Población indígena, rezagada casi 3 décadas en escolaridad; y no por tontos ni flojos

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Población indígena, rezagada casi 3 décadas en escolaridad; y no por tontos ni flojos

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En 2015, la escolaridad media de la población de 15 años equivalía a poco más de la secundaria completa; en cambio, la escolaridad de la población indígena no alcanzó ni el equivalente a la educación primaria, de acuerdo con un estudio del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación

Por Andrea Vega (@EAndreaVega) para Animal Político

Este gobierno prometió ampliar la cobertura y calidad de la educación. A quienes menos les cumplió esa promesa fue a la población indígena. A las niñas, niños y adolescentes de ese grupo se les sigue vulnerando su derecho a recibir una educación de calidad con pertinencia cultural y lingüística.

Así lo demuestra el estudio Panorama Educativo de la Población Indígena (PEPIA), del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que en su segunda edición, incluye, por primera vez, a la población afrodescendiente. El informe señala que, en 2015, la escolaridad media de la población de 15 años y más en todo el país era de 9.2 grados, lo que equivale a poco más de la secundaria completa.

En cambio, la escolaridad media de la población hablante de lengua indígena (5.7 grados) no alcanzó ni el equivalente a la educación primaria. Los indígenas solo lograron llegar a los 6. 6 grados, tres grados menos que la media. En los afrodescendientes no hubo diferencia significativa con el promedio nacional.

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En el avance hacia la universalización de la educación obligatoria se observó que poco más de un tercio de la población indígena de 20 a 24 años (35.4 %) (387 mil 555), y casi la mitad de la afrodescendiente (48.1 %) (61 mil 643) contaban al menos con educación media superior, mientras que para los hablantes de lengua indígena la proporción fue de apenas una cuarta parte (26.6 %). A nivel nacional, ese porcentaje es de 50.6 %.

Respecto a cuánta población indígena y afrodescendiente completó cada nivel educativo, considerando que todo ciudadano debería llegar a los 15 años de escolarización, el PEPIA, presentado hoy, muestra que, en 2015, 9 de cada 10 niños indígenas concluyeron la primaria; pero solo 72.4% de las personas de ese grupo entre 17 y 21 años acabaron la secundaria. En el caso de los monolingües ese porcentaje es apenas de 63.9 %. La población afrodescendiente tiene niveles similares a la media.

“Esto demuestra que la falta de espacios disponibles y de servicios pertinentes para la atención de la población indígena dificulta que los niños y las niñas continúen sus estudios. Si bien en el caso de la primaria existe un tipo de servicio específico para atender a esta población en comunidades indígenas, a partir de secundaria ese servicio desaparece”, asegura Sylvia Schmelkes, consejera de la Junta de Gobierno del INEE.

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En la educación media superior, a pesar de que se han creado algunos planteles para la atención de población indígena, estos se encuentran solo en algunas entidades, pero a nivel nacional no se han implementado servicios que permitan su inclusión. Muestra de ello es que solo 26.6% de los jóvenes hablantes de lengua indígena del grupo de 20 a 24 años concluyó ese nivel.

Un indicador importante para hablar de inclusión educativa es analizar cuántos de quienes concluyen un nivel pasan al siguiente. El PEPIA muestra que la población indígena y en especial la hablante de lengua indígena son las que menos transitan entre niveles educativos.

En 2015, de la población indígena que tenía entre 13 y 15 años y había concluido la primaria, 86.2% asistía a la escuela; esto también sucedió con 82.5% de los hablantes de lengua indígena, lo que representó más de 8 puntos porcentuales de diferencia respecto al resto de la población, que registró 90.8 %.

Entre aquellos que tenían de 16 a 18 años y contaban con la educación básica completa, las tasas de asistencia descendieron, en la población indígena fue de 63 % y en los hablantes de lengua indígena, 56.8 %; mientras que en el resto de la población llegó a 70.8 %. Aquí sí los afrodescendientes tienen un nivel más bajo, de 55.6 %.

De la población de 13 a 15 años que completó la primaria y asistió después a la escuela, en  CDMX se registró el peor panorama para los hablantes de lengua indígena, solo 56.6 % de las niñas, niños y los adolescentes asistió. Esto refleja los problemas de este grupo para continuar sus estudios, probablemente ante la carencia de espacios educativos adecuados que respondan a sus necesidades culturales y lingüísticas en una ciudad de gran tamaño. Los hablantes de lengua indígena de 16 a 18 años de CDMX y Nuevo León tuvieron las tasas de asistencia más bajas, con 35.4 y 16.4 %.

Las mujeres mostraron indicadores con mejores niveles, en las poblaciones más jóvenes: accedieron a la escuela en mayor medida, asistieron en las edades ido?neas y concluyeron cada nivel educativo en mayor proporción. Una buena noticia, dijo Schmelkes, es que en cuanto a asistencia escolar, las brechas de género van desapareciendo en la población indígena, “con excepción de la monolingüe que tiene 10 puntos porcentuales de diferencia”.

Qué resultados se pueden esperar...

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