Las leyendas que esconde Saltillo ... ¿Te atreves a leerlas este Halloween?

Estas son algunas de las historias más espeluznantes de nuestra ciudad, aquellas que erizan la piel y se cuentan en cada reunión; desde las tragedias de Mónico o la Taconera, hasta los sucesos paranormales de un supermercado

Saltillo es una ciudad que resguarda en sus calles viejas historias que ponen los pelos de punta. Se trata de leyendas que se cuentan de generación en generación. Desde las tragedias de Mónico o la Taconera, hasta los sucesos paranormales de viejas casonas como la de la Alameda o la de Las Canicas (calle Victoria). No hay quien no se resista a asustarse un rato leyendo o escuchando estas historias, que hacen del centro histórico un lugar cuyos fantasmas pasean en la oscuridad. Que no le dé miedo pasar por el Callejón del Diablo, o entrar a la Normal Superior de noche... ¿Ya fue a la Casa Purcell y vio algo raro? ¿Usted escuchó sobre el diablo en el Tex Mex?

Las hermanas de Casa Purcell

La casa ubicada en la céntrica calle Hidalgo, que ahora alberga al Instituto Municipal de Cultura, aloja una historia muy peculiar. La de las hermanas Purcell. Resulta que esa vivienda se contruyó en 1905 y cuenta con un estilo neogótico victoriano. Don Guillermo Purcell, que nació en Irlanda, vivió ahí con su familia. Tuvo seis hijas y dos varones con Helen O’ Sullivan: los dos hombres murieron sin descendencia, y de las seis mujeres, la mayor falleció aún niña, dos se casaron y se fueron a Inglaterra, y tres permanecieron solteras, por lo que el apellido Purcell no sobrevivió. A la muerte de don Guillermo, en 1909, doña Helena se fue a vivir a Berkshire con sus tres hijas solteras. En cuanto a las casadas, su hija Bridget y su esposo pasaban grandes temporadas en la casa de Saltillo atendiendo sus negocios en México, a veces acompañados de Mamie, su única hija, y en ocasiones se les unía Katerine, la otra hija casada, con sus cinco hijos, y todos, principalmente los niños, pasaban esas temporadas muy contentos en la casa de Saltillo, pues las tres hermanas solteras habían regresado al morir doña Helena, en 1931, y permanecieron ahí hasta su muerte. Lucy falleció en 1959, Anita en 1971 y Elena en 1977. ¿Será que ellas siguen viviendo en la casona, y espantan a cualquiera con sus paseos nocturnos?

Casa Alameda

Una casa bastante emblemática. Ubicada en la esquina de Ramos y Purcell, la Casa Alameda, ha sido sede de diversas instituciones como la Escuela de Música y en últimas fechas la de un colectivo cultural que impulsó diversas actividades para gente de todas las edades. Luego de haber permanecido sin vida durante años, la casona que fue una de las primeras viviendas construidas con ladrillo a finales del siglo 19, había tenido muchos visitantes el año pasado, hasta que un incendio consumió gran parte de la contrucción. La leyenda radica en un fantasma, el del ex gobernador Ignacio Cepeda Flores, quien se quitó la vida ahí, era 1947, pero se dice que hasta estos días un espíritu ronda los pasillos y cuartos de tal casa. Se cuenta además, que el terreno en la que fue construida sirvió durante 300 siglos como huerta de los Tlaxcaltecas, y sirvió como panteón durante una epidemia de cólera.

Preparatoria Narváez

La escuela Doctor Mariano Narváez que fue fundada en 1949 cuenta con unn sinfín de historias terroríficas, pues se dice que las ánimas rondan por el edificio en las noches. Algún tiempo fue un hospital, y como es bien sabido antes los hospitales no eran como los de ahora, se vivían pesadillas en vida, pues los enfermos estaban a la merced de verdaderos “carniceros”, doctores de la época que usaban el sadismo para “aliviar”. Grabadoras prendidas, luces que se apagan y se prenden, puertas que se abren... diversos sucesos extraños que espantan a sus alumnos y docentes, quienes no se atreven a pisar la escuela por las noches. ¿Has escuchado alguna historia de la Narváez?

El diablo en el Tex Mex

Una de las leyendas que más se conoce en Saltillo, la del diablo que se apareció en el Tex Mex. Ésta historia no es tan lejana, sucedió al menos hace dos décadas, y se dice que un hermoso joven sacó a bailar a la chica más guapa del lugar. La química entre ambos era innegable. Después de haber bailado por un largo rato, el chico le pidió a la mujer irse con él, pero no iba a ser tan fácil. Ella le puso como condición que se subiera al toro mecánico, y si no se caía, entonces se iría esa noche con él. Regio, el joven no caía del toro mecánico, pero una bota salió disparada y quedó al descubierto una pezuña de cabra. Los gritos inundaron el lugar, se apagaron las luces y empezó a oler a azufre. La chica, que se dio cuenta que había bailado con el diablo salió despavorida del lugar, todos corrieron. Ella jamás llegó a su casa, pues sufrió un accidente automovilístico y falleció al instante. El diablo se la llevó.

Callejón del Diablo

La calleja ahora conocida como del Diablo, albergó las huertas, casas y solares de los tlaxcaltecas, hasta la llegada de españoles y criollos. Juan de Solís, originario de la villa española, fue un hombre conocido por ser súbito leal de la Católica Majestad del Rey de las Españas. Estaba casado con una hermosa mujer, y tenían un hijo muy bien parecido. Éste hombre pareciera tenerlo todo, pero no era así, su corazón sufría, pues pensaba que su mujer le era infiel. Una noche que su mujer salió, nublado por los celos decidió seguirla, y cuando la vió abrazando a un hombre no reparó en matarlo. Pero ese hombre, era su hijo. Fue el diablo, quien celoso de Juan de Solís le preparó tan espantosa jugada. Y desde entonces, el callejón lleva su nombre.

Fantasma de la Landín

Al sur de la ciudad está ubicada la Capilla de Landín, una de las construcciones más antiguas de la ciudad. Una leyenda fantasmal rodea esta construcción. Se dice que un padrecito sin cabeza recorre el lugar por las noches, pues probablemente fue víctima de la persecución de los soldados durante la Guerra Cristera (1926-1929). Y es que detrás del inmueble se encuentra una pequeña plaza que conecta con una cueva, a la que nadie se atreve a entrar. Se dice que en la cueva conectaba con túneles que llegaban hasta la Catedral y el templo de San Esteban por alguna misteriosa razón.

Normal Superior

La Benemérita Escuela Normal de Coahuila, que se encuentra en la calle de Xicoténclat alojó allá por 1909 a jovencitas provenientes de diversos municipios de Coahuila. Se trata del Internado Femenil de la Normal, en donde una mujer falleció de causas naturales pero jamás quiso abandonar el lugar. El espíritu ronda los pasillos y habitaciones. Aunque también se dice que se escuchan voces de hombres, serían soldados, pues documentos históricos señalan que anteriormente el internado sirvió de cuartel a las huestes de Venustiano Carranza, Villa y Obregón.

La Delgadina

De nueva cuenta, una de las calles más antiguas de Saltillo fue escenario de una historia espeluznante. En la calle de Santa Ana, hoy llamada Guerrero, termina un arroyo conocido como “La Tórtola”. En 1786  vivió un carnicero malencarado que usaba ropas llenas de grasa y sangre de animales, y lo llamaban “el Gigante Severo”. Se casó con una mujer llamada Isaura Delgado, y en apariencia eran una pareja muy feliz. Hasta que un día el carnicero econtró a su mujer con el freidor, ellos solo platicaban, pero el hombre no podía sacar de su cabeza la idea de que su esposa lo engañaba. Pasaron los meses y la mujer no había sido vista. Se cuenta que el carnicero, envuelto en rabia la había colgado en uno de los ganchos para la carne, hasta que se conviritió en un esqueleto. Ahora, ese callejón es conocido como La Delgadina.

La Casa de las Canicas

Es una de las casas con mayor valor arquitectónico en la calle de Victoria, en el centro de nuestra ciudad. La que algfuna vez albergó a dos hermanas solteras a quienes les llamaban “canicas”, por andar de aquí para allá todo el día, y ser de baja estatura y regordetas. La emblemática casa era de la familia Guajardo, y fue construida a principios del siglo XX. A esta casona la rodean muchas historias, se dice que se escucha el llanto de un niño, que se ve la imagen del diablo, y que incluso los dueños regalarían la casa a quien pudiera pasar una noche entera ahí. También su cuenta que había baúles enterrados con moneras de oro, y que incluso hay varias excavasiones.

El centro comercial  y su Santa Claus

Un video se hizo viral en recientes fechas. Se trata del que grabó y difundió un guardia que trabajó en el lugar. Durante el turno de la noche fue testigo de sucesos paranormales. Estamos hablando de la un Centro Comercial ubicado en el Blvd. Luis Echeverría, donde estaba la extienta tienda de Carrefour. Espantado el guardia, que más tarde perdió su trabajo, pudo grabar cómo un Santa Claus que estaba guardado en una bodega, se movía sin parar sin que nadie lo prendiera, hasta que terminó en el piso. Se dice que el video es real, y hay muchos testimonios de personas que trabajaron ahí y dicen que, en efecto, cosas extrañas pasan por las noches.

Mónico y las brujas

Mónico fue un joven conocido por su carácter noble que fue víctima de sus propios delirios. La leyenda cuenta que durante 1920 Mónico Martínez, que vivía en el centro de Saltillo, solía llevar amuletos, pues era un hombre supersticioso. A simple vista parecía feliz, pero en realidad Mónico vivía con los nervios a flor de piel, creía que las brujas lo habían hechizado, y contaba que por las noches las lechuzas se paraban en su ventana. Una noche, al borde de la locura, Mónico no pudo más y los doctores tuvieron que revisarlo, la gente lo creía loco. En marzo de 1921 encontraron al hombre muerto, su cuerpo flotaba en la alberca de Altamira. Se dice que las brujas lo sacaron de su casa, lo mataron, y lo dejaron en dicha alberca.

Foto: Especial

La Taconera

Una de las tradiciones en el México antiguo era que la mujer más pequeña de la casa, cuidaría a sus padres en la vejez, por lo que debía permanecer soltera. Este es el caso de una joven que vivió con su madre en el centro de Saltillo. La modesta casa estaba ubicada en la calle de Hidalgo, hoy Juárez. Se dice que la joven, muy hermosa por cierto, salía por las noches de su casa, ya que su madre se quedaba dormida, e iba y visitaba a un gran amor, prohibido. Al regresar una noche, la Taconera encontró a su madre muerta, tanta fue su culpa que murió de arrepentimiento. ¿La has escuchado?