Crossfit, un reto no para cualquiera: Jorge Garza

Veintiún días serán suficientes para completar un reto que muchos abandonan en el camino. La competencia eres tú ¿lo puedes lograr?

 

Una de las uvas que elegiste como deseo durante la cena de fin de año fue bajar de peso, inscribirte al gimnasio y continuar con la dieta que no seguiste en 365 días. Aunque nada servirá para lograr esa delgada figura que buscas si no tienes disciplina y un régimen de ejercicios que te enfrenten a tus miedos.

En el crossfit, a diferencia del entrenamiento tradicional, puedes desarrollar diferentes capacidades físicas básicas al mismo tiempo. Más allá de centrarse en el entrenamiento de fuerza de un sólo grupo muscular, en el crossfit se trabaja de forma simultánea la resistencia cardiovascular, la potencia, la fuerza, el equilibrio o la agilidad

Jorge Antonio Garza, dueño de NG Fit —un gimnasio exclusivo para este tipo de entrenamiento ubicado al norte de la ciudad— lanza un reto:

Asistir veintiún días al entrenamiento. Esto es tentador cuando las historias de las personas que practican este tipo de entrenamiento cuentan sus propios resultados:

“Yo tengo cuatro años practicando, lo empecé por una amistad que tengo con Nico Treviño —un amigo que conoció en McAllen, Texas— y me gustó mucho practicarlo. No fue sino hasta con mi socio Toño con quien empezamos a entrenar y a formar un negocio en Saltillo”, recuerda Jorge. 

Fotos: Luis Castrejón
Una de las partes importantes del crossfit es justamente retarse a sí mismo. Hacer la rutina en menor tiempo posible. Para llegar a esos puntos casi siempre llegas a los límites de tu capacidad, que es lo que hace funcionar realmente, por eso se quema tanta grasa y se define tanto el cuerpo, porque se trabaja sobre los límites”.
Jorge Garza

El gusto no paró ahí. Más tarde, de vuelta a Saltillo, Jorge empezó a entrenar con diez de sus amigos en la calle, salían a correr y realizaban algunos ejercicios que llamaban la atención de vecinos, curiosos y extraños:

—Oye, ¿qué haces?, —preguntaban.

—Estoy practicando crossfit, —respondía— y siempre terminaba invitándolos a entrenar.

El gusto de los curiosos lo llevó a formar en dos meses un ejército de 300 personas que buscaban el crossfit, aunque no había un concepto acerca de la marca. Jorge les comentó a algunos amigos que él tenía una bodega vacía que podrían acondicionar como gimnasio de entrenamiento intensivo.

Al principio, salir a correr y hacer ejercicio con una multitud de personas era muy complicado para los entrenadores,  y eso  ha obligado a tener entre dos y tres coaches por clase. A veces los grupos eran de entre 40 o hasta 45 personas al mismo tiempo, es ahí donde entra la experiencia del coach porque se dividen entre dos y tres coaches.

Mientras uno se dirige con el grupo avanzado (en este grupo ya casi no hay personas a cargo, pues ya saben su rutina y únicamente es perfeccionar la técnica), otros coaches están a cargo de los intermedios (que son a los que más tienes que cuidar porque son los que más se creen fuertes y desgraciadamente pueden cometer errores en técnica que podrían lastimarlos).  

En cambio, otros maestros atienden a los grupos principiantes, que son relativamente sencillos porque realizan ejercicios muy básicos y muy difícilmente se van a lastimar.

Al final del día se habrán dado nueve clases que empiezan a las seis, siete, ocho y nueve de la mañana. Por la tarde siguen de seis, siete, ocho y nueve de la noche. La clase para los niños —mayores de cuatro años—arranca de cinco a seis de la tarde todos los días.

Del primer centenar de clientes que tuvieron en el gimnasio al principio se han retenido al menos 95 y a todos les ha cambiado la vida, según el propietario. 

Fotos: Luis Castrejón
Al principio, cuando nació la primera competencia (de quien omite el nombre) ellos empezaron con coaches que no tenían conocimiento de crossfit y nunca lo habían practicado. Si tú pones a un coach así junto a un alumno que trae muchas ambiciones o muy acelerado, probablemente se va a lastimar”.
Jorge Garza

El mito: Crossfit no es entrenamiento militar

Fue en 1995 cuando el norteamericano Greg Glassman entrenó a policías con este método en California y consiguió que apareciera el primer gimnasio afiliado al crossfit en la ciudad de Santa Cruz.

Según Jorge mantener el concepto del crossfit alejado de la sombra del entrenamiento militar  le ha costado mucho. Lo dice mientras repite una frase de Greg Glassman, el creador del crossfit: “el crossfit es para todo mundo, pero no para cualquiera”.

Asegura que este tipo de entrenamiento puede ser practicado por un niño de cuatro años, hasta una persona de 95. No hace falta estar alto, gordo, delgado, o bajito…  El problema —dice— es que no a todo el mundo le gusta la sensación de practicarlo, retarse a sí mismo, sentir que te falta la respiración, los pálpitos del corazón y el sudor.

Para practicar crossfit únicamente se debe tener disciplina y actitud, pues si se repite una acción durante 21 días ésta se convierte en un hábito. Jorge entrena “religiosamente” durante cinco días y descansa dos, generalmente viernes y domingos.

Sin embargo, para quienes no tienen el hábito de hacer ejercicio los primeros minutos, horas y días siempre serán los más difíciles de cumplir con este reto, pues los obstáculos siempre serán la hora, los “5 minutitos” y los cero grados.

 

Se necesita más disciplina que fuerza

Jorge es de esas personas a las que les gusta predicar con el ejemplo. Cuando llegan algunos jóvenes de 25 o 30 años al gimnasio y le dicen que no pueden realizar alguna rutina, él siempre responde que no se trata de edad ni de fuerza, sino de actitud: “Yo tengo 40 años y sí puedo. Tú también puedes”.

La forma de trabajo en este gimnasio de alto rendimiento es fortalecer las bases de la técnica poco a poco, porque de un día a otro no se pueden realizar todos los ejercicios y si se emplea mal una técnica podría suceder una lesión.

Aunque hay quienes abandonan a los cinco días de haber iniciado. Probablemente podrás decir: el crossfit no es lo mío y se cambia de deporte, pero difícilmente abandonan el ejercicio porque el cuerpo ya se acostumbró. 

Jorge y Toño —su socio— han sido de los primeros dos coaches certificados en todo el norte de México en el entrenamiento de crossfit, y fueron los primeros afiliados en Coahuila. Eso les ha valido estar como número uno entre los gimnasios de este tipo de entrenamiento en Saltillo.

“Al principio, cuando nació la primera competencia (de quien omite el nombre) ellos empezaron con coaches que no tenían conocimiento de crossfit y nunca lo habían practicado. Si tú pones a un coach así junto a un alumno que trae muchas ambiciones o muy acelerado, probablemente se va a lastimar”.

En cambio en NG Fit se rigen por la filosofía de cuidar a sus clientes, pues mientras en otros gimnasios que no saben de las técnicas probablemente les pongan más peso para ejercitarse, en este lugar cuidarán cualquier detalle para evitar cualquier lesión. 

Consejos primarios

Si eres de las personas a las que les gusta comer panecitos, leche, quesos, papas fritas, hamburguesas y pretendes entrenar crossfit ¡aléjate de esos alimentos! pues para practicar  cualquier deporte lo primero que debes hacer es cuidar tu alimentación, pues de ella depende entre el 60 y el 70 por ciento de tu salud.

La dieta que realiza Jorge es la paleolítica, llamada así porque fue la primera que existió antes de la agricultura y la ganadería. Consiste en comer cualquier tipo de animal que vuele, camine o nade. Acompañarlo con cualquier fruta y verdura, así como dátiles como: almendras, nueces, pasas…

Se considera enemigo de las harinas, cereales, alimentos procesados, lácteos, y los azúcares que consume únicamente provienen de las frutas.

También recomienda no forzarse a un ejercicio que no te gusta, pues si lo haces de una manera obligada no lo disfrutarás y por lo tanto no lograrás tus objetivos.

Uno de los factores más importantes para aprovechar un entrenamiento es el nivel de estrés bajo y un buen descanso. Aunque se vuelve complicado cuando las personas tienen diversos roles que cumplir: la escuela, la oficina, los negocios, la familia…  si algo malo sucede en alguno de esos roles seguramente habrá un estrés altísimo que no permitirá continuar con el buen desempeño del entrenamiento. En estos casos lo recomendable es dormir temprano y mínimo siete horas diarias.

Si es fin de semana y tienes ganas de salir por unas copas, es recomendable que sepas que hace más daño el alcohol combinado con refresco, agua mineral u otro líquido porque se concentra demasiada azúcar.

“Yo aconsejo que si van a tomar sea ron solo, o tequila solo, pero que no se combine con otras bebidas porque se concentra demasiada azúcar”, asegura Jorge.

Un dato para prevenir la resaca es comenzar a beber desde temprano, para terminar temprano, pues tu cuerpo no rendirá igual si inicias a las 8 de la noche y terminas a 12:30 de la madrugada, que si empiezas a tomar a las 12 de la noche y terminar a las tres de la madrugada. Pues “al día siguiente te sentirás muy cansado, fatigado y no podrás sentirte bien como para ir a entrenar”.