“Hospital del papa” ofrece ayuda al bebé Charlie Gard

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“Hospital del papa” ofrece ayuda al bebé Charlie Gard

Chris Gard y su esposa Connie Yates con su hijo Charlie Gard. Foto: AP
Según la presidenta de la clínica, dependiente del Vaticano, la madre del bebé se puso en contacto con el hospital. Sin embargo, el centro médico londinense en el que se encuentra ahora Charlie no permite el traslado por motivos legales.

El hospital pediátrico católico Bambino Gesù de Roma se ofreció hoy para acoger a Charlie, el bebé británico que sufre un daño cerebral irreparable y al que le retirarán en los próximos días, por orden de la Justicia, la asistencia médica que lo mantiene todavía con vida, pese al deseo de su familia.

Según la presidenta de la clínica, dependiente del Vaticano, la madre del bebé se puso en contacto con el hospital. Sin embargo, el centro médico londinense en el que se encuentra ahora Charlie no permite el traslado por motivos legales.

"Es otra triste noticia", dijo Mariella Enoc, presidenta de la clínica vaticana que es un referente en Italia y que ha recibido la visita de invitados internacionales como la primera dama estadounidense, Melania Trump.

"Sabemos que ya no existe ningún tratamiento efectivo", dijo Enoc, y añadió que tienen a la familia presente en sus oraciones. "Si lo desean, estamos dispuestos a acoger a su hijo durante el tiempo que le queda de vida", explicó.

El Vaticano está dispuesto a hacer todo lo posible por salvar los obstáculos legales, dijo la noche del martes el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

Charlie sufre una enfermedad genética rara que le ha causado, entre otros, daños cerebrales graves. Foto: AP

El ministro de Exteriores italiano, Angelino Alfano, anunció que trataría el tema con su homólogo británico, Boris Johnson. Mientras que el papa Francisco ya prometió el fin de semana su apoyo a la familia.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también ofreció su ayuda a través de Twitter, pero sin concretar cómo podría hacerlo.

Charlie sufre una enfermedad genética rara que le ha causado, entre otros, daños cerebrales graves. Sus padres querían llevarle a Estados Unidos para someterle a un tratamiento experimental, pero sus médicos están convencidos de que la terapia no ayudaría y abogan por desconectarlo para que no siga sufriendo.

La Corte Suprema británica y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo dieron la razón a los médicos, pero la retirada de la asistencia médica al pequeño se aplazó para que los padres tuvieran más tiempo para despedirse de su hijo.