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Lo que nunca deberías hacer al recargar en una gasolinera
Llenar el depósito, pagar y listo. Repostar en una gasolinera es una rutina para cualquier conductor. Sin gasolina o gasoil, el vehículo no funciona (con permiso de los coches eléctricos, claro). Así que acercarse hasta una estación de servicio es algo obligatorio si nos ponemos al volante.
Miles de personas pasan cada día por alguna gasolinera. Y, aunque a veces se nos olvida, en estas instalaciones reinan una serie de normas de obligado cumplimiento. El presidente de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar), Alejandro Ripoll, nos recuerda qué es lo que no debemos hacer jamás al repostar combustible. Aunque no lo creamos, un descuido, por tonto que parezca, nos puede salir muy caro.
1. Debemos acceder a la gasolinera a una velocidad adecuada. Muchos conductores, sobre todo en las autovías y autopistas, circulan demasiado rápido y entran a repostar a una velocidad excesiva. “Olvidamos que en la estación de servicio hay gente de pie que se encuentra fuera de los vehículos, así que debemos extremar la precaución para no llevarnos un susto”, advierte Ripoll.
2. Lo ideal es situar el lado del tapón del depósito junto al surtidor. Suena a perogrullada, pero si no lo hacemos podemos tener problemas al repostar: la manguera puede quedar corta o hay que pasarla por encima del coche; es posible que tengamos que mover el vehículo hacia delante o hacia atrás…
3. Debemos apagar obligatoriamente el motor y las luces. ¿El motivo? Una pequeña chispa podría provocar una catástrofe. Los vapores que emanan de la gasolina son muy inflamables, así que hay que andarse con ojo. Más vale prevenir…
4. Por motivos obvios, está terminantemente prohibido fumar en una estación de servicio.
5. Tampoco se puede hablar con el móvil al repostar, menos aún si estamos junto al surtidor. “Esto es algo muy discutido, pero la ley lo prohíbe y hay que cumplirla”, admite Ripoll. De hecho, no existe ningún estudio que demuestre que pueda provocar algún chispazo. Lo que sí es cierto es que el móvil puede causar despistes y, como consecuencia, algún atropello o golpe. Así que, a la hora de repostar, el teléfono debe quedar fuera de nuestro alcance. No ocurre lo mismo con la radio: puede estar encendida. En cualquier caso, sí se aconseja bajar el volumen para evitar molestias a otros usuarios.
6. Mucho ojo al recargar el depósito. “Debemos llenar con el combustible pertinente: si el coche es de gasolina, debemos echar gasolina. Y si es diésel, gasoil”, incide este profesional. Si nos equivocamos, jamás debemos arrancar el motor porque podemos provocar una avería muy seria. Si lo hacemos, el combustible contamina las bombas y los inyectores. Así que la solución pasa por llamar a una grúa para que nos vacíen el depósito en el taller. Aunque parezca increíble, es bastante habitual cometer este error. Por eso es aconsejable poner un adhesivo bien claro en la tapa del tanque con el tipo de combustible que utilicemos. Es menos probable contaminar un coche de gasolina con diésel, porque la manguera del gasoil no entra en el hueco del depósito de la gasolina.
Y un último consejo. “En la estación de servicio estamos para ayudar. Si hay dudas ante cualquier cosa (capacidad de depósito del aceite, la presión de neumáticos…), que consulten, que para eso están los profesionales”, concluye el presidente de Aevecar.