CDMX.- De manera oficial la Secretaría de Salud (Ssa) reconoció que en plena fase 3 de la epidemia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no tiene las cifras actualizadas de las muertes causadas por enfermedad de los primeros tres meses del año.

De esta manera no se pueden hacer comparativos con las muertes de lo que va del segundo trimestre del año y tampoco se puede saber si las muertes de enero a la fecha, por problemas respiratorios, están relacionadas de alguna manera con el COVID-19.

En la Ssa, su directora de información, Sofía Granados, culpó de la falta de números a los gobiernos estatales a quienes señaló por no haber capturado sus datos o lo han hecho de manera parcial a causa de la misma emergencia sanitaria, luego que suspendieron labores en áreas relacionadas con esta estadística.

La dependencia de salud solo cuenta con datos preliminares de mortandad de 2019, tiene un concentrado de muertes en México, aunque el Instituto Nacional de Estadística y Geografía aún no le ha dado una revisión final.

“Las entidades federativas no han aportado los datos preliminares relacionados con defunciones por enfermedad de los primeros meses de 2020, pues con la suspensión de actividades en algunas áreas tal recopilación no se ha hecho”, dijo la responsable de comunicación.

A pesar de que la Ssa reconoce de manera oficial que solo cuenta con datos incompletos sobre muertes por enfermedad en el país y por lo tanto no son de utilidad, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell presentó el viernes 8 datos según dijo de dos plataformas de vigilancia epidemiológica que llevan el registro de decesos.

Según la versión del vocero oficial para la pandemia, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Respiratoria Viral (Sisver) contó 2 mil 516 decesos al martes 5 y la Red de Defunciones Sujetas a Vigilancia Epidemiológica (Redve) aportó mil 440 fallecimientos adicionales.

En resumen hasta el martes habían muerto 3 mil 956 personas a causas atribuibles a enfermedades epidémicas y respiratorias, pero el viernes en el comunicado técnico diario se reportan 3 mil 160 muertes por COVID-19 y se reconoce que hay 254 muertes sospechosas.

La diferencia de personas fallecidas entre ambos conteos quedó en el aire, pues López-Gatell no aclaró si eran de casos sospechosos por infecciones del coronavirus. Solo dijo que ese número restante estaba aún en vías de certificación por el Comité Técnico Científico.

El subregistro en caso de epidemias siempre ha existido, según lo reconoce el infectólogo de la UNAM, Alejandro Macías,  y aclara que el exceso de mortandad se detecta comparando los datos finales con años anteriores.

Advierte además que en la vigilancia de las cifras de mortandad, en el caso del COVID-19 el espectro es muy amplio, pues no solo van a contar las neumonías e insuficiencias respiratorias, ya que el coronavirus ataca múltiples órganos y no solo los pulmones.

Los pacientes de COVID-19 tienen problemas de coagulación, daño al hígado o renal, por tanto pueden presentarse infartos, embolias, y embolias cerebrales fallas que puedan causar la muerte del paciente y hasta puede sufrir necrosis de las extremidades.

De acuerdo con lo anterior, en el subregistro de muertes no solo van a contar las neumonías, sino también los infartos y embolias a la hora de hacer los comparativos de abril y mayo 2020 con el mismo período de años anteriores.

 Advirtió que aparte de quienes fallecen el hospitales, están los que mueren en sus casas. (Con información de la Revista Proceso)