Saltillo

Exceso de dudas con el nuevo etiquetado: ¿Cómo comprar alimentos basándonos en los sellos?

El miedo de consumidores ante la advertencia puede normalizarse pronto. Lo más importante es educar a la población nutricionalmente; expertas en alimentos, nutrición y comunicación dan su opinión
Ilustración: Federico Jordán

“Exceso de calorías”, “Exceso de grasas saturadas”, “Exceso de grasas trans”, “Exceso de sodio”, “Exceso de azúcares”… y también exceso de dudas sobre qué hacer con nuestra alimentación reveló el nuevo etiquetado de productos, implementado desde el primero de octubre a nivel nacional.

¿Qué tan malos son? ¿Ya no los podemos comprar? ¿Cómo podemos consumirlos sin afectar nuestra salud? ¿Y ahora qué voy a comer? Son algunas de las preguntas que salieron a flote con los sellos, pero que tienen su origen en la falta de educación nutricional que padecemos la mayoría de los mexicanos.

VANGUARDIA consultó a especialistas en investigación en alimentos, nutrición y comunicación sobre las repercusiones que está teniendo esta medida en la población, pero sobre todo cómo debemos interpretar los octágonos –y otros mensajes– sin caer en el problema de no saber qué comprar.

“No podemos satanizar a ningún alimento. Nos tiene que quedar claro que el consumo excesivo es el negativo”, subrayó Carolina Flores, profesora investigadora del Departamento de Investigación  en Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Coahuila.

De acuerdo con una encuesta realizada por la organización El Poder del Consumidor, más del 90 por ciento de los consumidores mexicanos dijeron estar a favor del etiquetado de advertencia en alimentos y bebidas.

“Pero, fíjate qué interesante, solo el 32 por ciento consideró que si ve un sello en un producto que habitualmente compra, dejaría de adquirirlo”, resaltó Diana Torres, especialista en Comunicación, “no sé si a ustedes les ha pasado que hay productos que han comprado por mucho tiempo, que pensaban que eran sanos, pero que ahora vemos que traen estas etiquetas”.

Para combatir la desinformación, la nutrióloga Marcela Vargas recomendó aprender a leer los sellos con una premisa básica: entre menos, mejor; pero también los ingredientes de los productos.

“En el caso de las grasas trans, la recomendación es no comprar el producto, no aportan ningún beneficio, son las más dañinas para la salud porque aumentan el riesgo para enfermedades del corazón y cardiovasculares”, puntualizó.

¿Cómo surtir la despensa con el nuevo etiquetado?

Es día de surtir la despensa o buscas algo para comer en la tiendita. Ves jugos, cajas de cereal, galletas, botanas, refrescos, panecitos, enlatados, tostadas horneadas, y la gran mayoría de los productos tiene sellos negros con letras blancas en los empaques que alertan por: exceso de azúcares, calorías, grasas saturadas, grasas trans y sodio; en otros también vienen mensajes por el contenido de cafeína y edulcorantes no recomendados para niños. Entre más días pasan, más productos aparecen con una o más etiquetas. ¿Comemos alimentos que ponen en riesgo nuestra salud? ¿Y ahora qué podemos comprar o cómo debemos consumirlos? ¿Qué debemos saber para elegir las compras?

VANGUARDIA platicó con especialistas en nutrición e investigación de alimentos sobre los nuevos etiquetados y la reforma a la NOM-051 que entró en vigor el 1 de octubre de este año, y que contempla advertencias, restricciones publicitarias, declaración nutrimental clara y otros elementos para que los consumidores estén informados sobre la verdad de la comida empaquetada que consumen.

Lo primero que debes saber es que los sellos son una advertencia por el exceso de uno o más nutrimentos críticos; es decir, relacionados con el desarrollo de sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas (diabetes, cardiovasculares, por ejemplo); también otros factores intervienen, como la genética y actividad física.

Entonces: entre más sellos tenga un producto empaquetado, menos saludable es el alimento o también se puede decir que es más dañino para tu salud. Pero si decides comprarlo, entonces elige siempre el de menos etiquetas y “otra recomendación es leer los ingredientes: entre menos ingredientes, es mejor la calidad de tu producto”, explicó la nutrióloga Marcela Vargas.

Y antes de seguir haciendo el mandado es importante recordar que la decisión de comprar y comer ese alimento es tuya, pero la NOM-051 busca que tengas toda la información para elegir, sobre todo que las empresas no engañen a los consumidores (¿has visto productos que venden como saludables tienen uno, dos o más sellos?) y entonces ofrezcan alimentos saludables conforme avanzan las etapas de la reforma.

Tal vez alguna de tus bebidas o comidas favoritas tengan etiquetas de advertencia, o el refresco que consumiste todos los días con tu familia: cuidado, porque “sí es nocivo, pero también es igual a la cantidad”, aclaró la nutrióloga Vargas.

¿QUÉ SIGNIFICAN LOS SELLOS?

Cuando nosotros vemos el sello negro, quiere decir que uno de los cinco nutrimentos críticos (azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y calorías) rebasa la cantidad establecida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por cada 100 gramos o 100 mililitros de producto. Esto ocurre en otros países del mundo con diversas estrategias, no solo en México.

“Los estudios científicos han demostrado que realmente los hábitos alimenticios tienen un alto impacto en el desarrollo de enfermedades como la obesidad y la diabetes”, explicó Carolina Flores, profesora investigadora del Departamento de Investigación en Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas de la UAdeC.

El objetivo es que a simple vista tú puedas identificar rápidamente si ese alimento supera el límite determinado con sustento científico por la OPS, porque el antiguo etiquetado (las guías diarias de alimentación: cuadros blancos con porciones, porcentajes, nutrientes, información e ingrediente en la parte posterior) resultaba confuso, pues fue establecido por las empresas alimenticias que impusieron sus propios parámetros; esto también era difícil de interpretar y de comparar con productos de otra marca, incluso para los especialistas de la salud.

¿EVITAR O CONSUMIR CON MODERACIÓN?

Hace un mes, ningún alimento tenía sellos de la Secretaría de Salud, pero ahora los estantes de supermercados son una galería de octágonos negros y letras blancas. La nutrióloga Marcela Vargas ya nos recomendó elegir el que tiene menos sellos, pero ¿estamos llevando sustancias que ponen en riesgo nuestro cuerpo y a la familia?

La clave es la moderación, los ingredientes, la cantidad y la frecuencia, de acuerdo con las especialistas. ¿Y cuánto es un consumo moderado y uno excesivo? Una consulta personalizada con un experto en nutrición (si queremos mejorar nuestra salud o si tenemos algún padecimiento crónico) sería ideal, pero la información debería estar al alcance de todos los mexicanos, al menos para que nuestra alimentación no sea motivo de enfermedades.

Hay que encontrar un balance, y el nuevo etiquetado busca ofrecer información para lograrlo. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala como límite máximo el consumo de 2.3 gramos de sodio al día, pero en México el promedio de sodio son 7 gramos diarios, el triple; y si ingerimos alimentos con exceso de sodio (y le agregamos sal), entonces incrementamos el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y la presión arterial.

Si compramos tostadas horneadas y la etiqueta dice exceso de sodio, debemos saber que se refiera a 100 gramos, y así podríamos dosificar el consumo algunos días o dos veces por semana, por ejemplo, pero esto depende de la actividad física y otros alimentos en nuestra dieta.

“¿Cuánto me como yo de este paquete? Por ejemplo unas papitas grandes, a lo mejor son 350 gramos. Tú sabes que si te comes toda esa bolsa de papas sí estás teniendo un exceso de azúcares, grasas, sodio y todo. Pero si es una bolsa pequeña, posiblemente no estás teniendo esa ingesta”, complementó Carolina Flores, del Departamento de Investigación en Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas.

En el caso de las grasas trans la recomendación es “no comprar el producto, no aportan ningún beneficio, son las más dañinas para la salud porque aumentan el riesgo para enfermedades del corazón y cardiovasculares”, puntualizó la nutrióloga Marcela Vargas.

Estas son grasas hidrogenadas utilizadas para economizar la producción, se altera la composición de la grasa natural para aprovecharla, por ejemplo en galletas, donas, helados, ciertos aceites de cocina muy baratos, pero son muy dañinas.

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Marcela Vargas, nutrióloga.
"Otra recomendación es leer los ingredientes: entre menos ingredientes, es mejor la calidad de tu producto”.
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Carolina Flores, del Departamento de Investigación en Alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas.
"No podemos satanizar a ningún alimento, nos tiene que quedar claro que el consumo excesivo es negativo”

NO RECOMENDADO PARA NIÑOS

Además de las advertencias mencionadas, hay otras dos sobre el contenido de cafeína y edulcorantes, que no son recomendados para niños. Estos se encuentran en refrescos, cereales, jugos, panecitos, chicles y muchos productos dietéticos o que no contienen azúcar.

Los edulcorantes empezaron a ser utilizados por las industrias para reducir el número de calorías (endulzan y no son calóricos), y no eran declarados en la información nutrimental del producto, pero con la reforma a la NOM-051 sí tendrán que venir detallados en los ingredientes.

“Muchos estudios sugieren que hay un vínculo entre edulcorantes y los cambios de apetito en los niños, preferencias de gustos, lo acostumbras a sabores con más dulzor. Afecta las preferencias del gusto y provoca cambios en la microbiota intestinal”, detalló la nutrióloga Marcela Vargas.

La microbiota o antes flora intestinal es donde se crea el 70 por ciento del sistema inmune del cuerpo, y también el 90 por ciento de la serotonina u hormona de la felicidad (el 10 por ciento se crea a nivel cerebral), de acuerdo con estudios, por lo que la alimentación incide en las defensas del cuerpo y el estado psicológico.

Por la intensidad del sabor de edulcorantes y la respuesta placentera, es muy fácil acostumbrarse a su consumo y muy difícil dejarlo, por eso no debe darse a las niñas y niños.

FALTA EDUCACIÓN Y MEJORES PRODUCTOS

Es probable que ahora te tome un poco más de tiempo hacer el mandado, porque tendrás que leer los sellos, la declaración nutrimental y los ingredientes para saber si ese producto es el menos dañino. Tu cuerpo te lo agradecerá. Y no olvides incluir en tu despensa alimentos naturales para tener una dieta balanceada.

“Se nos está obligando a hacernos corresponsables de la lectura adecuada de este tipo de etiquetado”, dijo la especialista Carolina Flores.

Por eso falta educación nutrimental básica desde la escuela, para que sepamos qué son y por qué el exceso de azúcares, calorías, grasas saturadas, grasas trans y sodio nos hace daño, y también para entender la información nutrimental y los ingredientes, y así tomar una mejor decisión.

Si tienes dudas, puedes buscar información, pero recuerda: busca datos basados en evidencia y sustento científico.

“Se está tratando de cumplir con que la población esté informada de lo que contiene cada alimento. Antes si no te acercabas a un nutriólogo, no sabías qué alimentos comprar. Otra de las razones de esta modificación de la norma es que cualquier mexicano tenga la noción de una manera rápida y sencilla la información del producto sin tener que ir con un especialista en el área de la salud”, concluyó la nutrióloga Marcela Vargas.

RECOMENDACIONES

Elige alimentos frescos y naturales.

Opta por productos que tengan menos sellos: entre más tengan, son menos saludables.

Si llevas productos con sellos, procura no consumirlos diariamente.

Evita totalmente las grasas trans.

Lee los ingredientes: entre más tengan, menor es la calidad del producto.

Lleva alimentos con menos sustancias químicas sintéticas.

Busca más información con un especialista.

7 gramos de sodio se consume en promedio en México; el límite es 3 gramos.

MÁS ADVERTENCIAS Y RESTRICCIONES

La primera fase empezó este mes y concluirá en el año 2023, para entonces todos los paquetes deberán informar sus ingredientes de manera veraz (agrupando fuentes de azúcares que normalmente no son identificados por el consumidor), con tabla nutrimental basada en porciones de 100 gramos o 100 mililitros. Y si rebasan los límites de nutrimentos críticos, tampoco deberán tener el aval de asociaciones médicas (comúnmente pagadas por la empresa alimenticia) y elementos persuasivos de publicidad (como dibujos que atraigan la atención de los niños; esto entra en vigor el 1 de abril del 2021).

La segunda fase abarca de octubre del 2023 al mismo mes del año 2025. Los lineamientos serán más estrictos y solo se incluyen los nutrimentos críticos añadidos.

La última fase es en octubre del 2025 y las empresas tendrán que informar sobre los nutrimentos añadidos y los no añadidos; es decir, lo que forman parte de los ingredientes naturales con que está hecho el producto.

¿POR QUÉ EL  NUEVO ETIQUETADO?

El consumo de alimentos poco saludables va a incidir en el desarrollo de enfermedades como la diabetes y obesidad.

En México uno de cada tres niños tiene sobrepeso   obesidad.

Y siete de cada diez adultos la tiene.

Es imperativo que se desarrollen legislaciones para tratar de regular esto y a las empresas productoras de alimentos.

La diabetes es la segunda causa de muerte en el país.