Malpica lleva a su ‘Rey’ al Stand Vanguardia

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Malpica lleva a su ‘Rey’ al Stand Vanguardia

FILA. El escritor Toño Malpica leyó un cuento a los asistentes a nuestro stand en la Feria del Libro. / Archivo
La narrativa de Antonio de León consigue tocar lo más profundo de las relaciones humanas

Frente a un ejército de niños vestidos de entre ocho y nueve años, Toño Malpica dio lectura a su cuento “El bondadoso rey”, esto en el stand de Vanguardia en la Feria del Libro.

—Esta es la historia de un niño que se llama león. —Comienza el autor al saludar a los niños…

—León es el nombre de un animal, no de un niño. —interrumpe, sagaz, Luis Ángel, él tiene apenas ocho años pero su curiosidad parece infinita.

—Ah sí, es que León es el nombre de un animal pero también hay muchas personas que se llaman León.

—Hmmm bueno. —Contesta poco convencido Julio, pero cuando la lectura comienza su vista se pierde entre las ilustraciones de Valeria Gallo.

“Hola. Me llamo León. Vivo en la colonia Narvarte. En un departamento muy chiquito en un edificio muy alto. Mi mejor amigo también se llama León. Y le gusta mucho mirar las estrellas. Como a mí”, Anuncia el León niño.

“¿Mi mejor amigo? Se llama León. Sus papás le pusieron así en mi honor. Curioso, ¿no? Y también le gusta mucho mirar las estrellas”, Anuncia el León abuelo.

Así comienza la aventura de “El Bondadoso Rey”, página a página el recorrido de las aventuras entre el León niño y el León grande (su abuelo) permiten ir conociendo como estos dos mejores amigos van  interpretando el mundo.

La voz de Malpica es dulce, su habilidad de cuentacuentos le permite ir cambiando de niño a adulto en un par de páginas. Los niños, sentados en las sillitas de colores tratan de memorizar todas las imágenes con sus ojos curiosos, que recorren de un lado a otro las páginas del libro.

“La parte de la historia que me gustó más es cuando los dos León les gustaban las mismas cosas; y el dibujo que me gustó más fue cuando está el León grande sentado en el parque y se alegró de ver al otro León jugar con los demás niños”, platica, contenta, Yamilet, de ocho años.

La historia es sencilla,  profunda y fuerte. Las madres de familia y maestras de los niños escuchan atentas y se conmueven al punto de las lágrimas. Pero se contienen. La narrativa de Antonio de León consigue tocar lo más profundo de las relaciones humanas: de cuando alguien es capaz de mentir con tal de proteger a quien ama.