ETA adelanta su disolución para principios de mayo

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ETA adelanta su disolución para principios de mayo

El grupo armado vasco ETA anunciará su disolución el primer fin de semana de mayo, último paso para cerrar medio siglo de violencia terrorista. Foto: Economía Digital
El grupo separatista vasco ETA nació en España el 31 de julio de 1959, en plena dictadura de Francisco Franco (1939-1975). Durante casi medio siglo mató a 829 personas con el objetivo de lograr la independencia del País Vasco del resto del país.

El grupo armado vasco ETA anunciará su disolución el primer fin de semana de mayo, último paso para cerrar medio siglo de violencia terrorista que dejó más de 800 muertos en España, confirmaron hoy diversas fuentes.

"La declaración de que ETA ya no estará más va a ser muy clara. No va a quedarle ninguna duda a nadie", aseguró en una entrevista radial Alberto Spectorovsky, miembro del Grupo Internacional de Contacto (GIC) en el que ETA delegó su disolución.

El anuncio tendrá lugar antes de lo previsto -hasta ahora se especulaba que sería a partir de fines de mayo- y se realizará con "cierta cobertura internacional" en una localidad del sur de Francia aún no precisada, añadió el profesor israelí Spectorovsky.

El Foro Social, iniciativa que impulsa el proceso de paz en el País Vasco, había confirmado ya la inminente disolución de ETA. "Según los datos que manejamos, se producirá antes de finalizar el curso político", explicó este mes a dpa su coordinador, Agus Hernan.

La propia organización separatista reconoció el 1 de abril que hay un debate interno "a punto de concluir" y que "el enfrentamiento ha durado demasiadas décadas", en una declaración en la que también se destacó el "esfuerzo" y la "generosidad" de su militancia.

Los detalles del anuncio de la disolución se conocerán el lunes en una rueda de prensa con miembros del GIC y del Foro Social, adelantó la televisión autonómica vasca ETB.

La cuenta atrás hacia la disolución de ETA viene ocupando un lugar secundario en la opinión pública española, dominada ampliamente por otros asuntos más candentes como la crisis en Cataluña.

La percepción generalizada es que la sangrienta historia de ETA quedó enterrada en octubre de 2011, cuando el grupo anunció el fin de su lucha armada por la independencia de País Vasco. Su desarme en abril de 2017 fue recibido ya con escepticismo y como un paso simbólico.

Sin embargo, la disolución abre la puerta a resolver asuntos polémicos como la política de dispersión de los presos de ETA, unos 280 en España y Francia. La izquierda independentista vasca y el entorno del grupo reclaman su acercamiento a cárceles de País Vasco.

Del otro lado, familiares de las más de 800 víctimas que dejó la violencia terrorista exigen al Gobierno español "la foto final de la derrota" del grupo separatista y un desmantelamiento policial definitivo que le impida rentabilizarlo con fines de "propaganda", como a su juicio ocurrió con el desarme hace un año.

A ambos temas aludieron de forma tácita las primeras reacciones oficiales del Gobierno de Mariano Rajoy después de que se conociera hoy la fecha de mayo para la disolución de ETA.

"ETA no consiguió nada por dejar de matar y nada va a conseguir por su declaración de desaparición", avisó el ministro del Interior español, Juan Ignacio Zoido. El Gobierno defenderá siempre "la memoria, dignidad y justicia de las víctimas del terrorismo", añadió.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró que la disolución de ETA es "la mejor demostración de cómo se vence al terrorismo" y recordó también a las víctimas para defender que "la barbarie nunca puede derrotar a la democracia”.

 

ETA, siglas de "Euskadi ta Askatasuna" (Patria Vasca y Libertad), nació en el 31 de julio de 1959 en plena dictadura de Francisco Franco (1939-1975) con la reivindicación de crear un Estado independiente formado por las provincias vascas del norte de España, la vecina Navarra y el sur de Francia.

Durante casi medio siglo mató a 829 personas. Cuando el Ejército Republicano Irlandés (IRA) dio por terminada su "lucha armada", ETA quedó como el último grupo armado de Europa Occidental. Esa historia de violencia podría quedar ahora definitivamente en el pasado a principios de mayo.

ETA, el último grupo armado de Europa

El grupo separatista vasco ETA nació en España el 31 de julio de 1959, en plena dictadura de Francisco Franco (1939-1975). Durante casi medio siglo mató a 829 personas con el objetivo de lograr, por la vía de lo que calificaba como “lucha armada", la independencia del País Vasco (norte) del resto del país.

Surgido de un grupo de estudiantes que publicaba un periódico nacionalista y antifranquista, su ideología se basó en los inicios en el anticapitalismo y el antiimperialismo. Sus siglas, que se convertirían en sinónimo de casi medio siglo de terrorismo en España, significan "Euskadi ta Askatasuna" (Patria Vasca y Libertad).

Cuando el Ejército Republicano Irlandés (IRA) dio por terminada su "lucha armada", ETA quedó como el último grupo armado de Europa Occidental. En octubre de 2011 abandonó de forma definitiva la violencia y en abril de 2017 entregó sus armas, pero aún no se disolvió. Todo indica que dará ese último paso a principios de mayo.

El primer atentado mortal del grupo separatista vasco tuvo lugar nueve años después de su fundación, el 2 de agosto de 1968, y terminó con la vida del comisario de Policía Melitón Manzanas. Desde entonces, el grupo armado mató a 829 personas, entre ellas militares, políticos, empresarios, periodistas y ciudadanos comunes.

La principal reivindicación de ETA fue la creación de un Estado independiente formado no solo por las tres provincias vascas en el norte de España (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya), sino también por una parte del departamento francés de los Pirineos Atlánticos y la vecina región de Navarra, un conglomerado que denomina "Euskal Herria”.

Tras varios intentos frustrados de negociación y treguas quebradas, ETA anunció su adiós unilateral a las armas en 2011, poco antes de la llegada del conservador Mariano Rajoy al Gobierno.

El grupo intentó desde entonces negociar su desarme y su disolución a cambio de mejorar la situación de sus presos, casi en su totalidad alejados de cárceles del País Vasco, pero su fracaso lo llevó a escenificar la entrega de armas en abril de 2017.

A principios de mayo podría dar ahora el paso definitivo para cerrar uno de los capítulos más oscuros en la historia reciente de España.