Narra familia angustia al verse rodeada por las llamas en incendio forestal de la Sierra de Arteaga

Familia narra la angustia vivida al verse rodeada por el fuego durante el incendio forestal en la Sierra de Arteaga
‘Secos’. El fuego quemó el motor del pozo de agua de donde la familia de doña Hermelinda y Leopoldo sacan líquido para beber; ellos piden un garrafón siquiera para calmarse la sed. Fotos: Vanguardia/Christian Mtz.

Hermelinda Ramírez vende empanadas, tamales y vino de manzana en las orillas de la carretera a “La Carbonera”, antes de llegar a “Piedra Blanca” y “Las Copetonas”, lugar donde la semana pasada iniciara un incendio forestal que consumió 800 hectáreas.

La casa que construyeron ella y su esposo Leopoldo Flores quedó en medio del fuego, a escasos 10 metros de distancia de convertirse, al igual que miles de pinos, en ceniza. La familia de Hermelinda narra la experiencia de haber estado rodeada por el fuego y las posibles causas de la tragedia que consumió miles de árboles de más de 70 años de vida. 
  
Añadieron que el poste eléctrico que comenzó con el incidente fallaba desde hace mucho tiempo; ya habían reportado que “hacía chispa”. Ellos viven a menos de un kilómetro de esas instalaciones eléctricas.   

Doña Hermelinda cocinaba lo que iba a vender el domingo cuando vio el humo a lo lejos. En seguida le dijo a don Leopoldo que checara de dónde provenía; después de unos minutos se dieron cuenta que del poste en cuestión
   
“Cuando comenzamos a ver ese humo yo estaba cocinando las empanadas. Le dije a mi esposo: ‘ve, asómate. Agarra la camioneta y asómate’. Después le pregunté por radio (en el lugar no hay señal para celular) de dónde venía el humo y me dijo: ‘Es el poste que siempre hace chispa, ahí está la lumbre’”, recuerda.

‘Culpable’. De este poste salió la chispa causante del incendio. Fotos: Vanguardia/Christian Mtz.

La familia asegura que ya habían reportado la falla a la Comisión Federañ de Electricidad y sí habían acudido a arreglarlo, pero el poste seguía fallando.

Después de observar el fuego hablaron por radio a su “patrón”, que en ese momento se encontraba en Arteaga, para que él avisara a Protección Civil y Bomberos; al principio pensaron que se trataba de una broma.    

A 10 METROS DE SU CASA

Don Leopoldo dijo que a escasos 10 ó 15 metros el fuego pasó cerca de su casa. Su hijo Ernesto le ayudó a soltar a los animales amarrados que tiene en su corral e intentaron sacar varias cosas de la casa, como ropa y escrituras.

Ellos dos junto con varios vecinos, intentaron apagar llamas con tinas de agua; veían inminente la llegada del fuego.   
 Una de las cosas que mantuvo lejos al fuego, dicen, es que los caballos y vacas comían el pasto del perímetro de la casa, así que no había nada qué consumir. 
 
TRISTEZA

Doña Hermelinda recuerda lo importante del área y confiesa que lloró al observar que se quemaron las montañas. Ellos nacieron en ese lugar y nunca se han mudado.

“Yo lloro. Se nos quemó mucha parte de rancho... está triste todo. Yo le digo a mi esposo que le pida a los de Protección Civil un garrafón de agua, para tomar, al menos.

“Tenemos lo necesario, pero para tomar no. El pozo de donde sacamos agua no funciona porque se quemó el motor”, dice llena de desesperanza.

Don Leopoldo y Hermelinda no recuerdan ningún suceso similar desde que tienen memoria, solo algunos incendios aislados. “Ni en la época de mis abuelos”, agrega.   
  
CAMPAMENTO

En el campamento, el encargado de seguir con la supervisión de la zona, señaló que durante estos días se terminará ya por completo el fuego; el domingo por la mañana 60 brigadistas hacían exploraciones para extinguir los brotes.

“El incendio tenía lo indispensable para que surgiera y se mantuviera: calor, oxigeno, viento y combustible”, señaló Félix Durón Gaona, coordinador de la Secretaría de Medio Ambiente.

Impacto. Todo alrededor quedó convertido en cenizas.Fotos: Vanguardia/Christian Mtz.

Rescatadas por Protección Civil  

La señora y su sobrina tuvieron que ser rescatadas por elementos de Protección Civil tras haber quedado rodeadas por el fuego.

“Quedé atrapada en la huerta que está ahí (señala con el dedo). Es donde pedí auxilio, que me sacaran. Unos de Protección Civil fueron quienes me ayudaron... unos de unas camionetas blancas. 
No sabría decir quiénes eran”,
dice agradecida.

En la casa se puede observar el paso cercano del fuego. Ernesto, quien guió por el lugar, asegura que las llamas alcanzaban muchos metros de altura. Dice que hasta 100 ó 200 metros.

Pesadilla

Doña Hermelinda y don Leopoldo viven a orillas de la carretera a “La Carbonera”.

Afirman que en varias ocasiones habían reportado que del poste, causante del siniestro, salían chispas.

El fuego consumió 800 hectáreas de pinos y matorrales.

60 brigadistas se dieron a la tarea, ayer domingo, de extinguir el fuego.

200  metros afirma Ernesto, alcanzó de altura el fuego.