Medicina tradicional y medicina moderna: ¿son compatibles?
Cuando hablamos de los remedios caseros y la medicina tradicional, es muy curioso que se mencionan siempre al margen de lo que conocemos como medicina moderna. De hecho, muchas veces se considera que hay diferencias irreconciliables, tanto que hay quien no piensa que puede ser compatible utilizar la medicina tradicional, hoy dentro de las consideradas terapias alternativas, y la medicina avanzada que se centra en la investigación y la creación de nuevas técnicas y fármacos. ¿Es realmente así? ¿O se les escapa un detalle que todos debemos tener en cuenta?
¿De dónde procede la medicina moderna?
En realidad, lo que conocemos como medicina moderna no se basa tanto en avances científicos como se piensa. En realidad, la medicina es mucho más parecida a estar preparando remedios en casa de lo que puedes imaginar. Y una parte muy importante de los medicamentos que utilizamos de forma general proceden de las fórmulas clásicas que tenían las abuelas. ¿Quién no se ha sentido mejor después de un vaso de leche caliente con miel y unas horas de descanso? ¿O neutralizar los ácidos de la comida con una cucharada de zumo de limón? Estos principios se han aplicado a las fórmulas avanzadas, que en muchas ocasiones no son más que la versión sintética de los remedios caseros.
Un claro ejemplo de ello es la aspirina, tan utilizada y con tantas propiedades médicas. El ácido acetilsalicílico, principio activo de esta pastilla, es un compuesto que se encuentra en la corteza de sauce blanco. De ahí es de donde se comenzó a extraer, y en esencia sigue siendo esto lo que tomamos cuando nos duele la cabeza.
Detalles que demuestran que son compatibles
Aunque es cierto que algunos tratamientos y avances son fruto de la investigación y no se basan en compuestos, hay un detalle en el que posiblemente no hayas caído, que te demuestra que es posible combinar la medicina tradicional y la moderna. Un auxiliar de enfermería o alguien con formación médica lo sabe muy bien. Y es que muchas veces se recomiendan remedios caseros en vez de recetar medicinas más potentes o determinados tratamientos.
Un ejemplo es que a menudo el médico de cabecera nos pregunta si hemos comido algo diferente cuando acudimos a la consulta con una erupción, o nos dice que hay que hacer un poco más de ejercicio, cuidar nuestra alimentación y tomar infusiones de hierbas para según que cosas. ¿Verdad que a todos nos han dicho alguna vez que nos hagamos una limpieza en los ojos con manzanilla amarga si hemos tenido algún problema con ellos?
¿Por qué elegir?
No tenemos que elegir entre uno u otro tipo de medicina. Ambas tienen puntos a favor y algunos efectos negativos, por lo que lo ideal es saber combinarlo todo para mejorar nuestro estado de salud.
Una buena alimentación, en la que se incluyen los remedios naturales, ejerce de barrera preventiva ante ciertos problemas de salud. Una vez que estos se presentan, puede que el médico tenga que ayudarnos. Pero es importante ver una como el complemento de la otra.