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EU está en el fango por el bajo nivel de la campaña electoral
Aún faltan unos dos meses para que Hillary Clinton y Donald Trump sean oficialmente los candidatos de sus partidos con miras a la presidencia de Estados Unidos, pero la campaña electoral no sólo está en plena marcha desde hace meses, sino que además ya ha alcanzado un nivel incluso más bajo del que nadie hubiese podido imaginar.
Trump, el populista, revuelve el pasado de los Clinton. Por supuesto que le interesan el sexo y la violencia, e incluso insinúa algún delito y le echa leña a alguna teoría conspirativa.
Cuando la cosa se pone seria, la táctica de Trump es desde hace meses la misma: "No estoy diciendo que sea así, sólo digo que hay gente que lo dice", se limita a decir. Lo que nunca dice es que esa "gente" suele ser la redacción de "National Enquirer", una publicación que difunde historias que no son prácticamente nunca ciertas. De todos modos, Trump logra tener el efecto que quiere en su electorado.
"Si alguien tiene dudas de cuán sucia será la campaña electoral en las próximas semanas... Donald Trump las disipó", escribió recientemente la publicación "Politico".
"Huele mal", dijo el magnate de Nueva York refiriéndose al suicidio de Vince Foster, antiguo asesor del presidente Bill Clinton en la Casa Blanca.
Foster, que era amigo de juventud de Clinton, se mató de un disparo en la boca en 1993. Cinco investigaciones diferentes confirmaron la hipótesis del suicidio, pero las teorías conspirativas no dejaron de circular, alimentadas sobre todo por el "Proyecto Arkansas", de los conservadores de ese estado en el sur del país en el que Clinton fue gobernador.
La campaña de Trump difundió un anuncio publicitario en el que se escuchan las voces de dos mujeres. Las dos aseguran haber sido acosadas por Bill Clinton. En uno de los casos nunca se abrió ningún procedimiento legal en contra del ex presidente. Paula Jones, Monica Lewinsky... Trump incluso hizo correr la hipótesis de que Hillary Clinton posibilitó las infidelidades de su marido, señalándola como una cómplice.
"Asqueroso", dice Trump, sin siquiera molestarse en simular la hipocresía con la que aparenta ponerse del lado de las mujeres. Al final de cuentas, un 53 por ciento del electorado que irá a las urnas el 8 de noviembre es femenino.
Clinton sabe que las aventuras de su marido en los años 90 no son un gran golpe contra su candidatura, pero Trump no deja de empujarla de ese modo a una campaña bastante sucia.
La ex secretaria de Estado muestra que puede defenderse. Rápidamente publicó un video que enseñaba las consecuencias de la crisis financiera: esempleo, pobreza, desesperación. Temas que aparecen acompañados de una voz claramente atribuible a Donald Trump, que dice que la gente puede beneficiarse de la crisis porque puede invertir barato.
"Si gana Donald Trump, ¡tú pierdes!", concluye el spot publicitario.
Esos golpes bajos parecen ser sólo el comienzo en la recta electoral 2016.
"La población estadounidense quiere un luchador", dice el jefe de campaña de Trump, Corey Lewandowski, a la emisora CBS. Trump "irá más al grando de lo que estaban acostumbrado", dice refiriéndose a los Clinton.
Trump asegura que es un hombre de negocios que ganó su buena fortuna en mercados que se contraían. Es más, asegura que Estados Unidos está mal porque los políticos no entienden justamente eso. "¡No tienen ni idea!", lanza el multimillonario en su afán político.