Las fuerzas de seguridad paquistaníes han detenido a más de 5,221 sospechosos tras el atentado talibán perpetrado en un parque repleto de familias, muchas de ellas cristianas que celebraban el Domingo de Pascua, en Lahore, en el este de Pakistán, informaron autoridades locales.

De los detenidos, 5.005 fueron puestos después en libertad, y 216 sospechosos permanecen bajo custodia policial, informó Rana Sanaullah, el ministro de Justicia de la provincia de Punjab, de la que es capital Lahore.

Pero por el momento sigue sin estar claro cuántos de los detenidos estuvieron realmente implicados en el atentado. Se cree que la cúpula de Jamaat ul Ahrar, la organización terrorista que reclamó la autoría del atentado, está en Afganistán.

El atentado dejó 72 muertos, entre ellos 35 niños. Entre las víctimas habría 15 cristianos, según la policía. Sin embargo, miembros de la comunidad cristiana estiman que la cifra podría ascender a 30.

El obispo de Lahore Yaqub Paul hizo el cálculo en base a los funerales que él mismo ofició y de los que le informaron otras comunidades de la ciudad, aseguró, sin dar un número exacto.

Mientras tanto, el Gobierno paquistaní intenta, mediante un gran operativo policial y militar, transmitir una situación de tranquilidad y control. Según el diario "Dawn", el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ordenó que todos aquellos que se encontraran dentro de alguna categoría de sospechosos por terrorismo fueran detenidos sin excepción.

Dependiendo de las fuentes consultadas, hay entre 5.000 y 8.000 sospechosos incluidos en las listas del conocido como Plan Cuatro de la ley antiterrorista.

"Quiero una colaboración más proactiva entre las fuerzas de la ley y las agencias de inteligencia", afirmó Sharif. "Los terroristas han asesinado a nuestros hijos e hijas, y si dios quiere, vamos a acabar con ellos en este país", sentenció.

Las redadas de búsqueda comenzaron durante la noche del domingo. Las operaciones militares y de inteligencia en la provincia de Punjab se dirigieron contra "miembros de organizaciones prohibidas", indicaron fuentes militares.

Todos los parques de la ciudad de Lahore permanecen cerrados hasta nueva orden. También se han reforzado las medidas de seguridad en lugares públicos de diferentes ciudades paquistaníes. En Karachi, el parque de atracciones más grande del país, el Safari Park, permanece cerrado, informó el periódico "Express Tribune" citando a la administración.

Unas 190 personas continúan entretanto ingresadas en hospitales. Shaheed Saeed, un médico del hospital de Jinnah en Lahore, informó de que aún hay algunos heridos que continúan en estado crítico. Además, cuatro víctimas siguen pendientes de identificación.

El número de asistentes a la celebración del domingo era muy elevado. La administración del parque estima que en el momento del ataque había entre 7,000 y 8,000 personas. Numerosas familias cristianas se habían reunido allí para celebrar la Pascua.