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No caiga en la EPOC
Si es usted un fumador habitual, debería saber que tiene hasta 90% de probabilidad de sufrir la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Pero lo más probable es que ni siquiera lo sepa.
La EPOC se caracteriza por una reducción persistente del flujo de aire durante la respiración. Una condición que empeora con el tiempo y que puede agravarse hasta el punto que llegar a ser fatal.
Su principal causa es la exposición al humo del tabaco, ya se trate de un fumador activo o pasivo, que suele manifestarse de forma silenciosa. De hecho, 80% de las personas que la padecen ni siquiera lo sabe. La EPOC ya afecta a 385 millones de personas en todo el mundo, y cada año mata a tres millones de personas, de las cuales 14% son adultos de más de 35 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Los síntomas
Uno de los grandes problemas de la EPOC es que no siempre se diagnostica. Y la razón de ello es que los fumadores por lo regular no acostumbran a quejarse ni acudir al médico por tener lo que ellos llaman ‘una simple tos’ o dificultades para respirar, advierte la OMS.
La enfermedad tiene una evolución lenta y por lo regular solo se hace evidente a partir de los 40 o 50 años de edad.
Los síntomas más frecuentes incluyen disnea (dificultad para respirar), tos crónica y expectoraciones con mucosidades.
Los síntomas empeoran con el tiempo, y las actividades cotidianas, como subir escaleras o cargar una maleta, pueden volverse extremadamente difíciles. La dificultad para respirar, al principio asociada al esfuerzo, acaba por aparecer incluso en reposo.
En ocasiones, la disnea es tan grave que puede llegar a incapacitar a la persona por completo.
Los riesgos asociados
Loa fumadores no son los únicos en riesgo de contraer la enfermedad, pero las personas expuestas al humo del tabaco son las que más probabilidades tienen de desarrollar la EPOC, sobre todo una vez que han pasado de los 35 a 40 años.
Más allá del humo del tabaco, otras formas de la contaminación del aire, son también un factor de riesgo, como es el caso de la contaminación provocada por los humos de la cocina (el uso de leña y carbón para cocinar), y la exposición a vapores, irritantes, gases, polvos y productos químicos presentes en el ambiente donde se vive o se trabaja.
Hace años, la EPOC se daba más en los hombres porque fumaban más que las mujeres, pero ahora el índice de tabaquismo en los países de altos ingresos es similar entre hombres y mujeres, de manera que la enfermedad afecta por igual a unos y otras.
Tipos de respiración
La respiración es una de las funciones más importantes de nuestro organismo, y uno de los pocos procesos corporales que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria. De hecho, uno puede respirar sin tener que pensar en ello o alterar a voluntad la forma en que lo hace.
Nuestra respiración cambia de ritmo en diferentes momentos del día y según las circunstancias, lo cual puede ir desde un suspiro provocado por una emoción, hasta un jadeo causado por el agotamiento.
Hay dos tipos de respiración, la de pecho y la abdominal.
Durante la primera el torso se mueve para dentro y para fuera. Es la respiración que hacemos cuando realizamos ejercicio o en situaciones de emergencia. Esta forma de respirar tensa nuestro cuerpo e incrementa la sensación de ansiedad.
La otra es la respiración abdominal o diafragmática que es la forma natural de respiración de nuestro cuerpo. Ocurre cuando dormimos, comemos o nos sentimos relajados. Cuando respiramos, el diafragma se tensa y se mueve hacia abajo, para llevar aire a los pulmones. Al exhalar, el diafragma se relaja, el aire sale de los pulmones y la pared abdominal se aplana.
Problemas vinculados
Existen varias razones que pueden provocar que uno se quede sin aliento y le cueste respirar, como cuando hay un bloqueo de las vías respiratorias provocado por un resfriado, por la obesidad, la falta de actividad física, asma o anemia.
Las enfermedades asociadas a la falta de aire incluyen la Enfermedad Pulmonar Oclusiva Crónica o EPOC, la embolia pulmonar o bloqueo recurrente en un vaso sanguíneo del pulmón, cáncer de pulmón, derrame pleural o acumulación de líquido al lado del pulmón.
haga este Ejercicio
Los ejercicios de respiración harán que nuestras inhalaciones y exhalaciones sean más efectivas y relajadas. Para lograrlo uno debe practicar usando el diafragma.
Hay varias formas de hacerlo, una de ellas consiste en lo siguiente:
Siéntese en una silla, con la espalda recostada y relajado. Ponga una de sus manos en el abdomen. Inhale por la nariz y exhale por la boca, de la manera más profunda posible (tanto al inhalar como al exhalar). Haga diez repeticiones de este ejercicio por lo menos tres veces al día.
Permítanos repetirlo: para mejorar su capacidad pulmonar haga ejercicios frecuentes de respiración. Y también acompañe sus entrenamientos en el gimnasio de inhalaciones y exhalacionesprofundas.
Aumentar la capacidad de llevar aire a los pulmones mediante ejercicios de respiración, y llevar una vida sana, suelen reducir los riesgos asociados a la EPOC, incluyendo el riesgo de muerte.
Incurable pero prevenible
La EPOC no tiene cura pero es prevenible, por ejemplo, dejando de fumar o evitando exponerse a la contaminación del aire, ya sea en los interiores o exteriores (en lo que se refiere a los adictos al tabaco, dejar de fumar es la decisión más eficaz para la prevención de la EPOC).
La EPOC puede detectarse mediante una sencilla prueba llamada espirometría, que consiste en medir cantidad de aire espirado después de una inhalación profunda.
(BBC Mundo)