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La niña a la que “El Lazca” hizo su novia
Silvia Stephanie Sánchez Viesca-Ortiz, Fanny, una jovencita desaparecida desde hace ocho años de Torreón, Coahuila, podría ahora ser la madre de un hijo del “Z-3”, líder del Cártel de los Zetas asesinado por la Marina en Progreso, Coahuila.
La joven habría sido secuestrada por Salvador Alfonso Martínez Escobedo, “La Ardilla”, quien la entregó a la mafia, al menos esa es la hipótesis de Homero Ramos, Procurador de Justicia del Estado de Coahuila.
Dentro de las explicaciones sucede que lo señalan a él, o él asume la responsabilidad de haber efectuado la sustracción de ésta víctima y haberla llevado ante Lazcano.
“Vamos a iniciar la averiguación y estoy seguro que daremos con alguna cuestión de atención a esta persona”, dijo el procurador.
Las primeras investigaciones realizadas por la familia Sánchez Viesca-Ortiz, fueron en Tamaulipas, en donde “La Ardilla” tenía su imperio, extendiéndolo hasta Nuevo León y Coahuila.
Se la tragó la noche
Fue la noche del 5 de noviembre de 2004 cuando Silvia Stephanie desapareció de las calles de la ciudad.
Lo último que hizo fue pedir prestado dinero a una antigua vecina para llegar a casa. Oscurecía, las calles apenas estaban alumbradas por las farolas.
Fanny, de 16 años, regresaba de un torneo deportivo en el Colegio Español. Llegó a la colonia Centro, donde antes vivía para entregar un cd walkman a casa de un amigo. Escuchaba a Britney Spears… “Lucky”, su canción favorita en las tardes de ocio.
Caminó deprisa por la calle 28 y Matamoros, los autos pasaban lanzando destellos por la avenida Juárez. Iba vestida de pantalonera gris, playera con logotipo del colegio: tenis negros. Llamaba la atención su mochila rosa en forma de conejo.
Según investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila, realizadas durante 2004, 2005 y 2006, estaba muerta, enterrada en algún lugar plenamente identificado a las afueras de Torreón. La PGR decía que estaba viva.
Óscar Sánchez-Viesca y Silvia Ortiz, sus padres, declararon a este reportero en junio del 2007.
— La última vez que fuimos a Saltillo le dijimos al Procurador (Torres Charles 2006-2012) ¿Sabes qué? Ya estuvo suave de que nos traigan como idiotas, porque no puedo llamarle de otra manera luego de presentar dos hipótesis totalmente contrarias.
Dijeron que en ese entonces hubo golpeteo de Óscar Calderón, procurador hasta el año 2005.
— Decía que la niña se había ido por culpa de nosotros. Eran tardes de encerrarme en el cuarto a llorar al ver que las autoridades sacaban puras tonterías.
La última vez que la vieron
Aproximadamente a las 16:00 horas del 5 de noviembre de 2004, Fanny llegó de prisa a casa.
Esta vez no se encerró por horas en su cuarto a olor perfume de flores y a escuchar a Britney Spears, tirada en la cama jugueteando con los muñecos de peluche que adornaban su pieza, observada por el cartel de Mickey Mouse en la pared.
Se cambió de ropa, comió en unos cuantos minutos. Y se fue.
— Mamá, tengo que irme a deporte, dijo con la voz acelerada.
— ¿A qué hora sales? ¿La misma hora?, preguntó Silvia Ortiz casi por rutina.
— Si, nada más que ahora no tengo entrenamiento (basquetbol). Tengo torneo.
No iba a jugar, sólo a apoyar a sus compañeros del torneo varonil. Michelle, su hermano, también se preparaba para ir a jugar futbol.
En ese entonces acababan de adquirir una casa en Villas del Nazas, a las afueras de la ciudad. Su papá los iba a llevar a la escuela, una llamada del trabajo lo impidió. Los dejó sobre el bulevar Rodríguez Triana, donde tomaron el camión Torreón-Matamoros.
Fanny tomó asiento en la quinta fila del lado derecho, iba sola. Michelle se fue atrás; bajó en la Unidad Deportiva de Torreón por la puerta trasera. Fanny volteó ligeramente para ver a su hermano. No le dijo nada.
En casa se hizo de noche. Ambos no llegaban. A Silvia la empezó a embargar la preocupación. Mantenía la esperanza de que sus hijos anduvieran juntos
—A veces Michelle esperaba que les dieran “raid” y por eso tardaban.
Había llegado Israel, amigo de la familia, para visitar a Michelle. Dieron las 10 sin noticias, Silvia dijo: Yo ya me cansé de esperar, se me hace muy tarde y no llega la niña.
Esa frase coincidió con una llamada de Michelle al celular de su papá.
— ¡Papá voy a llegar tarde porque ando con unos amigos!
— Oye, no ¿Y tu hermana?, cuestionó Óscar Sánchez-Viesca.
— No sé. Yo me quedé en la deportiva, ella se fue al colegio. Ya no la vi.
…Hubo un silencio en casa.
Silvia decidió salir a las calles en compañía de Israel para buscar a Fanny; Óscar y el hijo mayor, Christopher, harían guardia.
Visitaron amigos, vecinos y familiares en vano. Para las 12 de la noche regresaron a casa para ver si había noticias: nada. Había llegado Michelle, se incorporó a la búsqueda por las calles de la ciudad.
Una de las últimas instancias fue ir al hogar de Nancy, compañera de escuela y hasta hace dos meses vecina de la familia. Estaba dormida: era la 01:30 de la mañana.
Silvia llamó a la puerta: Me daba vergüenza tocar, dije: Pues primero está mi hija..
Atendió la mamá de Nancy: Pura Concepción. Ella dio detalles.
— Fanny vino porque dijo que le habían robado el dinero para el camión, me pidió dos pesos prestados para regresar a casa.
Son las 8:30 ¿Alcanzas camión?, preguntó Pura Concepción.
— Si me voy rapidito alcanzo el camión, respondió Fanny apurando el paso.
Pura Concepción vio caminar a Fanny una cuadra por la calle 28, iba rumbo al bulevar Revolución para agarrar el camión Ciudad Nazas.
Cerca de ahí hay un bar llamado Club Fox. A pocos metros una base de taxis: el asfalto gris, la luz legañosa de las farolas sombreando las calles.
Pura cerró la puerta de su casa viendo alejarse la mochila rosa en forma de conejo en esa semioscuridad donde nadie vio nada…
Fue una noche sin dormir vigilando los celulares, hablando a los amigos. Pidiendo a Dios que todo fuera un susto.
A las 06:00 de la mañana del día 6, Óscar Sánchez-Viesca hurgó en la memoria de los dos últimos choferes de ruta de esa noche.
Uno se acordó de ella: Sí, la niña de cara redonda que subía en tal lado y bajaba en tal lado a una hora más o menos precisa.
La noche esa, en la última corrida: no viajó.
Hace cuatro años, la familia de Fanny recibió una filtración donde decían que había sido mamá de un niño, y era frecuente que ella los observara a la distancia para tener la certeza que estuvieran bien.
Y apenas anteayer apareció una foto de una mujer de 24 años con rasgos muy parecidos a su hija al lado de Lazcano. Una foto de una mujer que se parece a la niña de la mochila rosa en forma de conejo que escuchaba a Britney Spears.
“Vamos a iniciar la averiguación y estoy seguro que daremos con alguna cuestión de atención a esta persona”, aseguró Homero Ramos Gloria, procurador de Justicia del Estado.
Divertida. Como cualquier jovencita, Fanny tenía diversos gustos y sobre todo una inclinación por la música que disfrutaba todo el día, Britney Spears era su ídolo.
¿Prueba?. Esta fotografía que circula por Internet, llegó a la cuenta de la madre de Fanny, no son pocos los que afirman que la mujer es la joven desaparecida y eso causó revuelo.
Amigable. Sociable y con facilidad de adaptación, Fanny tenía un círculo de amistades amplio; tanto en la escuela como en su casa la joven era bien vista.
Entregada. La jovencita desaparecida mostraba gran pasión por el deporte y la actividad física, de hecho la última vez que la vieron iba a un juego de basquetbol.
Pérez Duarte dio su opinión
Alicia Pérez Duarte y Noroña, extitular de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Relacionados con Actos de Violencia en Contra de las Mujeres, confió el 8 de marzo de 2010 a este reportero, en información publicada en el diario Vanguardia: —Tenemos un caso paradigmático en Coahuila, hasta donde yo conocí no es un asunto de tráfico propiamente, pero es muy similar sacar a una niña menor de edad de su medio para que sea compañera, concubina de una bola de mafiosos.
Pérez Duarte y Noroña alguna vez filtró la ubicación de Fanny a su familia, pero el peligro era alto. La información le llegó de manera anónima, junto con una fotografía reciente (diciembre de 2007) a la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos, AC.
—¿Qué tanta opción tenía de decidir si se iba o no?, eso está por verse y eso no lo vamos a saber hasta hablar con ella ¿Para qué se la llevaron?, para que sea la concubina de uno de estos desgraciados. A mí no me pueden decir que ella se fue. Es un caso paradigmático en el estado de Coahuila, pero es un mecanismo que grupos de delincuentes siempre han utilizado.