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‘Las iglesias dependemos de Dios, no del hombre’
Las que no han sufrido merma en sus finanzas, pese a la crisis causada por el coronavirus, son las iglesias evangélicas.
Y aunque sus fieles se han quedado en casa, continúan, de manera voluntaria, aportando sus diezmos y ofrendas a través transferencias bancarias.
Gracias a lo cual las iglesias cristianas, de distintas denominaciones y ramas, han sobrevivido y hasta se han permitido realizar obras sociales, como la entrega de despensas a los sectores más necesitados.
“La contingencia no nos preocupa en lo económico a las iglesias evangélicas, porque las iglesias dependemos de Dios, no del hombre, entonces si las iglesias son de Dios, Dios las sostiene. Así como a las cantinas las sostienen los borrachos, a las iglesias las sostienen los hijos de Dios”, dijo Mario Genis, coordinador del grupo Gente de Negocios a la Manera de Dios, la Empresas, las Finanzas y la Biblia.
Señaló, por lo tanto, que las iglesias cristianas se han mantenido en pie durante la emergencia sanitaria por la generosidad de su gente.
“Hay una ley que se llama siembra y cosecha. Si siembras poco, dice la palabra en la Carta a los Corintios, vas a cosechar poco, si siembras mucho, vas a cosechar mucho. Pero tu corazón no puede estar puesto en voy a sembrar un peso, porque voy a recibir mil, porque la palabra dice que dará al ciento por uno.
“No, yo debo sembrar porque soy generoso. Los tiempos de crisis, son tiempos de siembra, es cuando estamos preparando nuestro corazón, aquí se demuestra quién es generoso. No lo ves como una obligación ni como una responsabilidad ni como una carga, sino como un gozo”, comentó.
DE LO QUE RECIBEN, DAN APOYO A QUIEN LO NECESITE
Detalló que por esta razón los fieles de las iglesias evangélicas, sin importar el resguardo, siguen diezmando y dando ofrendas a través de medios electrónicos a las cuentas de las iglesias.
“No solo seguimos dando diezmo, sino que estamos dando ofrendas para que se den despensas a las personas en necesidad, apoyos en medicamentos a personas que lo necesitan”.
Y reiteró que los pastores evangélicos no están preocupados por los pagos de renta, agua, luz de sus iglesias.
“Le preocupa a Dios y Dios es el que se ocupa de proveer. Los templos ahorita están cerrados, pagan menos luz, menos agua, hay menos gastos. No debe ser una preocupación de las iglesias evangélicas, si es que el creyente entiende la generosidad”.
Tony García, pastor del templo La Roca, subrayó que la iglesia cristiana no es como cualquier institución, es una familia creada por Dios.
“De tal manera que él nos llama para trabajar en su ministerio y si él nos llama, él nos va a sustentar”.
Esta iglesia, a la que asisten unos 100 fieles, no ha dejado de recibir diezmos ni ofrendas.
“Hay gente muy fiel que manda sus diezmos, sus ofrendas, la gente tiene ese amor muy grande por los pastores, porque los pastores tenemos cuidado de ellos, oramos por ellos cuando están en dificultades y Dios los bendice, entonces la gente vive agradecida, traen sus aportaciones…”.
Precisó que la Alianza de Pastores de Saltillo, de la que él es miembro, se ha dado a la tarea de armar despensas a lo largo de la contingencia y repartirlas entre los más necesitados.
“De esa manera ayudamos a otros”.
LA IGLESIA NO SE DETUVO
Josué Galindo, pastor principal de la Comunidad Cristiana de Saltillo, en la que se congregan unos tres mil fieles, dijo que con todo y la pandemia la iglesia no se detuvo y solo cambió su formato al de iglesia en casa.
“Y entonces… no hay fieles, pero creo que el que es fiel, es fiel estando y no estando”.
Añadió que la iglesia desde siempre ha tenido la visión de la ayuda social y contacto con la gente.
“La gente conoce nuestra visión y la gente quiere participar de la visión y la gente es generosa. Al final de nuestras reuniones en línea la gente sabe, sin que nosotros lo digamos, que pueden participar generosamente haciendo transferencias, depósitos. Donde hay visión hay provisión”.
Recalcó que toda iglesia se sostiene de la generosidad de la gente que se congrega.
“y nosotros seguimos funcionando, gracias a la generosidad de la familia de la fe que nosotros pastoreamos”.
Contó de antes de que la pandemia llegara a México su iglesia bajó hasta en un 40 por ciento sus gastos.
“Antes teníamos una compañía de seguridad, ya no la tenemos; antes teníamos una compañía de limpieza, ahora ya no la tenemos… Enviamos a los empleados a su casa, de esa forma no hay gastos de luz, de agua”.
Pastores evangélicos confían en la providencia y la generosidad de sus fieles para sortear la contingencia sanitaria que se vive