Pedro Almodóvar: Mi mayor ilusión es seguir vivo
En un año en que los festivales de cine se convirtieron en salas de streaming al mejor estilo Youtube, Pedro Almodóvar es uno de los pocos directores que tomó el lado contrario, para tratar de promocionar todavía más la vuelta al cine. Para empezar, la cuarentena no le impidió aceptar el desafío de filmar en medio de la pandemia, el primer rodaje en inglés, con Tilda Swinton, con el cortometraje ‘La Voz Humana’. Y sin temerle al contagio, incluso lo estrenó personalmente en el Festival Internacional de Cine de Venecia, desfilando por la alfombra roja con barbijo negro, antes de cruzar el océano, para estar también presente en el Festival de Cine de Nueva York y programar la siguiente visita al BFI London Film Festival, el próximo 17 de Octubre.
¿Cuál es la mayor ilusión para Pedro Almodóvar, en un momento como el que estamos vivendo? “Bueno, mi mayor ilusión es seguir vivo. Mi segunda mayor ilusión es seguir vivo, haciendo cine. Y mi tercera... y estoy hablando en un nivel muy alto, es estar en un festival de cine, hablando contigo, compartiendo la primera ilusión que es estar vivo”.
¿Hasta qué punto crees que un simple virus pueda llegar a cambiar nuestra forma de ver el cine? “Antes de venir, en el hotel estaba pensando acerca de esta cuestión. El confinamiento nos ha reducido a todos en casa y yo creo que ha demostrado varias cosas. Ha demostrado, por ejemplo, hasta qué punto la gente depende de la ficción. Yo creo que la ficción ha sido uno de los modos de llenar el tiempo y de entretenerse. Y cuando digo ficción me refiero también a la cultura. Yo creo que ahora es mucho más fácil decirle al público que la cultura es absolutamente necesaria. Todo lo que han estado viendo ha sido escrito por alguien, ha sido iluminado por alguien, ha sido interpretado por alguien ya sea película de ficción o películas. Ahí las plataformas han tenido una función muy importante pero también hay otro resultado que a mí me parece inquietante y negativo. El confinamiento nos ha hecho ver la casa como un lugar de reclusión, un lugar desde donde podemos trabajar, podemos comprar, podemos encontrar el amor de nuestra vida, podemos pedir comida. Lo podemos hacer absolutamente todo de un modo sedentario y a mí eso me parece peligroso. De hecho, las empresas ya han descubierto que el trabajador puede trabajar en su casa y que es más barato. En el caso del COVID ha sido una reclusión obligada pero lo que no me gusta es que esa reclusión continúe en el tiempo y yo propondría en contraposición, al cine. El cine es absolutamente lo opuesto a todo esto. Ir al cine es iniciar una aventura, tienes que vestirte, tienes que pensar qué imagen quieres dar a los demás, tienes que salir a la calle, tienes que encontrarte con la vida de la calle, tienes que elegir una película y después tienes que meterte en un lugar oscuro y compartir emociones con un montón de desconocidos, lo que le llaman 'catarsis', aterrorizarte con gente, llorar con gente. Yo creo que eso es una experiencia a nivel humano esencial y como director de cine, para mí es importantísimo. Las películas están para ser vistas de cualquier modo pero como director y a la vez espectador, que una de las películas mías se esté poniendo en el cine, el hecho de sentir respirar a los espectadores me da muchísima información acerca de cómo funciona la película. Si una película mía se muestra en Netflix o cualquier otra plataforma yo no voy a tener nunca la sensación de cómo es el encuentro de la película con el espectador. Bueno, como resultado de todo esto y ya que el cine no atraviesa una muy buena situación, debemos ir al cine. Por eso yo inmediatamente después del confinamiento me puse a dirigir 'La Voz Humana’ y me pondré también a preparar la próxima, el mes que viene. A pesar de la incertidumbre tenemos que seguir haciendo los que hacemos cine y por favor, recomendad a todo el mundo que os lea, que vayan, que todas esas emociones sólo se descubren ante una pantalla muy grande y en compañía de desconocidos y a oscuras.
“Totalmente en inglés, el cortometraje ‘La Voz Humana’ o ‘The Human Voice’ en realidad es una libre adaptación de una obra de teatro de Jean Cocteau que originalmente había sido escrito como un monólogo sobre la conversación por teléfono de una mujer con un amante que después de tener un escondido noviazgo durante cinco años, él la quiere dejar para casarse con otra. Y ella... se suicida. En cine, Tilda Swinton es la mujer engañada que ve como pasa el tiempo frente a la maleta y un perro del mismo amante que nunca pasará a buscarlos. Y a lo largo de tres días, la historia muestra los diferentes estados de ánimo de un total abandono tan parecido hoy a las salas de cines”.
¿Cómo fue el proceso de filmar tu primera película en inglés? ¿Escribiste primero el guion en español para traducirlo al inglés o fue todo en inglés, desde el principio? “Yo lo escribí en español y se tradujo al inglés. Y en dos lecturas previas con Tilda (Swinton), como mi inglés no es tan bueno como el de ella, le dije que si había alguna expresión que a ella le parecía que podía decirse de otro modo y que resultaba más correcta, que por favor lo hiciera. Yo le di libertad para que lo cambiara y yo apuntaba”.
¿Qué tan diferente resultó la experiencia de dirigir cine, en un idioma diferente al que estás acostumbrado? “Al principio reconozco que me costó un poco de trabajo dirigir en otro idioma pero desde el momento en que ella se adueñó del personaje fue un espectáculo total oírla hablar en inglés. Obviamente el inglés es su lengua, pero yo no la había oído nunca con ese tipo de musicalidad. Todavía tengo en la cabeza algunos tonos en los que dijo determinadas frases. Ha sido un verdadero placer oírla y verla".
¿Es cierto que la misma obra de teatro 'La Voz Humana' de Jean Cocteau que adaptaste ahora en cine, también te había inspirado para otras películas anteriores como 'Mujeres Al Borde de Un Ataque de Nervios’? “Sí, sí. El corto de Jean Cocteau, también me inspiró 'La Ley y el Deseo', donde había una escena en la que Carmen Maura era una mujer abandonada. Eso hizo que me gustara mucho la combinación de 'La Voz Humana' y Carmen Maura, en la película siguiente. Mi idea era hacer una versión en un largometraje muy experimental porque 'La Voz Humana' dura solo media hora y tenía que rellenar una hora más. Pues, la idea de 'Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios' era hacer una versión larga del monólogo y de la situación que vive la protagonista. Como me situé 48 horas antes, la llamada de teléfono (del amante) desaparecía, no había que poner Cocteau en los títulos y el resultado fue una comedia delirante. Digamos que de algún modo, la situación de una mujer abandonada, sola, al borde de la locura, junto a un perro que también había sido abandonado, con el que comparte un duelo y un montón de maletas hechas, es una situación dramática que siempre me ha estimulado. Y en este caso creo que ya es la última vez. Ya no volveré a molestar el texto de Cocteau con mi adaptación”.
¿Hasta que punto te apoderaste esta vez del texto de Cocteau para darle tu propia visión? “Inevitablemente, para rodar la película tenía que apropiarme del texto porque de otro modo no sé trabajar. Yo había visto, era consciente del trabajo que había hecho Rosellini con Ana Magnani. Entonces yo quería hacer algo de un modo natural que no sólo fuera distinto sino casi opuesto, porque de otro modo no reconocía como contemporánea a la mujer que está esperando y que después habla con su ex amante. Este corto para mí es un capricho, es una experiencia de libertad. Me he sentido incluso libre al no tener que hablar el español. Para mí era una experiencia toda nueva, en inglés, porque quería hacer algo en inglés. Después también, estéticamente era muy ambicioso, quería mostrar algo esencialmente teatral pero también esencialmente cinematográfico, mostrar que los personajes en el cine viven en un decorado falso, mostrar desde el punto naturalista hasta la espalda de ese decorado”.