La mitad de las entidades federativas pasarán del color rojo al naranja a partir del 15 de junio por lo que en cada Estado se deberá vigilar que se cumplan acciones de Sana Distancia, así como la reanudación de actividades de manera supervisada, ordenada y controlada.

Estados en color naranja:
Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Zacatecas.

Estados en color rojo:
Baja California, Chiapas, CDMX, Colima, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Veracruz.

El objetivo de la transición de rojo a naranja es que los estados puedan reactivarse de forma gradual, elevando las actividades generales, con la posibilidad de que actividades esenciales sean incluidas.

Se abren los espacios abiertos, aunque con aforo reducido, como playas, parques y plazas. También se permitirán las actividades deportivas profesionales, como futbol o beisbol, pero sin público.

El semáforo de riesgo epidémico COVID-19 en México cuenta con cuatro indicadores:

1. Ocupación Hospitalaria (Valor 50%)

2. Tendencia del síndrome COVID-19 (Valor 20%): casos sospechosos registrado en la plataforma Sisver

3. Tendencia personas hospitalizadas en días pasados (Valor 20%): también se estiman y calculan, por expertos en matemáticas que coordina el Conacyt.

4. Positividad al virus SARS-Cov-2 (Valor 10%): peso que tiene de la calificación final que se le da a cada estado los indicadores, la mitad de la calificación es su ocupación hospitalaria.

La mitad de la calificación en el semáforo es su ocupación hospitalaria con un 50%, debido a que cada estado tiene capacidad diferente para dar respuesta a los casos graves que se estén diagnosticando. 

Las tendencias de síndrome de COVID-19 y personas hospitalizadas reciben un 20% cada una y el porcentaje de Positividad recibe un 10%.