La lucha que motivó a los maestros de Coahuila a plantarse 70 días afuera del Palacio de Gobierno
Por: Roxana Romero
Fotos: Roberto Armocida
Edición: Kowanin Silva
Diseño: Edgar de la Garza
Ni el cansancio, ni las inclemencias del tiempo los hicieron desistir. Incluso cuando supieron que sería el último día en que estarían en el plantón frente al Palacio de Gobierno de Coahuila, insistían en quedarse el tiempo necesario hasta saber dónde quedó el dinero que aportaron para su pensión y que la Clínica del Magisterio brinde el servicio de primer nivel que daba antes.
Son profesores veteranos, la mayoría de ellos jubilados, algunos con enfermedades que, en vez de estar en casa disfrutando de su pensión, acompañados de sus parejas y sus nietos, luchan por tener un servicio médico digno y por saber dónde quedaron las aportaciones que hicieron durante los 30 años que trabajaron.
De lo que alguna vez fueron instituciones con los mejores servicios y contar con una atención médica de primer nivel, hoy queda muy poco. Para que su seguridad social se reestablezca pueden pasar meses o años, dice Roxana Cuevas, una de las dirigentes. La Dipetre tiene un faltante de más de 400 millones de pesos (mdp); el servicio médico adeuda a proveedores 229 (mdp).
Trabajadores de la sección 38 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) y de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) son quienes conforman la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación (Dipetre) y que deberían recibir atención médica en las Clínicas del Magisterio.
El gobernador del Estado, Rubén Moreira, reveló hace unos años que el fondo que los trabajadores de la educación en Coahuila aportaron para su retiro está en quiebra, que si no hay dinero para las pensiones es porque la esperanza de vida aumentó y el dinero se terminó; los maestros dicen que alguien hizo mal uso de ese dinero, que hubo gente que se enriqueció con esos recursos cuando el número de jubilados todavía no era muy alto.
Por eso piden una auditoría externa al fondo histórico de las aportaciones. Para saber dónde está el dinero que les descontaron durante su vida laboral.
Debido a eso y aunque algunos profesores tienen más de 10 años jubilados, durante 70 días, dos toldos con lonas blancas de plástico en la Plaza de Armas se convirtieron en su hogar.
La razón: la escasez de medicamento y la falta de atención médica en las clínicas, que incluso pudieron ocasionar la muerte de algunos maestros; reclaman también que las reformas aprobadas que propuso el Gobernador a la Ley de Pensiones y Otros Beneficios para los Trabajadores del Estado y la legislación del Servicio Médico, violan sus derechos constitucionales.
El plantón inició un miércoles 13 de abril, porque fue el último recurso que los maestros encontraron para presionar al Gobierno del Estado y lograr un diálogo para intercambiar inconformidades y proponer soluciones.
Antes habían realizado varias marchas por las calles que no dieron resultados porque los funcionarios estatales no los atendían para dialogar.
Por eso estaban en su hogar sustituto, donde tuvieron que lidiar con la fuerte lluvia que el clima ‘bipolar’ de Saltillo de pronto traía, o con el fresco de la noche y hasta con los 38 grados centígrados que se llegaron a sentir en la ciudad, temperatura que bajo los toldos incrementaba unos tres grados más y los hacía bañarse en sudor.
Las estructuras de tubos cubiertos con lonas se habían convertido ya en su casa improvisada, en su casa de lucha.
En el rincón de la parte izquierda de la carpa se encontraba una mesa de Coca Cola que sostenía la parrilla de dos mechas en las que calentaban agua para el café y poder aguantar despiertos durante las guardias de noche. Porque así se organizaban: a partir de las 8 de la mañana y cada cuatro horas se rolaban turnos. En las noches la guardia, a la que solamente se quedaban maestros hombres, empezaba a las 11 de la noche y para las 8 de la mañana se podían ir a descansar.
Ahí mismo hicieron su cocina temporal, en el centro de ese mismo toldo había otras dos mesas y alrededor de ellas varias sillas de plástico donde se sentaban a comer.
La despensa la ponían entre todos. Dice el profesor Salvador Ruelas –uno de los líderes– que había maestros que llegaban a depositar hasta 500 pesos en el bote rojo de la marca de café “Folgers”, que servía como alcancía donde podían cooperar para comprar comida, platos desechables, para el gas, hielo o para el agua que tomaban.
La carpa del lado derecho la convirtieron en su sala durante las mil 680 horas en que estuvieron en plantón, unas 10 sillas formaban una U al interior y ahí se sentaban a platicar entre ellos, a leer, tejer o a discutir sus inconformidades y compartir la esperanza de que su problema se solucione.
El calor lo disminuían levantando algunas de las lonas de plástico para que circulara el aire y, aunque no era suficiente, era mejor que estar bajo el sol, que normalmente quemaba como brasas.
Durante los días en que la lluvia inundaba casas, o los vientos estaban tan fuertes que tumbaban árboles, ellos seguían ahí. Cuando de las lonas goteaba agua al interior, se arrinconaban en los lugares donde el agua no pasaba. De vez en cuando levantaban las lonas que estaban en el techo para tirar el agua que se acumulaba.
Mientras pasaban los días en el plantón, los maestros esperaban que el Gobernador del Estado los recibiera y poder llegar a un acuerdo. Tres semanas después -el martes tres de mayo- decidió hablar con ellos por primera vez. Era el inicio del constante diálogo que mantendrían las semanas siguientes.
¿QUÉ PIDEN LOS PROFESORES?
La lucha no empezó en abril, sino en septiembre del año pasado, cuando el gobernador, Rubén Moreira Valdez, entregó al Congreso del Estado una iniciativa de reforma a la Ley de Pensiones y otra para la del Servicio Médico.
Estas reformas contemplan incrementos paulatinos en la edad para el retiro por edad avanzada y los porcentajes de aportaciones de los trabajadores. A partir del 2017, la edad para poder jubilarse aumentará cada dos años hasta llegar a los 60 en el 2025.
Las contribuciones mensuales sobre el salario base de los trabajadores al fondo de pensiones también incrementarán. En el primer año será del 7 por ciento, para después crecer gradualmente hasta llegar al 13 por ciento del 2023 en adelante.
Además, señala que a las viudas o beneficiarias se les disminuirá el 10 por ciento de la pensión, y a partir del sexto año de que el jubilado falleció, solamente recibirán el 50 por ciento de la pensión inicial.
En el caso del servicio médico, contempla que el total de los costos derivados de la atención no subrogada serán cubiertos por el derechohabiente y un porcentaje del mismo será reembolsado por el Servicio Médico, previa presentación de factura y sujeto al cumplimiento de los requisitos que este solicite. Este porcentaje y los requisitos serán definidos anualmente por el Consejo de Administración en función de las posibilidades económicas del Servicio Médico.
Eso es lo que los maestros quieren que cambie. Además, que se explique cuál es el origen de la deuda
LA COALICIÓN DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN
Por eso los profesores que ya integraban la Coalición de Trabajadores de la Educación decidieron iniciar con el movimiento magisterial y son quienes están al frente.
Roxana Cuevas Flores cumple su último año como secretaria general del Sindicato Único de Trabajadores Académicos de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (SUTAUAAAN) y, aunque ya debió haberse jubilado, prefiere esperar a que la solución del problema de las pensiones comience.
A ella la acompaña siempre Patricia Nieto, maestra de la sección 38 que tomó la decisión de jubilarse apenas este año, para poder continuar con el movimiento y lograr que “se haga justicia”.
“Yo mejor me jubilé para poder andar aquí. En la sección 38 se da mucho eso de la represión, por eso para no tener problemas, mejor me jubilé”, cuenta.
Rubén Canseco, profesor jubilado de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) es otro de los líderes del movimiento, en el diálogo con el gobernador, así como el maestro jubilado de la sección 38, Gustavo García.
Juana Estela Guerrero y Salvador Ruelas se jubilaron hace más de 10 años de la UAAAN, ahora conforman la Asociación de Jubilados y Pensionados de esta universidad, de la cual la maestra Guerrero es la presidenta.
LOS AFECTADOS
Los maestros que integran la Coalición luchan por todos aquéllos que se han visto afectados por los problemas que mayormente se han presentado en las Clínicas del Magisterio de Coahuila. Y es que el Servicio Médico adeuda a los proveedores -a los que tenían antes, porque ahora no tienen ninguno- unos 229 millones de pesos. Ahora son, en su mayoría, los ancianos quienes sufren las consecuencias.
En una ocasión, uno de los profesores que hacía su guardia en el plantón de Plaza de Armas, contó que tuvo que pagar la cirugía de su esposa porque en la Clínica no la atendían. Ahí simplemente le dijeron que no tenían los aparatos.
Sentado en una silla al interior del hogar improvisado de los maestros, el jubilado de 68 años prefirió no dar su nombre. Dijo que por eso de las represalias prefería que le tomaran fotos solamente de las manos.
Pero lo que sí repitió varias veces sin temor es que no hay medicamentos, que tampoco lo atienden a él ni a su esposa, pero sí le descuentan de su pensión cada mes.
“Cuando yo me jubilé no había muchas deficiencias en el servicio médico, pero no nos quejábamos tanto del servicio. Sin embargo, desde hace aproximadamente seis años comenzó a presentarse la crisis. No hay medicamentos, nosotros tenemos que pagar todos los medicamentos de nuestra bolsa”, comentó.
Hace un año, su esposa, quien ahora tiene 63 años, comenzó a sentir un dolor intenso en una de sus rodillas. Al acudir a la Clínica del Magisterio, el doctor le diagnosticó que ya no tenía cartílago en su rodilla y que requería una cirugía para colocar una prótesis.
El médico les comentó que se trataba de una cirugía delicada, sin embargo, en ese momento su esposa no se sentía preparada mentalmente para ser sometida a dicha operación, por lo que decidió esperar.
“Se viene luego el problema de que comienza a faltar el medicamento porque los proveedores no quieren surtir por la deuda tan grande que hay. Nosotros tenemos que pagar el medicamento de nuestro dinero, aunque en la pensión, que es de lo que mis esposa y yo vivimos, todavía nos siguen descontando lo del servicio médico”, comentó.
Ahora que su esposa requiere la cirugía, el doctor les comentó que no pueden realizar la intervención porque no hay medicamento, ni los aparatos necesarios, ni tampoco cuentan con una prótesis.
“No podemos conseguir la prótesis porque está en 45 mil pesos. La operación, si la hacemos por otro lado, la estiman en 150 mil pesos, pero yo no tengo ese dinero para que se opere. Si yo los tuviera, pues que mi señora se opere ya, pero no los tengo. Ella no puede caminar mucho, le da un dolor muy fuerte, ella se desespera porque hasta hace poco estaba muy bien”, expuso.
Actualmente, debe pagar cada mes alrededor de 2 mil pesos en los medicamentos que su esposa requiere para el dolor, además de otros para regular la presión de ambos, pese a que también paga, desde hace seis años, un porcentaje extra del que le descuentan mensualmente de su pensión, para un “coaseguro” con el que, supuestamente, recibiría un mejor servicio en la Clínica del Magisterio.
CUENTO DE NUNCA ACABAR
Otro día, en la sala de espera de la Clínica del Magisterio se encontraba Blanca Azucena Ramos Castilla, hija de una derechohabiente originaria de Sabinas y jubilada de la Sección 38, quien de inmediato reclamó que además de la falta de medicamentos, en la clínica hacían que su mamá acudiera por la medicina aunque resultara perjudicial para su salud.
“No hay medicamentos. Yo llevé las recetas de mi mamá, que por cierto me hicieron que la trajera, ella no puede ver y nada más de caminar de la camioneta al consultorio se le subió la presión. Ahorita vamos a arreglar algo de que me van a dar las recetas por tres meses para que ella no venga, pero ¿qué gano con que me la den? si nunca hay medicamentos”, comentó.
Desde hace más de un año que no le dan a su madre el tratamiento de gotas para la glaucoma, por eso ella debe comprarlas con sus recursos y pagar 670 pesos para que su madre controle su enfermedad, relató mientras su madre estaba sentada en una silla de ruedas a su costado. Una señora cuyo pelo blanco y arrugas en el rostro y manos delataban su edad de más de 60 años. Ella estaba callada, dejaba que su hija hablara; su hija gritaba con la fortaleza que a su madre le falta, se quejaba otra vez que no hay medicinas.
En eso salió Héctor Vázquez, un hombre alto, maestro todavía en funciones, que después de haber estado formado un rato, salió sin medicamento en mano.
Dijo que el servicio en la farmacia es pésimo y platicó que desde hace tres meses él tiene que comprar la medicina para la circulación y, aunque en la Clínica del Magisterio le piden que vuelva días después, siempre le dicen lo mismo: no hay medicamento.
ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
Para eso del 20 de enero de este año, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) promovió una demanda de acción de inconstitucionalidad de la Ley de Pensiones y la del Servicio Médico de los Trabajadores de la Educación de Coahuila ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La CNDH afirma en su demanda contra el Gobernador y el Congreso del Estado, que algunos artículos de las leyes violan la Constitución Política de México y algunos preceptos internacionales, por lo que se solicita la declaración de invalidez.
Estas leyes, dice la CNDH, quebrantan derechos fundamentales como el de la seguridad social, a la seguridad jurídica, trasgrede las bases mínimas en materia de Seguridad Social, el principio de solidaridad en el derecho a la seguridad social y el principio pro-persona.
Los artículos violatorios son el 51, 52, y 53, párrafo segundo, de la “Ley de Pensiones y Otros Beneficios Sociales para los Trabajadores de la Educación Pública del Estado de Coahuila de Zaragoza”, y el artículo 4, fracciones II y III, de la Ley del Servicio Médico para los Trabajadores de la Educación del Estado de Coahuila.
Éstos violan los artículos 1°, 4 y 123, apartado B, fracción XI de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Artículo 1° de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos, así como cuatro artículos de tres pactos internacionales.
SE ABREN PUERTAS A LA SOLUCIÓN
En el día 70, el último día de plantón, los dirigentes de la Coalición ya se habían reunido unas seis veces con el Gobernador, ya se había llegado a los acuerdos que serían el inicio de la solución a los problemas.
Los líderes de la Coalición también habían decidido que, una vez que el Gobernador firmara una minuta donde se especificara cada uno de los acuerdos, levantarían el plantón, pero según aclaró el maestro Rubén Canseco, levantar el plantón no significaba bajar la guardia.
Se trata únicamente de cambiar la estrategia y establecer nuevas rutas para continuar con su lucha y que se resuelvan sus peticiones.
Los representantes de la Coalición de Trabajadores de la Educación se reunieron por sexta ocasión con el Gobernador el pasado domingo, en dicha reunión se acordó que se firmaría por parte del mandatario estatal una minuta con los acuerdos a los que se llegó en las reuniones.
LOS ACUERDOS
El Gobernador del Estado, Rubén Moreira, firmó un documento con los acuerdos entre los que se encuentran la contratación del despacho DELOITTE para realizar las auditorías externas, que entregará el análisis y conclusiones dentro de un plazo de 8 a 10 semanas.
El auditor externo, Carlos López, dará su opinión sobre los estados financieros, la plantilla administrativa y acerca de las aportaciones que cada organismo hace a las instituciones, así como los riesgos sobre el impacto a los estados financieros desde el año 2000 a la fecha.
El Gobernador aceptó la eliminación del descuento por concepto de aportaciones del 16.25 por ciento para el servicio médico para las viudas de los trabajadores o pensionados fallecidos y contratará por tiempo determinado a ocho médicos de recién egreso y titulados de la UAdeC en el transcurso de la semana del 20 al 24 de junio.
Se revisará el modelo a futuro sustentado en lo que se aporta actualmente, donde se refleje la situación del servicio médico y sobre el resultado se haga el análisis de viabilidad su sostenimiento a futuro, siendo esto de interés del gobernador.
La Consejería Jurídica cruzará las propuestas de reformas a las leyes del servicio médico y pensiones presentadas por la Coalición con las propuestas de la Sección 38 del SNTE y el servicio médico, para que derive en una tercera propuesta que se presentará en la reunión ya convocada por el Gobernador el próximo 25 de junio.
Se revisarán los requisitos para acreditar ser beneficiario, indicando los posibles candados para adquirir dicha calidad en las leyes correspondientes.
El Gobernador del estado, se comprometió a implementar acciones por distintas dependencias que pudieran aportar acciones en beneficio de los pensionados.
Aunque ya se logró un avance ante las peticiones, la lucha sigue, reiteran los maestros, seguirán hasta que vuelvan a tener un servicio médico de calidad y saber dónde está el dinero que han aportado históricamente.
“Pero la lucha no termina, la lucha sigue, no vamos a parar hasta que esto sea solucionado completamente. Aunque para eso pueden pasar meses, incluso años” puntualiza Roxana Cuevas, lider del movimiento.