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Madres de La Manada forjan una relación sana
El grupo saltillense de crianza “La Manada”, cumple un año de congregar a madres interesadas en forjar una relación sana basada en el respeto, creando un movimiento sin precedentes en la localidad que ha trastocado las fibras más sensibles de aquellos que decidieron traer al mundo un bebé.
La fundadora del grupo es María Casas, puericultora que hace un año comenzó a compartir Facebook, diversa información acerca del embarazo, parto y crianza. Sorpresivamente, algunas madres de Saltillo le pidieron reunirse y crear una red, la cual comenzó por reunirse en parques públicos.
“Éramos cinco madres con nuestros pequeños, hablando de lo que pasábamos, cómo alimentar, cuidar, amar y criar. Ahora la manada virtual reúne incluso voces internacionales, somos poco menos de mil integrantes y aquí en Saltillo más de 60”, comentó Casas.
Rosi Lu es integrante y fotógrafa oficial de “La Manada”, se dedica a documentar el lazo que se crea en este espacio, donde a pesar de enfocarse en las madres, también se invita a los padres a interactuar:
“Está invitado todo aquel que se relacione con el niño, estos lazos hacen de los niños personas plenas que muy probablemente tendrán mayor seguridad y relaciones óptimas con sus padres”.
CRIANZA DE A DOS
Casas, a través del año de experiencia con “La Manada”, ha encontrado un interés emergente de los padres en participar activamente como guía de sus pequeños, aunque a veces implique un reto balancear las interacciones para no caer en la permisividad ni en la crianza violenta.
“Esto ha evolucionado, cada vez son más los que reconocen errores en su crianza que no queremos replicar, por esto también los padres se nos han unido, incluso aquellas parejas que no están juntas, vienen para convivir con su hijo”.
UNA MANADA QUE APOYA Y SOPORTA
¿Qué encuentra una mujer en “La Manada”? La respuesta es contención, según Casas:
“Muchas mujeres de aquí han pasado por situaciones como depresión posparto, unas más intensas que otras, pero todas apoyadas y sostenidas aquí, incluso con apoyo profesional porque el moral lo damos nosotros, pero estamos conscientes de la importancia de ser atendidas por expertos”.
SU LUGAR SEGURO
De acuerdo con Casas, “La Manada” es un espacio de amor, como el que se le manifestó a una integrante que perdió a su pequeño por un derrame cerebral hace unos meses:
“Ella tiene su lugar, no ha dejado de ser madre para nosotras. Le ofrecimos apoyo y ella sabe que puede volver cuando quiera porque somos familia y su pequeño lobito nunca será olvidado. Aún nos duele la pérdida, y ese momento demostró de lo que somos capaces como compañeros”.
Kassandra Cerecero es una integrante que vivió este hecho después de haberse integrado, luego de meses de seguir en línea a “La Manada”:
“No me atrevía a ir porque me sentía una madre diferente a ellas. Yo me alivié por cesárea y dejo a mi hija en guardería por mi trabajo, pero cuando me enteré de lo sucedido fuimos al funeral y viví la experiencia, desde entonces no falto cada viernes por la tarde a la reunión”.