PIEDRAS NEGRAS, COAH.- Los pastores que presiden una Iglesia que está en la informalidad, son los que llevan a sus bolsillos jugosas ganancias económicas, ya que no hay regulación de los donativos —ni en especie ni en dinero—, que los feligreses aportan aseguró Tomás Hernández, pastor de una iglesia evangélica.

Explicó que la construcción de los edificios en donde se congrega la gente, se hace gracias a donaciones de particulares y por ende no se tiene un registro de quien aportó un bloque, un bulto de cemento, varilla, etcétera; por consiguiente, cuando se disuelve la Iglesia; en la mayoría de los casos el pastor vende el edificio y se queda con el dinero.

“Si una Iglesia está regularizada, inscrita ante la Secretaria de Gobernación, cuando se disuelve esta tiene que donar su edificio y todos sus bienes a otra Congregación y jamás se debe de comercializar”, destacó.

El religioso señaló que al estar en la informalidad, una Iglesia propicia vicios entre sus dirigentes y se aprovecha de la fe de sus seguidores, admite, y aunque las autoridades han planteado la necesidad de regularizar a las Iglesias esto no da resultado; debido a que para quienes las manejan significan jugosos negocios.

“Para los ministros es mucho más ventajoso estar en la informalidad que en el Registro Constitutivo como Asociación Religiosa, pero los feligreses pueden denunciar ante las autoridades cualquier anomalía como el darse cuenta de que un pastor se hace rico de la noche a la mañana o bien que vende el patrimonio de la Iglesia”, subrayó.

Sin embargo, explicó, la gente no lo hace porque está amenazada por sus representantes ante Dios de que, si algo hacen mal en contra de ellos, les irá peor como castigo.

EL DATO

Todos tenemos una necesidad espiritual, pero también debemos tener los ojos bien abiertos para identificar a personas que quieren abusar de la fe, dijo pastor.