Fútbol, máquina de emociones

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Fútbol, máquina de emociones

Se trata de un “tema popular” que puede ser compartido con casi cualquier individuo y lugar del mundo; es capaz de unir, con sus colores, y formar parte de un colectivo donde los objetivos e ideales son compartidos.

El fútbol es una máquina de generar sentimientos y emociones encontradas como la euforia o la desesperación, la alegría o la tristeza. Alejo García Naveira, psicólogo del deporte y entrenador de fútbol, explica a EFEsalud lo que supone este deporte para los miles de aficionados, tan pendientes ahora de lo que pueda hacer “La Roja” ante Italia en la Eurocopa

En su opinión, el fútbol puede “enganchar” psicológicamente a las personas. Se trata de un “tema popular” que puede ser compartido con casi cualquier individuo y lugar del mundo; es capaz de unir, con sus colores, y formar parte de un colectivo donde los objetivos e ideales son compartidos.

“No da soluciones a los problemas diarios de la gente, pero sí alegrías por las victorias o los títulos; actúa como válvula de escape, como vía para descargar tensiones”, dice el experto.

Es una máquina de generar sentimientos, “como euforia, alegría, tristeza, rabia, desesperación, nerviosismo… Ayuda a desconectar, evadiéndonos de la realidad, invita a las personas a soñar con algo y que eso les ayude a escapar un poco y les genera nuevas ilusiones; entre otras cuestiones”.

Pero una identificación excesiva con un equipo de fútbol repercute, según García Naveira , “en la salud física y mental de los aficionados y puede causar ataques al corazón, violencia verbal, agresiones, disturbios a la salida, enfados familiares, no poder conciliar el sueño, ansiedad, peor rendimiento en el trabajo y reacciones emocionales desproporcionadas”.

De todos los seguidores de este deporte, los entusiastas o forofos son el único grupo que se caracteriza por valorar el ganar por encima de cualquier otro aspecto.

Y en ocasiones, en determinadas personas, como por ejemplo en los entusiastas o forofos, estas cuestiones “se ven remarcadas en épocas de crisis políticas, económicas y sociales, ya que existe un mayor inconformismo e insatisfacción en general”.

En su opinión, en estos casos, el seguidor se implica más emocionalmente debido a las frustraciones externas (como refugio, evitación o válvula de escape), en el que ante una derrota su respuesta suele ser aún más desproporcionada.

Los seguidores en general, puede que inicialmente sientan alguna emoción negativa, frustración o desilusión, pero al poco tiempo aceptarán el resultado y continuarán con su vida con normalidad, explica García Naveira, quien es también coordinador de Psicología del Deporte del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.

En el caso de los entusiastas o forofos, sobre todo cuando hay un partido importante, la respuesta puede cambiar y requiere superar un proceso de “duelo”.