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Juan Pablo Villalobos critica el nacionalismo usado por Donald Trump
Para el escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, Premio Herralde de Novela, el nacionalismo está siendo usado en su país para esconder problemas reales con la excusa de la postura antimexicana del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Hoy a la mañana veía la propaganda de la bandera mexicana", dijo Villalobos en entrevista con la agencia dpa. "No es casualidad que el Gobierno de (Enrique) Peña Nieto trate de combatir el racismo de Trump exacerbando el nacionalismo”.
"Por otro lado, México siempre ha despreciado a Latinoamérica por privilegiar su relación con los Estados Unidos y ahora nos sorprende ver cómo muchos países del continente no se han aliado con nosotros para luchar contra Trump. México nunca cultivó esas relaciones", afirma.
Villalobos, que ganó el Premio Herralde por "No voy a pedirle a nadie que me crea", acaba de hacer una gira por Estados Unidos con su anterior trabajo, "Te vendo un perro", y dice que pudo "oler" a Trump en cada uno de los pueblos donde estuvo.
"Me fue muy bien allí. Vengo muy contento. Hice varias presentaciones por Washington, Nueva York, Los Ángeles y San Francisco y en todos los lugares pude oler a Donald Trump. Es algo que se nota cuando hablas con la gente", señala el también autor de "Fiesta en la madriguera", su primera y celebrada novela, publicada en 2010.
"Lo que no ves en otros lugares y sí lo puedes ver en los Estados Unidos es la enorme cantidad de gente que ha votado a Donald Trump. De hecho, ni siquiera los mexicanos lo habíamos visto, porque nos parecía imposible de que ganara la presidencia", añade.
"No voy a pedirle a nadie que me crea" relata la historia, en clave humorística y haciendo hincapié en los diferentes lenguajes que unen y desunen a Barcelona y México, de un estudiante mexicano que se enreda con la mafia de su país en la ciudad española.
"En otras novelas anteriores hice más referencia a los Estados Unidos, incluso en 'Fiesta en la madriguera' había un 'gringo' que iba a la casa del niño y era el contacto con los narcotraficantes. No lo sé, quizás inconscientemente dije que no quería tratar un tema que ya había explorado", señala el nacido en Guadalajara (México) en 1973 y ahora residente en Barcelona.
Con respecto al humor que existe en sus novelas, elogiado muchas veces por la crítica, dice que el verdadero humor está en la calle y no en las páginas.
"Claro que si yo pusiera en mis novelas que hubo políticos que le dieron agua con sal a pacientes niños con cáncer nadie me creería (dice en referencia a acusaciones hechas al ex gobernador mexicano Javier Duarte, detenido en Guatemala por otros delitos). No me la compra nadie, pero la verdad es que sucede”.
Ahora espera que su novela salga traducida al portugués, un país al que siente cerca porque allí nació su esposa, y que la nueva casa productora que compró los derechos para el cine de "Fiesta en la madriguera" consiga fondos que les permita hacer la película.
"La verdad es que muchas productoras se me acercaron para comprar los derechos fílmicos. La primera no tuvo suerte, vamos a ver qué pasa con esta”.