Parejas no dan tanto peso al matrimonio

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Parejas no dan tanto peso al matrimonio

En las relaciones de las nuevas generaciones, se busca vivir en pareja y darle mayor peso a la satisfacción

Saltillo, Coahuila. Las relaciones de pareja han cambiado con el paso del tiempo, hasta hace algunos años en los matrimonios se buscaba procrear una familia y asegurar los bienes materiales a pesar de tener que soportar infidelidades o violencia intrafamiliar. 

En cambio, en las relaciones de las nuevas generaciones, se busca vivir en pareja y darle mayor peso a la satisfacción, según Alicia Hernández Montaño, catedrática de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila. 

La especialista asegura que cada vez hay más estadísticas de divorcios y se presentan más parejas que no están legalizando la unión. Se habla de una crisis en el matrimonio en el sentido de que hay menos uniones y la durabilidad de las relaciones tiende a ser mucho más frágil, después de los primeros 10 años pudiera ocurrir esta ruptura. 

Entre los elementos que pueden abonar a las rupturas matrimoniales están las diferencias entre las parejas tradicionales y las llevadas por las nuevas generaciones, pues se han diversificado incluso las creencias sobre el matrimonio. 

Según la psicóloga Alicia Hernández las relaciones más jóvenes no creen que el matrimonio sea el fin último para la consagración amorosa, pues consideran que lo más importante es estar juntos, más que el matrimonio en sí. 

Algunas tendencias que se han modificado buscan la satisfacción, es decir que mientras ambas partes estén satisfechas, es suficiente como para que la relación amorosa pueda continuar y crecer. A diferencia, en épocas anteriores, no importaba la satisfacción de las personas y lo que interesaba era establecer una relación matrimonial por otras ventajas, como: cuestiones económicas, adquisición de tierras o estándar social. 

Otra diferencia entre las relaciones es que tanto hombres como mujeres están más involucrados en su cuidado. En cambio, en otras épocas este rol únicamente lo desempeñaba la mujer porque era la encargada del cariño afectivo de la relación. 

“La sexualidad dentro de las relaciones amorosas es muy importante, que los dos tengan el derecho al placer, cosa que en otros momentos la sexualidad no era tan importante porque lo importante era la procreación de hijos. Ahora no es el único fin para poder estar en una relación amorosa no es únicamente tener hijos”, asegura la experta en psicología.  

Otra de las diferencias que define Hernández Montaño es el alejamiento de los rituales, porque ahora no se buscan ritos como matrimonios por la iglesia, o legalizar las uniones. Es decir, los jóvenes consideran que lo más importante para estar juntos y sentirse bien es irse a vivir durante una temporada en unión libre como para saber si es la pareja con la que se sienten a gusto y después pensarán en legalizar la unión. 
En este sentido, explica, “ya existe un permiso social donde ya no está tan estigmatizado el divorcio. 

“Anteriormente no se pensaba en el divorcio porque eso traía un estigma muy grande como ser señalada, discriminada para evitar entrar a ciertos círculos, y había una marca que dejaban principalmente en las mujeres que eran divorciadas como alguien de quien se debería tener cuidado porque podrían robar el marido y el divorcio lo veían como un fracaso, y no como una nueva oportunidad”. 

Lo que ha cambiado han sido los significados asociados a todos esto, como el divorcio ahora tiene menos estigma, menos carga social y en ocasiones es manejado como un error u oportunidad de poder rehacer la vida en pareja, eso genera una menor carga emocional, lo que permite que puedan tomar alternativas para disolver la sociedad conyugal.