la fórmula original cambiando el cebo por vaselina, pero añadiendo una buena dosis de rezos durante su elaboración. Además unas 12 plantas entre las que destaca una, que un yerbero les trae de Real de Catorce…pero que aclaran “no es peyote”.

Por lo demás las hermanas siembran sus propias plantas en el huerto que hay al fondo de este convento, escondido detrás de la iglesia de San José.

A sor Minerva le enseñaron unas monjas de otro monasterio porque “vieron la dificultad económica que tenemos”.

—¿Conoció al padre Luna?

—No, no lo conocí. Pero en mis oraciones pido ‘Señor dale el eterno descanso al padre Francisco Luna, que su alma esté en tu presencia porque ha hecho bien a muchas personas que han usado este producto’.

—¿Lo vio alguna vez?

—Yo jamás lo vi. Por Internet veo su foto, inclusive tomamos su foto de ahí para ponerla en la etiqueta.

La elaboración de la “Súper Crema Milagro” del padre Luna, es todo un ritual en este convento.

“Y yo cuando la elaboro, trato de pedirle a Dios por todos los enfermos, por mí, le digo perdona mis pecados y perdona a los que la van a usar”.

Mientras está fabricando la crema a Sor Minerva le gusta poner cantos de alabanza, ofrecer horas santas, rezar el rosario y prender veladoras o cirios.

“Pidiéndole a Dios que nos ilumine, que el Espíritu Santo esté con toda su sabiduría para que los enfermos que acudan a este producto recobren su salud o mejoren sus dolores para seguir alegres y contentos y así puedan pensar más en Dios”.