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No sufra desvelos: existen muchas soluciones para dormir mejor
Las graves consecuencias por la falta de suficientes horas de sueño atrapan constantemente la atención de nuestra sociedad. Y, con la premura del regreso a la escuela de los niños, esto se convierte en motivo de gran preocupación.
En comparación con las normas que nos anteceden en el tiempo, ¿cómo han cambiado nuestras expectativas de sueño en la actualidad? ¿Cuáles son los efectos del sueño inadecuado? ¿Qué se puede hacer para optimizar la experiencia del sueño, cuando existe insomnio?
Soy médico experto en el tema del sueño y trato a personas con dificultades para dormir. Pienso que hay pocas razones para sospechar que nuestras necesidades de sueño han cambiado de manera drástica en el pasado reciente, enraizadas como están en procesos fisiológicos inmutables. Sin embargo, deberíamos prestar atención a nuestras necesidades de sueño, y eso no es tan difícil como parece.
¿Qué es dormir?
Desde la perspectiva clínica, el sueño se define como un comportamiento reversible en el que no hay respuesta y la desvinculación perceptual del entorno. Depende del equilibrio entre el impulso del sueño —el deseo de dormir que se genera durante la vigilia y está vinculado con la acumulación y eliminación de químicos en el cerebro, como la adenosina —y la señal de alerta circadiana.
El ritmo circadiano coordina los procesos del cuerpo con los patrones ambientales de luz y oscuridad. El sueño adecuado es, y siempre ha sido, reparador para el cuerpo. Estimar el valor del sueño, y preservarlo a beneficio de la salud, no ha tenido un carácter permanente.
Los expertos han aprendido más sobre el sueño durante los últimos 100 años que en todos los milenios anteriores juntos.
No existen dudas de que la llegada de la luz artificial y el bajo costo de esta marcó un cambio significativo en esta historia. La comprensión científica del sueño continúa en evolución y aún permanece incompleta.
No obstante, parece que las personas duermen menos ahora de lo que lo hicieron en las últimas décadas. Recientes encuestas nacionales de reportes (informes proporcionados por los encuestados) entre los adultos estadounidenses sugieren, de forma consistente, que los estadounidenses no duermen lo suficiente. Y esto plantea la siguiente pregunta: ¿Cuánto sueño necesitamos en realidad?
Es necesario cambiar los hábitos de sueño
El sueño cambia a lo largo de nuestras vidas. Los niños pequeños necesitan de 11 a 14 horas de sueño para estar descansados y, por lo general, toman siestas.
Durante la adolescencia, la necesidad de dormir disminuye hasta que llega la edad adulta. Un adulto normal requiere de siete a nueve horas de sueño cada noche para evitar los efectos de la falta de sueño. Los adultos mayores de 65 años pueden requerir solo de siete a ocho horas de sueño.
Las encuestas indican que entre el 35 y el 40 por ciento de la población adulta duerme menos de siete a ocho horas entre semana. Estos datos de sueño de las encuestas pudieran sobreestimar la objetividad de las medidas obtenidas hasta una hora por encima, debido al tiempo que tardan en quedarse dormidos. Tenemos un serio problema.