Milán despide al premio Nobel Fo elogiando su arte y el amor por su esposa

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Milán despide al premio Nobel Fo elogiando su arte y el amor por su esposa

La gente se reúne en la Piazza del Duomo durante el funeral del dramaturgo italiano y Nobel de literatura 1997, Darío Fo, en Milán, Italia. Foto: EFE
Fo falleció el pasado miércoles a los 90 años en un hospital de Milán, donde se encontraba ingresado desde hace unos días por problemas respiratorios, y dejó escrito cómo quería su funeral, según reveló su hijo.
Tenemos que reafirmar con fuerza su simbiosis entre el arte y su compromiso político. Pensar a Dario sin política es como pensar a un bien vino sin uva"...
Carlo Petrini, amigo del dramaturgo Dario Fo

Miles de personas se congregaron hoy en la plaza de la catedral de Milán para despedir con una ceremonia laica al dramaturgo italiano y premio Nobel de Literatura (1997) Dario Fo, del que destacaron su arte, pero también el inmenso amor por su esposa e inseparable colaboradora de sus espectáculos, Franca Rame.

"Estoy seguro que ahora mi padre y mi madre están allí, juntos, y se parten de risa", comentó Jacopo Fo, el único hijo de la pareja, que fue junto con el amigo del dramaturgo Carlo Petrini, fundador de "Slowfood", los únicos que hablaron durante la ceremonia.

Fo falleció el pasado miércoles a los 90 años en un hospital de Milán, donde se encontraba ingresado desde hace unos días por problemas respiratorios, y dejó escrito cómo quería su funeral, según reveló su hijo.

Dejó dicho que sonase la canción "Stringimi forte i polsi dentro le mani tue", que escribió para Franca Rame, fallecida en 2013, explicó su hijo, quien agregó: "Somos comunistas y ateos, pero mi padre no ha dejado nunca de hablar con mi madre, porque no se puede creer que una persona se muera de verdad".

En el palco frente a la catedral de Milán, prestada por primera vez para una ceremonia fúnebre laica, no había autoridades, aunque asistieron el alcalde de la ciudad, Giuseppe Sala, y el fundador del grupo político Movimiento 5 Estrellas, Beppe Grillo, al que Fo había apoyado fuertemente en los últimos años.

"Tenemos que reafirmar con fuerza su simbiosis entre el arte y su compromiso político. Pensar a Dario sin política es como pensar a un bien vino sin uva", dijo Petrini, amigo del dramaturgo.

Jacopo Fo también recordó a quienes "atacaron" a sus padres durante muchos años y cómo éstos "nunca doblaron la cabeza", al referirse también a la censura que sufrieron ambos, por ejemplo por parte la televisión pública RAI.

A pesar de la lluvia, fueron muchos los habitantes de Milán, la ciudad de acogida de Fo, pues el nació el 24 de marzo de 1926 en el pequeño municipio de Sangiano, provincia de Varese (norte), que acudieron a la capilla ardiente instalada en el Piccolo Teatro Strehler, y después en la plaza corearon su nombre.

Jacopo Fo habla en el funeral de su padre, dramaturgo italiano y Nobel de literatura 1997, Darío Fo, en la Piazza del Duomo de Milán, Italia. Foto: EFE

Fo será enterrado junto con su mujer, que falleció en mayo de 2013, en el cementerio Famedio de Milán, donde tienen su sepultura las personalidades más ilustres de la ciudad.

Durante los últimos años de vida no dejó nunca de pintar y escribir y se asegura que habrá muchos libros póstumos que dejó ya acabados.

Su gran obra, la más aplaudida e influyente, es el "Mistero Buffo" (1969), en la que aborda algunos pasajes bíblicos al estilo de los juglares medievales.

En 1970 presentó otra de sus obras maestras, "Morte accidentale di un anarchico" (1970), en la que rememora la extraña muerte del partisano Giuseppe Pinelli, que en 1969 se precipitó desde una ventana de la Jefatura de Policía de Milán, donde estaba detenido.

Pero también se recuerda su fuerte activismo político, que hizo que fuera un premio Nobel cuestionado incluso en su país.

En la década de los noventa estrenó "Il papa e la strega" (1990), obra en la que representa a un pontífice autor de una encíclica inverosímil en la que defendía la liberación de la droga, el control de la natalidad o el regreso de la Iglesia a la pobreza.

Los dardos de Fo van en todas direcciones, desde la defensa de la desobediencia civil en "Aquí no paga nadie" hasta la historia alternativa del descubrimiento español de América en "Isabel, tres carabelas y un cascabel".