Gowanus, el sucio canal de Brooklyn que inspira a los artistas

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Gowanus, el sucio canal de Brooklyn que inspira a los artistas

Cuando el viento sopla, el canal neoyorkino de Gowanus se muestra en toda su belleza. Pero que nadie se engañe: el intenso azul no es más que un reflejo del cielo en sus aceitosas y contaminadas aguas. Foto: Kirsten Luce for The New York Times
El canal Gowanus es "un microcosmos", escribe Joseph Alexiou en su libro sobre estas aguas que cruzan la parte más al oeste de Long Island.

Cuando el viento sopla, el canal neoyorkino de Gowanus se muestra en toda su belleza. Pero que nadie se engañe: el intenso azul no es más que un reflejo del cielo en sus aceitosas y contaminadas aguas, y lo que parecen nubecitas es en realidad la espuma que forman los residuos fecales.

"Poop foam", literalmente espuma de caca, es como los vecinos han bautizado este fenómeno. "Es un paisaje que nosotros hemos originado y en el que vivimos", dice la artista Katarina Jerinic. Ella es la autora de las banderas que este verano (boreal) ondean sobre los cuatro puentes del canal en el oeste del barrio de Brooklyn.

Jerinic se crió en Boston, pero vive desde que tenía 17 años en Nueva York y tiene su taller en una de las antiguas naves industriales que rodean el canal Gowanus. "De camino a mi estudio paso a diario a pie o en bici junto al canal y veo cómo éste cambia de un lugar a otro. En algún momento, aquello me fascinó y empecé a fotografiarlo", explica esta mujer de 44 años.

"En las instantáneas se veía el reflejo del cielo, que resulta maravilloso, pero las nubes aceitosas o de espuma fecal también asemejan una especie de cielo. Esta masa asquerosa y repugnante ha dado como fruto fotografías hermosas, no para celebrar lo sucia que está el agua, sino simplemente para reconocer que nosotros somos los causantes”.

El canal Gowanus es "un microcosmos", escribe Joseph Alexiou en su libro sobre estas aguas que cruzan la parte más al oeste de Long Island. Foto: Crain's New York Business

Junto a su amiga Ute Zimmermann, que regenta una tienda de souvenirs, organizó la acción artística de las banderas. La empresaria, nacida en Alemania, vende desde postales a camisetas o libros, la mayoría en colaboración con artistas locales y con mensajes cargados de ironía.

"Es un barrio muy especial, relativamente plano en lo arquitectónico, por lo que se puede ver lejos en el horizonte, hasta Manhattan. Y eso es poco habitual en Nueva York", explica. Según afirma, Gowanus es en cierto modo "el último barrio cool de la ciudad", con su encanto industrial y sus muchos artistas. "Es como Williamsburg hace 30 años, como el último viejo barrio neoyorkino”.

El canal Gowanus es "un microcosmos", escribe Joseph Alexiou en su libro sobre estas aguas que cruzan la parte más al oeste de Long Island. "A través de él se puede ver la evolución de la historia, especialmente el crecimiento de Brooklyn en su particular identidad".

Antaño, el canal era apenas un pequeño brazo del East River. Aquí vivieron los pobladores nativos, después los colonos holandeses y, el siglo XVIII, la Guerra de la Independencia también se libró junto a sus orillas. Con la industrialización, el cauce natural fue acanalado, se instalaron empresas a ambos lados y decenas de barcos comenzaron a transportar carbón y materiales de construcción.

Pero tras la Segunda Guerra Mundial, el canal pasó a ser económicamente insignificante y, debido a los residuos industriales y a su uso como desagüe, ya entonces estaba sucísimo y muy contaminado. El barrio en torno al canal entró en decadencia, las drogas, la prostitución y la mafia campaban por sus calles. Aquí se crió Al Capone y, según los rumores, el canal sirvió para que los mafiosos se deshicieran de algunas de sus víctimas.

Tras la llegada de los artistas acudieron los inversores inmobiliarios proyectando una nueva visión: Gowanus como una mezcla de Venecia y Ámsterdam con encanto industrial. Foto: The New York Times

Sin embargo, con el renacimiento que la ciudad ha experimentado desde los años 90 volvió a crecer también el interés en el barrio. Tras la llegada de los artistas acudieron los inversores inmobiliarios proyectando una nueva visión: Gowanus como una mezcla de Venecia y Ámsterdam con encanto industrial.

Desde hace un tiempo, el barrio se ha poblado de cafés bares y negocios, mientras que las parejas de novios se sirven de los puentes del canal para inmortalizar el día de su boda. Y, con ello, los alquileres también suben. "Gowanus se ha vuelto casi impagable", afirma Zimmermann. "Pero aún está ahí y quienes vivimos y trabajamos aquí luchamos para que al menos se mantenga en parte como antaño”.

Con todo, la limpieza del canal, reclamada desde hace décadas por los vecinos, sigue sin completarse. En 2010, la autoridad medioambiental EPA incluyó el canal en su lista de lugares más sucios y contaminados del país. La contaminación va reduciéndose poco a poco, pero Gowanus aún sigue recibiendo las aguas fecales y el suelo está cubierto de una capa de tres metros de alquitrán de carbón, bautizado por los vecinos como "mayonesa negra”.

Para llamar la atención sobre la suciedad, el activista Christopher Swain recorrió recientemente a nado sus aguas. "Me sentí como si nadara por un pañal sucio", dijo a "The New York Times".

La empresaria Zimmermann y la artista Jerinic aún no han tocado sus aguas, pero planean su primer recorrido en canoa por el canal. "Por supuesto, sería maravilloso poder nadar aquí algún día", señala la dueña de la tienda de souvenirs. "Pero como todo en Nueva York, cuando eso ocurra será impagable”.

Jerinic confiesa que tiene miedo de que llegue el día en que no pueda seguir manteniendo aquí su taller. "Estamos en una situación rara: normalmente, una celebraría que se limpie el agua contaminada, y lo hacemos, pero vivimos en Nueva York, y cuando Gowanus embellezca, no podremos permitirnos seguir aquí”.